Cita de Juego

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El domingo pasó con tranquilidad. Jonny planeaba hacer la limpieza en su casa, pues había muchas cosas que había que tirar y que ocupaban demasiado espacio, sin embargo no lo hacía, ya que la mayoría de esos cacharros pertenecían a Colin y no sabía que le servía y que no. Antes de que el se mudará por su trabajo, Colin había prometido que regresaría por sus cosas, pero jamás lo hizo. Así que decidió hacer limpieza cuando el fuera a visitarlo. Lo cuál tardaría un tiempo.

Jonny solía lavar la ropa en sus días libres. La ausencia de personas en su hogar lo obligaron a aprender todo tipo de tareas domésticas, lo que sorprendería a cualquier damisela. Era la principal diferencia entre Thom y el: la responsabilidad.

Toda la semana, Jonny cumplió con su trabajo hasta el Jueves en el que Thom volvió a llamar para confirmar la sesión del viernes. Ya que Rachel tenía cita con el médico. Antes de terminar Thom cambió de tema.

—¿Tienes una guitarra?— preguntó interesado.

Pero Jonny le colgó sin contestarle, totalmente exasperado de la actitud del Señor Yorke.
Jonny creyó que era la hora de ponerse un poco más firme con él, pues jamás cambiaría de cualquier otra manera.

Cuando por fin el viernes llegó, tuvo que volver a visitar la casa de los Yorke, el esperaba que en una semana hubiesen tenido un avance en cuanto a comunicación.

Tocó el timbre. Tenía que ser lo más directo posible para no caer en las trampas de Thom.

Tocó el timbre de nuevo y esta vez el Señor Yorke le abrió. Estaba vestido como si se acabará de levantar, pues Jonny podía jurar que estaba usando una pijama, además de que su pelo castaño estaba muy desordenado.

—Ah. Doctor Greenwood— dijo

—Buenas tardes, Señor Yorke— respondió formalmente— ¿Puedo pasar?

—Adelante— Thom se hizo a un lado para poder dejar entrar a Jonny— ¿Algo de tomar?

—Eh... No, muchas gracias

Jonny se detuvo un momento a admirar la casa de los Yorke. Las paredes estaban pintado de un verde olivo y de ellas colgaban algunas pinturas estilo medieval. Había muchos estantes que exhibían vajillas finas y al fondo de la sala había una enorme colección de libros de distintos tamaños y colores, realmente era una casa elegante.

Thom condujo al Dr. Greenwood a la sala y lo hizo sentarse en uno de los sofás.

Se hizo un pequeño silencio incómodo.

—¿Como está?—preguntó para romper el hielo.

—Oh, ya sabe— contestó mientras se dirigía a la cocina.

—¿Y que hay de la Señora Yorke?— Jonny alzó la voz para que Thom lo pudiera escuchar.

—Pues... Ha estado bien, supongo. A noche tuvimos una reñida partida de Monopolio y ambos perdimos.

—¿El juego?

—No, la paciencia— Thom regresaba a la sala con una lata de cerveza. Con sus dedos alzó la ficha hasta que sonó un "Ptss".

—Thomas...

—Pues ella compró Japón cuando sabía que yo lo quería. No es justo

—Ese es...—Jonny refunfuñó— Ese es el punto... Bueno, da lo mismo. Entonces supongo que ya tienen mejor comunicación entre ambos.

Thom se encogió de hombros

—Ayer estaba limpiando el ático y pensamos "¿Por qué no?"— Le dió un sorbo a su cerveza— Hay un montón de cosas que hay que tirar. Pero me rehusó a hacerlo, necesito darles una última revisión.

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