Uno

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Jin sacó rápidamente las tostadas de la tostadora intentando no quemarse y las dejó en el plato con un movimiento brusco. Para aliviar el dolor de la quemadura se chupó los dedos mientras pensaba que debería echarle a sus tostadas.

-Hijo, ¿Qué estás haciendo?.

Jin giró sorprendido ante la voz de su padre que normalmente no despertaba tan temprano, eran las 8 de la mañana de un domingo, el calor del verano se colaba por las ventanas de la casa que por motivos económicos no podían enfriar con aire acondicionado.

-Hola padre, -Jin hizo una reverencia saludando a su padre, que era un hombre muy formal, le gustaba que su familia lo tratase con el respeto que merecía como alfa- estoy haciendo el desayuno ya que madre no se encuentra bien.

El padre de Jin suspiró molesto. -Esa mujer...Jin sabes que esta es su obligación como madre y omega de la familia por muy enferma que esté no puede descuidar sus deberes.

-Lo sé padre pero...

-Ni peros ni peras Jin, llama a tu madre y que venga inmediatamente a hacer el desayuno.

Jin apretó sus labios disgustado ante la impotencia que sentía por las palabras de su padre pero no era lo suficientemente valiente para enfrentarse a él, con un suspiro subió las escaleras hasta la habitación de huéspedes donde su madre descansaba, no quería que su marido e hijo se contagiaran.

-Mamá...-Dijo Jin mientras abría suavemente la puerta intentando no perturbar el descanso de su madre.

Se acercó hasta la cama y se agachó observando el pequeño rostro de su madre, de verdad no quería despertarla pero sabía que las órdenes de su padre eran inquebrantables. Tocó su cara mientras la llamaba suavemente hasta que los ojos de su madre se abrieron.

-¿Tu padre llegó?. -Dijo la madre de Jin levantándose de la cama pero un mareo hizo que se volviera a sentar.

-Sí, mamá, he intentado hacer el desayuno antes de que llegará pero me ha pillado.

-Cariño sabes que a tu padre no le gusta que hagas el desayuno. Tengo que hacerlo yo.

Jin sujetó a su madre intentando que no cayera, la fiebre había bajado pero aún así su cuerpo pasaba por las secuelas quedando débil.

-Mamá estás enferma no eres capaz ni de levantarte, ¿cómo vas a hacer el desayuno?.

Tras las insistencias de su madre, los dos bajaron juntos dirigiéndose a la cocina donde continuaron haciendo el desayuno hasta que Jin fue llamado por su padre que veía sentado la televisión.

El padre de Jin palmeó el sofá invitando a sentarse a Jin. -Ven aquí, hijo, te tengo que contar algo.

Ya sentando Jin esperó a que su padre hablase - Mañana va a venir la familia del alfa a pasar las vacaciones de verano y el alcalde me ha pedido que les hagas un tour a sus hijos por los sitios divertidos.

Jin levantó su cejas- ¿Sitios divertidos?, aquí no hay mucho que hacer.

El padre de Jin palmeó los hombros de su hijo. -Yo se que encontrarás algo que hacer, lo chavales tienen más o menos tu edad, seguro que os entenderéis.

-Bueno... Quizás pueda encontrar algo.

-Ves, sabía que podría confiar en ti. Lo mismo hasta consigues un trabajo en la ciudad.

Jin asintió sin decir nada sabiendo que si decía algo la conversación acabaría en discusión.

Se quedó sentado viendo el fútbol con su padre incapaz de volver a la cocina sin ser visto hasta que su madre apareció con unos platos donde su desayuno se encontraba. Desayunaron los tres tranquilamente sin poder cambiar de canal ya que el padre de Jin mandaba sobre el mando.

Esperó a que su padre terminase de comer y ayudó a su madre a llevar los platos siendo echado por esta cuando intentó limpiarlos. Subió hasta su habitación cambiándose de su pijama a ropa de la calle.

-Voy a dar una vuelta. - Dijo Jin saliendo por la puerta.

Caminó por las vacías calles de su pueblo que se encontraba desierto mientras notaba como su cuerpo se pegaba por el sudor. Fue sin rumbo mientras pensaba que podría ser interesante para unos chicos de ciudad que tenían todo y terminó por decidirse a ir al muelle donde los pescadores pasaban el día cargando el pescado de la semana para venderlo a empresas. Jin conocía bien ese lugar pues era donde su padre trabajaba.

Se acercó hasta donde el viejo Smith, un loco extranjero que en su juventud fue un mochilero por todo el mundo hasta llegar a corea donde se enamoró de su gente. 

-¡Hey Jin!, ¿qué haces aquí?, ¿te ha mandado tu padre?. - Dijo el viejo Smith.

-No, la verdad es que...

-¡Jin!, -Dijo un pescador interrumpiendolo- ¿qué tal muchachote?, ¿por fin te has decidido a ser uno de nosotros o tu padre sigue con la idea del empresario?.

-Vengo a por consejo, unos chicos de ciudad vienen y papá me ha mandado que les haga un "tour divertido".

-Ah...-Dijo el señor Smith- ¿te refieres a la familia del alfa?. 

Jin asintió cogiendo una de las cajas de pescado para llevarlas al camión, así paso las horas hasta que todo el pescado fue guardado. Fue junto a los demás pescadores al café donde se sentó en una mesa con Smith esperando su consejo.

-Tu has viajado por todo el mundo...-empezó Jin- Seguro se te ocurre algo más interesante que a mi que he vivido en este pueblo toda la vida.

Smith rascó su barba pensativo.- No es que esté muy puesto en las modas, ya tengo mi edad pero se que el dueño del lago a empezado un negocio de juegos acuáticos con motos, lanchas, piraguas...y el mar es el gran encanto de este pueblo, creo que deberías centrarte en eso.

-Puedo comenzar con eso.

Así Jin pasó el resto del día hablando con los comerciantes del pueblo que estaban más que dispuestos a tener unos clientes tan especiales en sus locales. 


Alfa defectuoso (Jinmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora