Catorce

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Maratón 2/3


Sin ideas volvieron al pueblo dirigiéndose al ayuntamiento, quizás el alcalde tendría una copia de la llave de la cabaña.

--¿Se la vamos a pedir así porque sí?. --Preguntó Jin nada convencido con la idea que había tenido Jimin.

--Hyung, --miró a Jin como si fuese tonto-- tú vas a distraerlo mientras yo robo la llave.

--¡¿Qué?!,  no, no, no. Soy malísimo actuando, no paro de reír. Ni siquiera sabemos si tiene una llave.

Cada vez que había intentado librarse de un castigo mintiendo le salían unas estúpidas risitas sin evitarlo, su madre sabía que no podía estar serio en esos momentos y le pillaba.

--¿Y que sugieres?.

Justo en ese momento una idea vino a Jin, podría distraer al alcalde preguntándole por aquellos hombres pero no sabían si estaba involucrado.

--Aggg, esto es demasiado.

La frustración del chico le hizo gracia a Jimin que esperó a que compartiera lo que pasaba. Se limitó a mirarlo fijamente.

Ante la mirada del omega, decidió soltar sus frustraciones. -- Pensaba preguntarle al alcalde por los hombres en la foto pero no sabemos si es de fiar.

--¿Y quién es de fiar?, espera. ¡Tú madre!. Puede saber algo.

--No estés tan seguro, no sabía prácticamente nada de Gilhangje --sabiendo que Jimin no tenía idea de quién hablaba -- es el nombre del dueño del lago.

Los dos chicos decidieron entrar de todas formas en el ayuntamiento que era un edificio pequeño con una torre con un reloj en medio, una antigua casa burguesa por lo que sabía Jin, justo al entrar la mesa de la secretaria ocupaba la pared entre dos puertas que conducían a unas escaleras para el segundo piso y la torre del reloj.

La secretaría era una de las pocas jóvenes que habían decidido quedarse en el lugar, su personalidad amable y alegre le hicieron la candidata perfecta a los ojos del alcalde, sumándole que era la nieta de la antigua secretaria.

--Hola chicos, ¿qué necesitáis?. El alcalde no se encuentra en estos momentos pero estaré encantada de dejarle un mensaje.

--La verdad es que necesitamos recoger unos papeles de su despacho.-- Dijo Jimin apoyándose en el alto escritorio.

La cara de la secretaría reflejaba un próximo rechazo pero Jin la conocía y con un poco de insistencia cedería.

--No nos tomará ni un segundo, no queremos molestar al señor alcalde por un banalidad así.

Paseando su mirada ante los dos chicos se pensó si debería ceder, el alcalde estaba reunido con El Alfa, no quería ni imaginar su reacción al interrumpirlo. Ya había tenido choques desagradables con el alcalde por entrar a su despacho mientras trabajaba, el hombre era pequeño pero cuando se le cruzaba un cable podía sacar su imbécil interior.

--Rápido, por favor.

A paso ligero subieron las escaleras sintiendo la adrenalina, el despacho del alcalde era pequeño para los que Jimin había visto, su padre debía tener uno dos veces más grande siendo un gran empresario. Al fondo una gran estantería tapaba toda la pared, los cajones abundaban en la sala haciendo la tarea de encontrar algo tediosa.

Abría y cerraba cajones viendo cada inútil papel uno por uno, presupuesto de esto, presupuesto de lo otro, contratos, bla, bla, bla.

--Esto es una pérdida de tiempo.

Alfa defectuoso (Jinmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora