Mi proposición

3.2K 245 15
                                    

Ese día decidí faltar a la Universidad, pues tenía algo muy importante que hacer. Conduje hasta las afueras de la ciudad, feliz por la noticia que le daría a mi padre. La casa tradicional donde vivía era realmente bella, rodeada de jardines muy bien cuidados, donde abundaban las rosas rojas y los cerezos en flor, además de las fuentes de agua, llenas de peces koi. Era un lugar en verdad relajante, al que siempre regresaba cuando me sentía inquieto o agotado.

Pero, ese día mi presencia en la casa de mi padre era mucho más significativa, ya que podría decirle que haría realidad su deseo, y todo gracias a Serena. Siento que la amo más que ayer, más que todo el tiempo que la añoré, más de lo que siquiera imaginé que podría amar a alguien. En estos años, se había convertido en una mujer hermosa, llena de cualidades que me fascinaba descubrir día a día, y más encima me había regalado su confianza al aceptar mi propuesta. En verdad, debía creer por completo en mí para arriesgarse de esa manera a casarse conmigo, dejando incluso a su novio. ¿Qué diría Seiya cuando se enterara de que nos casaríamos dentro de un mes? ¿Debería conversar con él? Después de todo, se suponía que éramos amigos de antes que él conociera a Serena. ¿Cómo explicarle algo que no tenía explicación? No había hablado con ella si le había dicho acerca de nuestro acuerdo o si había terminado con él por otro motivo. Debía preguntarle eso en algún momento.

—Darien —escuché que me llamaba ni padre. Lo vi sentado a orillas de la fuente principal, mientras alimentaba a los peces anaranjados que nadaban a su alrededor. Sonreí al saber que al fin lo haría feliz.
—Padre, ¿cómo se ha sentido?
—Bien, dentro de lo posible. ¿Qué te trae por aquí, hijo? ¿Acaso faltaste a clases?
—Lo siento, pero, tenía algo muy importante que hablar con usted.
—Está bien, entremos a la sala. ¿Me ayudas?

En ese momento, me di cuenta de lo enfermo que estaba mi padre, pues jamás me pediría ayuda para caminar. Era un hombre orgulloso y autosuficiente, siempre dando órdenes a sus empleados o subordinados de forma firme y directa. Me acerqué y le ofrecí mi mano para que se levantará y luego lo acompañé hasta la sala, avanzando lentamente. Solté un suspiro, esperando tranquilizarme y así poder hablar con él lo más normal posible.

—¿Y bien? ¿Qué es eso tan importante que tienes que decirme? —me preguntó en cuanto se arrodilló sobre el tatami de la sala.
—Padre, hablé con mi... novia... —dije con dificultad, ya que todavía no me hacía a la idea de ese maravilloso privilegio—. Aceptó casarse conmigo dentro de un mes.
—¡Qué bien! —exclamó, visiblemente emocionado—. Espérame aquí, Darien, tengo algo que entregarte entonces.

Al ver que se le hacía difícil ponerse de pie, lo ayudé otra vez, sin embargo, no me dejó acompañarlo hasta donde iba. Desapareció en el pasillo que iba directo a su habitación, mientras podía escuchar el latido acelerado de mi corazón al darme cuenta de lo que estaba haciendo. Estaba engañando a mi propio padre con un matrimonio acordado con Serena... pero, yo la amaba y eso era lo importante, eso no era mentira y me enfocaría en ese punto para sostener aquella conversación.

Mi padre tardó unos minutos en volver, pero cuando se sentó estaba muy feliz, podía verlo en su sonrisa.

—Toma, Darien —me dijo, estirando su mano.
—Pero, padre...
—No hay peros aquí —acotó, mientras yo observaba una cajita que claramente contenía algo muy importente—. Era de tu madre y antes de ella, de mi madre. Ha pasado de generación en generación y ahora es tu turno.

No lo podía creer, era la sortija de mi madre y ahora quería que fuera de Serena. Si supiera como eran las cosas... un nudo se me formó en el estómago, porque si me negaba, echaría todo por la borda y eso era lo último que quería.

—Está bien, padre. Estoy seguro de que a Serena le encantará —acepté, tomando la cajita.
—Serena... que bello nombre. ¿Cuándo tendré el privilegio de conocerla?
—Espero que este fin de semana. Hablaré de eso con ella y le avisaré con anticipación.

Boda por amistad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora