25: Historia de dos mitades

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- Bueno - comenzó Vessperion tras un largo silencio que había utilizado para organizar sus ideas. - ¿Por dónde empezar? Tal vez por el principio...
- Puede, aunque no siempre tiene porqué ser así... - murmuró Azura, risueña.
El joven la miró un segundo. Su cabello trenzado dejaba escapar un par de pequeños mechones algo rebeldes, que le caían a ambos lados de la cara. Sus dorados ojos brillaban con energía y la Luna dibujaba los detalles de su rostro con delicadeza. Llevaba a Sarinnad ajustada en el cinto de su traje blanco y su lanza prendida en la espalda, bien asegurada.
Se llevó una mano a la sien, frotándosela con cuidado.
- Tienes razón. Mejor empiezo desde mi primer recuerdo, cuando abrí los ojos por primera vez...
«Yo no nací al igual que tú, o al igual que cualquier otro ser vivo. No, yo fui creado artificialmente por así decirlo, en una especie de laboratorio secreto que había bajo las mazmorras de castillo Gyges. »
Azura asintió, aprovechando una breve pausa que había hecho Vessperion. Recordaba perfectamente como al comenzar a reconstruir el castillo Neriama habían encontrado una especie de laboratorio en ruinas, en el cual habían restos de animales y varios cuerpos humanos. Un escalofrío recorrió su espalda, cuando el joven siguió hablando:
- «Podría decirse que Anankos fue mi padre, pues fue quien propuso crearme y quien aportó su esencia en el experimento, aunque yo nunca haya considerado a ese monstruo mi figura paterna. Tras encontrar un cuerpo humano que cuadrara en sus planes, introdujo su esencia en mí usando su magia... Magia negra.
Era un hechizo muy complicado y arriesgado, por lo que necesitó ayuda de alguien más. Le ayudó una aprendiz que no alcanzaría los veinte años de edad, la cual había acudido a él en busca de su saber y su conocimiento sobre las artes oscuras. Finalmente lograron crearme, tras varios intentos que no acababan de funcionar. Me instruyeron en el manejo de las armas y me enseñaron todo lo que sé ahora, inculcándome todos sus conocimientos. Fui creado con el único sentido de aniquilar, de ser una máquina de matar en pequeña escala, que, cuando no conseguía controlar sus sentimientos, acababa transformada en un furioso y devastador dragón sin piedad y miramientos.
Me decían que debía suceder a Anankos, que yo debía continuar su mandato, su labor de empezar un mundo nuevo el día que él faltara, el día que no hubiese nadie que creyera en él... Y yo me lo creí. Creí que era lo correcto y actúe en consecuencia. Ayude a Anankos a someter a todo vallés que se revelaba, a todo aquel que preguntaba, a todo aquel que quería saber, a todo aquel que quería luchar, a todo aquel que quería huir...»
El gesto del muchacho era turbio, escalofriante, como si nada de aquel joven simpático y jovial de antes quedara en su cuerpo.
Azura cerró el puño derecho, apretando con fuerza la hierba que crecía a su alrededor. Sabía por donde iba aquella historia, y no estaba segura de si quería que continuase. Tragó saliva e inconscientemente se separó un poco de Vessperion, quedando a dos pasos de distancia del muchacho.
«Siempre recordaré el día que Anankos logró tomar el antiguo castillo Neriama... La gente corría desesperada por la ciudad, gritando con toda la fuerza de sus pulmones. A su paso, los guardias caían muertos al suelo, creando ríos de sangre en las calles y los patios. Los niños lloraban sin cesar y nadie podía pararse a rezar, pues sabían que si lo hacían no tendrían tiempo de escapar.
Tras derribar la muralla real, logramos entrar en palacio y...»
- ¡Para! - pidió Azura, con los ojos bien cerrados y la cabeza gacha - Para, por favor. No sigas...
Vessperion suspiró, sintiendo el profundo dolor que se apoderaba del corazón de la joven.
«Nos acompañaba una aprendiz, una joven proveniente de los pueblos del norte, la misma que había ayudado a Anankos en mi creación. Ella lideraba uno de los escuadrones que asaltaron el castillo... Ella era la encargada de mataros a ti y a tu madre. Afortunadamente, Arete fue más inteligente que ella y logró escapar de palacio sin que os vieran, mientras ella daba vueltas por el castillo en busca vuestra. No logró toparse con vosotras, pero sí con tu padre. Él le plantó cara, luchando contra ella, antes de que Anankos lo alcanzase y le diese muerte. Logró herirla de gravedad y usó su magia para confinarla en un mundo paralelo del que no podría salir jamás.
Créeme si te digo que el infierno existe, y allí es donde está ella... Éxora. No olvides su nombre. »
Azura asintió. Tenía un mal presentimiento, pero pensó que era mejor dejar que Vessperion continuase con la historia.
- Aquel día marcó mi mente, me hizo replantearme muchas cosas y decidí por una vez en mi vida pensar por mi mismo y no pensar lo que otros querían que pensara. Sin decirle nada a nadie, huí a las montañas y permanecí allí durante años, esperando a que llegara el día en que las cosas cambiaran. - la miró fijamente - He estado esperándote desde entonces. Hace poco, sentí una perturbación en el equilibrio del mundo. Provenía de Nestra, concretamente de su frontera con Valla. Decidí acercarme a ver que sucedía, sobrevolando los cielos con cautela. Cuando llegué allí me mantuve volando entre las nubes, cuando presencié una catástrofe que me dejó de piedra. Una niebla grisácea cubrió la tierra y miles de hombres murieron en un asalto inesperado...
Azura sintió como un nudo se formaba en su estómago, volviéndose más y más grande conforme Vessperion hablaba.
- Azura - la llamó el muchacho - Por favor, perdóname...
- ¿Y por qué debería hacerlo...? - preguntó la joven, asustada, casi al borde del llanto, sin saber porqué.
Vessperion suspiró y Azura notó como su corazón se le salía del pecho. El joven le cogió ambas manos y la miró fijamente a los ojos. Ella vió pena en su mirada, arrepentimiento y melancolía, cuando él añadió:
- Azura... Yo maté a Corrin...
La respiración de la joven pareció pararse durante un tiempo. Su corazón dejó de latir y sintió de nuevo aquella horrible sensación, la misma sensación que la recorrió hace tiempo, cuando una tarde fría de invierno recibió la noticia de que su esposo había muerto en un ataque por parte del imperio nestrio.
Apretó los labios con fuerza y sus ojos se empañaron con rapidez.
- Tú... - sollozo - ¿Por qué...?¿¡POR QUÉ!? - le gritó, mirándolo con rabia.
- Fue un error... Lo siento...
- Espero que tengas una buena escusa. - escupió ella, soltándole las manos con brusquedad - No tengo miedo de matar a un dragón...
- Cálmate, no todo es como parece.
- Ah, ¿no? - rugió, ansiosa de desenvainar su espada y clavarla en el pecho del chico.
Ella desvío la mirada y Vessperion continuó hablando.
- Al igual que sucede con los dioses - explicó - las maldiciones también mueren y nacen. La joven de la que te hablé antes, Éxora, lleva confinada en ese infierno durante más de 15 años, sometida a una maldición que la impide salir de allí. Desgraciadamente ella sabe manejar con destreza las artes oscuras y ha conseguido encontrar un modo de salir de su exilio, aunque no como ella desearía. Para poder salir al mundo exterior, debe hacerlo cuando el Sol sea eclipsado por alguien o algo, impidiendo que la luz llegue a la tierra y solo bajo la apariencia de una horrible niebla de color violeta.
El día que Corrin llegó a la frontera con Nestra, yo sobrevolaba los cielos y, sin ser yo consciente, me posicioné frente al Sol, impidiendo que la luz llegase al suelo. Éxora aprovechó ese momento para atacar, matando a todo aquel que estuviese a su alcance, creando un ejército similar al de Anankos, constituido por guerreros fantasma. Entonces, llegó hasta Corrin y vió que su alma era especial, que no era ni un hombre ni un dragón, sino una mezcla de ambos, al igual que yo. Atraída por semejante "arma", logró hacerse con su cuerpo y su mente, sometiéndolo, consiguiendo que obedeciese sus órdenes.
- Entonces... - sollozó Azura - ¿Corrin está...?
- ¿Vivo? - Vessperion asintió casi imperceptiblemente, haciendo que Azura sonriese levemente. - Éxora lo mantiene con vida en una de las mazmorras de su infierno personal, usándolo como puerta entre ambos mundos hasta que encuentre la manera de escapar.
- Entonces, ¿qué hacemos que no vamos a buscarlo? - dijo la joven mientras se levantaba con ímpetu - Si sabías todo esto antes, ¿por qué no me lo habías dicho? - preguntó, mirándolo fijamente.
- Porque antes no estabas preparada. Ahora sí...
Azura asintió, desconcertada y algo mareada. Demasiada información en muy poco tiempo.
- Entonces, no lo entiendo ¿Cómo se supone que te afecta esto a tí hasta tal punto que quieras ayudarme a salvarlo?
Vessperion sonrió.
- Porque Éxora sigue siendo leal a Anankos, pero para ella yo no soy más que un traidor que la abandonó a su suerte, y no parará hasta verme muerto... Además, Corrin no deja de ser un dragón. Tenemos que ayudarnos entre nosotros, ¿no?
Azura intentó sonreír, pero su cabeza daba demasiadas vueltas. De repente empezó a unir cabos, enlazando aquella historia con otra.

«Yo era solo una niña y vivía junto a mi padres y mi hermana en una pequeña aldea del norte.»
«Un día mi hermana desapareció de la aldea sin dar explicaciones a nadie.»
«Había cambiado mucho, ya no era la niña de nueve años que yo recordaba.»
«Mis sospechas se confirmaron cuando una silueta encapuchada sobrevolando los cielos a lomos de un extraño dragón...»
«No volví a ver a mi hermana ni a saber de ella.»

Se volvió para mirar a Vessperion y preguntó:
- ¿De dónde habías dicho que procedía aquella chica?- murmuró, sombría.
- Del norte de Valla, de las montañas. - respondió Vessperion, sentado todavía sobre la hierba. - ¿Por qué?
- Nada - mintió la joven - cosas mías... - sonrió de forma pícara y añadió - Y bien, ¿cuál es el plan?
- Uhm... - sonrió - Eso es otra historia, Alteza. ¿Está dispuesta a escucharla?
- Encantada - río, sentándose de nuevo a su lado, mientras su mente divagaba en algún recóndito rincón.

Entreabrió los ojos, haciendo un esfuerzo sobrehumano. Se encontraba muy débil, sin apenas fuerzas, sintiendo como la cabeza le iba a estallar en cualquier momento. La neblina le impedía ver, pero podía, con total claridad, escuchar el llanto desconsolado que había comenzado a resquebrajar las inertes y desnudas paredes de piedra. Jamás olvidaría la angustia y la desesperación que desprendían sus palabras. Podría asemejarse a los alaridos de socorro que se oían todas las noches a través de los pasillos, alaridos de arrepentimiento, de miedo, de soledad, de desesperación... Pero había algo distinto en ese nuevo llanto, algo que al principio no logró distinguir, pues sus sentidos estaban prácticamente anulados. Allí, sobre la fría piedra, siguió escuchando las súplicas del nuevo desgraciado al que estaban sometiendo en algún recóndito lugar de lo que parecía ser una mazmorra interminable.
- ¡CORRIN! - oyó vagamente, después de varios minutos centrando su atención en los gritos que llegaban a sus oídos. - ¡CORRIN, AYÚDAME! - volvió a gritar la voz.
- Azura... - murmuró él, mientras un líquido extraño se derramaba entre sus labios.
- ¡CORRIN, AYÚDAME!
El chico no podía moverse. Estaba completamente paralizado, sus músculos no respondían, las palabras apenas lograban salir de su boca y las ideas conseguían llegar hasta su mente a duras penas. Con el corazón encogido por los llantos de su esposa, consiguió cerrar los ojos para poder llorar en silencio, mientras Azura seguía llenando los frívolos pasadizos con su dolor... Y él no podía hacer nada.
Aquella era la tortura a la que lo sometían cada noche. A veces oía el llanto de su esposa, de sus hermanos, de sus hermanas, de sus amigos... Pero el que más lo atormentaba era el llanto de un bebé que a veces sollozaba como un pequeño dragón.
Ella disfrutaba haciéndolo sufrir, usándolo como una simple marioneta y encerrándolo en aquella diminuta prisión helada. Con la cabeza apoyada en el suelo y los grilletes apretándole las muñecas el joven rey comenzó a llorar con desesperación, siendo ese su único consuelo, mientras el llanto de su esposa seguía resonando por los pasillos, llamándolo.
- Aguantad, por favor... Ya voy... Os lo prometo

Holi🙋 Aquí os dejo el capítulo número 25, espero que os esté gustando la historia. Por favor, votadla y comentadla. Gracias😘😘😘💞💕💖
OuroxShade, me gustaría que me dieses tu opinión acerca de la historia que le he desarrollado a tu personaje y que añadas en tu comentario si te gustaría cambiar algo. Gracias😊

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