Veintisiete

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El sonido de las manecillas de un reloj que hasta ahora no había sido notado llenaba el silencio de la habitación.

Ya vestidos y listos, habian decidido no hablar de lo que había pasado pero aún así sus mentes no podían evitar pensar en ello.

—Ya se hizo de noche...

Jungkook hizo un intento que se deshizo como las cenizas contra el viento. Afortunadamente la barriga de Jimin salvó el día.

—¿Queréis que haga algo de cenar?. —Ofreció Jin.

Los tres aceptaron sin pensarlo, la comida de Jin no se rechaza. 

Queriendo ayudar a su novio y, para que mentir, pasar el poco tiempo que le quedaba con él, lo siguió a la cocina.

—Por favor no hagáis guarradas en la cocina que ahí come la gente.

—¡Tae!.

Jimin ignoró a su estúpido mejor amigo y se acercó a Jin dándole un abrazo. Oliendo aquel aroma que tanto le gustaba.

—Me gusta como hueles.

—G-gracias.

El omega se apoyó en la isla de la cocina viendo como las manos de Jin volaban con evidente agilidad, era asombroso el talento que tenía para no haber estudiado nunca de manera profesional. Él mismo había notado la primera vez el potencial desperdiciado y por eso había insistido tanto a sus padres con que le ayudarán. 

El director de la academia era un persona dura que supondría un reto que conseguiría superar, Jimin lo sabía.

Su paladar estaba refinado con cocinas de 5 estrellas y cientos de euros, sabía cuando un buen plato se presentaba ante sus ojos.

—Serás un gran chef.

Jin había olvidado que estaba allí cuando se concentraba en la cocina todo pasaba a segundo plano.

—Eso si paso el curso.

—Lo harás y seré tu socio en el restaurante. Lo llamaremos "El rincón de JinMin".— La ilusión presente en las palabras.

Lo imaginaba como un lugar acogedor que mezcle sus personalidades, ambos participarían en la decoración. Los platillos tendrían nombre inventados por ellos que simbolizasen momentos de su vida. Podrían celebrar su banquete de boda allí.

—Tienes mucha fe en mi.

—La que a ti te falta.

Se acercó a su espalda intentado ver que estaba cocinado pero esta era muy ancha y tuvo que meter su cabecita en uno de los lados.

—¿Te quedas a dormir esta noche?. —Preguntó Jimin con un coqueto pestañeo.

Sin darse cuenta Jin abrió una de las ollas que expulsó aire caliente a su cara, haciendo que se echara para atrás llevando a Jimin consigo que golpeó el culo con un cajón abierto.

—¡Ay mi culo!.

—Perdona, amor.

—Me duele...—su tono lloroso preocupó al alfa— Quizás si me dieras un besito ahí.

—¿Qué?.

—¿Qué?. —devolvió.

Desde la escena subida de tono, Jimin estaba cachondo y no podía parar de pensar en ellos sin ropa, haciendo cosas indecentes.

—Vo-voy a seguir que si no se quema.

—Ya le pillaré. —se prometió Jimin.

Cuando terminaron de cocinar mandaron a los alfas poner la mesa y se dispusieron a disfrutar.

Alfa defectuoso (Jinmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora