Diecisiete

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Le contó con pelos y señales todo lo que había pasado, su niño interior esperando que su madre supiera cómo solucionar las cosas. Recibió un enorme abrazo en respuesta.

—Mi pequeño, —notó besos en sus mejillas y frente— debiste tener tanto miedo.

Seokjin se incorporó dejando que su madre se sentase en el sofá para luego apoyar su cabeza en el regazo y recibir caricias en el pelo.

—No sé que decirte bolita, deberías decírselo a El Alfa, entiendo que sospeches de él pero es nuestra única opción.

El chico se quedo callado pensando o simplemente dejándose llevar por las caricias que recibía, el sueño pronto llegando.

[...]

Su lobo se removió, despertándose. Abrió los ojos viendo una mujer cerca de Jimin, gruñendo se levantó. La mujer se alejó asustada.

—Lo siento, solo venía a revisar el estado de...—miró la carpeta—Park Jimin. ¿Es usted su alfa?.

Su madre apareció con un ceño molesto en su frente. —Deja a la chica, solo está haciendo su trabajo.

A pesar de que el lobo se tranquilizó aún permanecía en la superficie mirando cada movimiento que realizase la extraña, solo cuando esta se fue volvió a dejar el control a Jin.

Este se removió con el escalofrío que le recorrió.— Odio cuando pasa esto.

—Es normal, cuando encuentras a tu persona especial el lobo se vuelve loco. Tu padre era un auténtico grano en el culo los primeros días de habernos apareado.

Ignoró la situación que había imaginado en su mente.—Mi lobo nunca ha tomado el control de esa manera, ni siquiera cuando conocí a Jimin.

Oyó un largo suspiro, su madre intentaba decir algo pero se notaba que no sabía cómo empezar.— Hubo varias veces cuando eras pequeño que tu lobo tomó el control, suele pasar en ocasiones donde el humano está sometido a mucho estrés como mecanismo de defensa. Tu padre tuvo una infancia difícil que le hizo volverse duro, —ante la alarmada expresión de su hijo procedió a aclarar— no fue nada extremadamente malo pero había momentos donde era muy duro contigo y sólo eras un niño. Tu lobo salió a defenderte y tuvimos problemas por ello, al final te recetaron unas pastillas y se solucionó, pensábamos que tu lobo había desaparecido pero me alegro de que no fuera así. Quizás por eso tu lobo está saliendo tan a flote con el ataque a Jimin.

SeokJin se acercó a Jimin acariciando su pelo, besando su mejilla mientras aspiraba la leve fragancia de omega.

Escuchó las pisadas de su madre, iba a la cafetería a por el desayuno. Solo en la habitación, divagó con sus ojos pegados en el sube y baja del pecho del omega. Sabía que no se quedaría tranquilo hasta que sus ojitos se abrieran y hablara.

Otro beso en la frente y salió de la habitación, con el objetivo de buscar a la enfermera y preguntar cuando despertaría de la anestesia. Encontró a varias en una sala, parecía ser de descanso.

— Es una vergüenza, ¿cómo pueden permitir que ese hombre este aquí a tan solo unos metros del chico al que atacó?. Se me parte el corazón.

Su mente no pudo evitar en Jimin, ¿era posible que se refirieran a él?.

— Sabes que no hay otro hospital en horas y se iba a morir desangrado.

— Lo sé pero, — podía oírse la frustración en la voz de la enfermera—  ¿y si nos intenta atacar?.

— Está esposado a la camilla, no se puede mover, a las malas lo sedamos.

Un silencio. —Si el alfa del chico sabe de esto, lo va a matar. No viste cómo se puso cuando intenté revisar sus constantes, su lobo estaba controlandolo.

Con esas palabras confirmó lo que Jin se llevaba temiendo, el atacante de Jimin estaba en el hospital.

La rabia recorrió su cuerpo, ¿cómo podían permitirlo?, era un asesino debería estar en la cárcel no atendido. Miró su manos, temblaban de la adrenalina a duras penas contenida, su lobo estaba apunto de salir.

Inhalaba y exhalaba intentando tranquilizarse pero su cabeza repetía la conversación en bucle.

Se metió en el ascensor, el reflejo en frente suya mostrando el brillo de sus ojos.

— Bolita, ¿qué pasa?.

Su madre se acercó preocupada, tomando entre sus manos su cara haciendo que la mirase.

— ¿Qué pasa?. — Dijo con más fuerza. Su loba apelando al lazo materno.

— Está aquí.

La voz de Jin era tan baja que no pudo escucharla, —¿quién?.

Ojos brillantes la miraron. —El hombre que atacó a Jimin.

Entendió la gravedad de la situación, sabía que había una posibilidad grande de que su hijo matase a aquel hombre y aunque dentro suya lo deseaba, las consecuencias podían ser devastadoras, delincuente o no seguía siendo una vida y la ley castigaría a su hijo. Si es que aquel horrible acto no le cambiaba de por si.

Llevó a su pequeño hasta el omega, esperando que eso le tranquilizase. —Me han dicho que debería despertar pronto.

Jin asintió incapaz de hablar.

— Lo importante es que estés con él cuando despierte, lo demás no importa ahora, ¿vale?.

Se concentró en el abrazo que su madre le daba, el lazo materno enviaba tranquilidad y amor, haciendo que las lagrimas mojases su ojos. Estaba frustrado por la situación, impotente, todo parecía cuesta abajo y Jin solo podía mirar cómo todo se hundía.

Comieron el desayuno que su madre había comprado, sus ojos cayendo al cuerpo del omega esperando que en cualquier momento despertase, ahora más que nunca lo necesitaba.

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Cortito pero intenso.

¿Qué les parece el cambio de guion? Me lo plateaba hace tiempo

Siento cualquier posible error y agradezco sus comentarios, me encanta dejarles con las intriga XD.

No lo olviden, iluminen mi noche con su estrella ^^



Alfa defectuoso (Jinmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora