-Bueno, voy a alistarme, faltan poco para las ocho, pero no se preocupen pueden seguir comiendo todo lo que quieran hasta que sus barrigas exploten. -dijo Victory y Ciro se paró al mismo tiempo que ella.
-Yo ya comí demasiado, así que te acompaño. -dijo tranquilo mientras los otros tres los miraban.
-ok... -respondió Victory a sabiendas de lo que iba a pasar, Ciro ya estaba celoso y cuando viera lo que se iba a poner se pondría peor, así que entró a su armario con Ciro siguiéndola, solo la miraba esperando que no eligiera algo muy provocativo.
Cuando Victory apenas tocaba un vestido sin verlo completamente lo pensaba dos veces por que su mayor espectador estaba al pendiente de sus decisiones.
-Tal vez me ponga este...
-no, ese no.
-entonces este...
-no, ese tampoco... -Le negó Ciro y metiendo su mano a la ropa deportiva le dio una sudadera gris con un pantalón de mezclilla y una gorra roja. -esto es mucho más cómodo que todos esos vestidos provocativos.
-Ciro... una de las condiciones de Delaney era que fuera... "exquisita" no lo hago para seducirlo...
-es que lo único que lograrás con esos vestidos es eso.
-pajarraco tienes que confiar en mí, esto hará que deje de molestarnos un buen rato, no es una cena romántica y yo me encargaré que no parezca una.
-Dulzura... es que me vuelve completamente loco que él si tenga ese privilegio, ¿Cuándo hicimos el amor no te dejé claro que eras mía?-preguntó con voz deliciosamente ronca y la piel de Victory se erizó al oírlo y más al sentir sus brazos rodeándola, ¡es que para Victory era sombríamente sexi!
-Tú sabes que sí, pero... creo que a ti te falta saber que ya eres mío,-le dijo empujándolo a uno de los sillones que estaban atrás de él, Ciro de inmediato cambió su expresión, sin duda le excitaba ver a Victory tomando el mando de la situación. Subió a horcajadas sobre sus piernas y con sus labios aprisionó los suyos, ese beso que había empezado lento con deliciosas texturas cada vez resultaba ponerse más... salvaje, de repente llegaban las mordidas y el juego de sus lenguas dándoles nuevas sensaciones. Ciro no quería dejarla ir así que cuando intentó jalarla aún más hacía el Victory no se lo permitió y tomando sus manos las llevó por encima de su cabello negro perfectamente despeinado, ella intentaba dominar a esa criatura indomable que buscaba cualquier momento para seducirla, y si quería dejarlo tranquilo para ir a esa fastidiosa cena tendría que aprovecharse de él primero.
-Dulzura... en este tipo de situaciones si me gusta verte como chica mala. -Victory quien poseía una mirada increíblemente seductora lo miró encantada y pensó en hacer más largo su deseo.
- ¿eso te gusta, he? Entonces juguemos Ciro, -Dijo parándose y tomó una pañoleta negra junto con otra roja y antes de llegar a Ciro se despojó de su ropa hasta quedar con su ropa interior perfecta de encaje negro, la mirada de Ciro se ensombreció mas al ver que Victory se ponía unas zapatillas negras dejando libre toda su larga cabellera rubia, todo esto mientras una sonrisa aparecía en la cara de Victory al notar que bajo los pantalones de Ciro ya se hacía presente aquel que la volvería loca unos minutos más adelante. -Mi juego... mis reglas... -le dejó claro caminando de tras del sofá pasando la suave pañoleta por sus hombros y tomando su cabeza lo obligó a mirarla desde abajo y después lo besó, se separó dejándolo con ganas de más y tomando la pañoleta le cubrió los ojos para después pasar su manos detrás de él y atarlas también, Ciro mantenía una sonrisa y era imposible borrarla. Entonces Victory se arrodilló frente a él y lo jaló de la corbata para acercarlo a ella con cierta brusquedad calculada. -Ahora me encargaré de que no me saques de tu mente, así como yo no te veía tu no me verás, tampoco me vas a poder tocar... -lo soltó y con descaro desabrochó su pantalón y bajando el cierre se puso de pie y se volvió a poner encima de él.
-Hazlo dulzura... solo hazlo...-suplicó gimiendo con esa voz ronca, Victory comenzó a ronronear como cuando sabía entregarse a las caricias del ser correcto y eso excitó aún más a Ciro.
-Pídemelo...-le ordenó justo como él lo había hecho con anterioridad y él sonrió seductoramente al oírla, sabía que era su cruel venganza, una venganza perfectamente deliciosa.
-Tramposa... -dijo burlón y fue así que Victory le dio una bofetada que fue más satisfactoria que malvada y tomó su mandíbula con una mano para obligarlo.
- ¿Qué parte de "pídemelo" no entendiste? Pídemelo.-el ardor que había dejado en su mejilla por aquella bofetada lo había encendido aún más así que no le quedó más que seguir su juego mientras que ella desabrochaba su camisa botón por botón para desquiciarlo más.
-Hazme el amor dulzura, pero ya porque me vas a volver loco. -pidió gruñendo de deseo y Victory sonrió poniendo su boca cerca de su oído.
-Aquí la única loca soy yo mi amor... -Le dijo antes de dejarse caer sobre aquella parte más sensible de Ciro y ambos no pudieron evitar gemir tras ese pequeño delicioso desliz.
Victory estaba feliz y ya que sentía que ahora podía hacerse completamente de ese hombre perfecto, era de ella, desde cada cabello hasta la punta de sus pies, y tras ese sentimiento de poseerlo sin estigmas hizo de él lo que quiso, en algunas ocasiones era tan grandes las sensaciones que tomaba su cabello con fuerza para besarlo, sin problema de que él pudiera hacer algo, ella podía tocar, acariciar, besar, pellizcar, arañar y adueñarse de lo que quisiera de él. Y cuando su alrededor se llenó de varios gamas de placer simplemente lo abrazó, se pertenecían. Y ahora sabían que cada vez que quisieran podrían complementarse en una dosis perfecta de seducción y delirio.
Cuando Victory se repuso no se bajó de él, simplemente le quitó la pañoleta que cubría sus ojos, Ciro por unos segundos no los abrió y después la miró con toda esa seguridad que lo caracterizaba, Victory le sonrió y de nuevo se lanzó a sus labios, ahora un poco más tranquila y mientras lo besaba acariciaba sus brazos sintiendo aun la piel de Ciro erizada, era la perfecta señal de que había hecho lo correcto.
- ¿sabes? Cambie de opinión. -Dijo Ciro lleno de ego.
- ¿sobre él que?
-Sobre lo que te pondrás, quiero que te pongas el vestido más provocativo que tengas, quiero que mire lo que es mío y que sepa que no podrá tenerlo jamás, quiero que sueñe noche y día contigo y que no descanse jamás porque sabe que el único que podrá tocarte soy yo y que al final del día siempre seré yo quien te hará el amor una y otra vez sin cansancio, ese será su maldito infierno.-Victory le dedicó la sonrisa más significativa del mundo, una que le hacía ver que estaba de acuerdo con eso.
-Perfecto... ahora ya lo sabes, no hay forma de que te libres de mí, iré a esa maldita cena con el imbécil y le sacaré información, y tal vez en su momento pueda arrancarle la cabeza con mis propias manos hasta ponerla como decoración en la pared. ¿Me ayudas a elegir mi vestido?
ESTÁS LEYENDO
Engatozada: Bloody Victory
Fantasy(ENGATOZADA Parte 5) ¡Victory Krentz no quería matarlos a todos!... ¡es broma! si quería. ¿Como es posible pasar de ser la mejor Abogada de Londres, para después convertirse en una demente asesina serial? Simple, tras el frío asesinato de su pro...