NOCHE DE CHICAS

2.8K 558 40
                                    


— ¿Si?—preguntaron por el interfón

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— ¿Si?—preguntaron por el interfón.

— ¡Comida China Chong a domicilio! —Gritó Victory inventando el nombre vestida como una típica repartidora de comida china, junto a ella se encontraba Cristopher cargando varios paquetes sin decir nada, ambos observaron cómo abrieron la puerta por control remoto y sonrieron.

Una hermosa mujer asiática vestida de blanco los recibió y ambos notaron que tenía orejas puntiagudas, sin duda alguna era una de las ninfas esclavas.

—Por favor síganme, los guiaré a la cocina. —dijo la mujer con voz sumamente dulce y los llevó hasta la cocina donde había otras dos ninfas iguales a ella. —pueden dejarlos en esta mesa, ¿Cuánto se les debe? — preguntó mientras las otras dos comenzaban a servirla como si tuvieran demasiada prisa.

—No es nada... —respondió Cristopher quitado de la pena y las tres ninfas lo miraron sin entender.

—Escucha Ninfa, somos amigos de Merlín y venimos a sacarlas de aquí, así que reúne a tus amiguitas. —le ordenó Victory quitándose la odiosa gorra con un dragón, se sentía ridícula.

—Pero si esa mujer descubre que queremos huir nos electrocutará a todas. —respondió una de ellas llena de temor.

—eso no pasará por que este chico les quitará los collares, y por la mujer... no te preocupes, << ¡sangre! ¡Dame sangre!>>—escuchó a Ciro y guiñó un ojo sonriente dirigiéndose al comedor donde estaban todas las mujeres invitadas por la compradora.

— ¡Vic! Por favor ten cuidado... —le susurró Cristopher preocupado.

—ellas son las que deberían tener cuidado.

La increíble mesa del comedor donde se encontraban cinco mujeres era enorme y redonda, la iluminación era tenue y había música de violín ambientando la habitación. Victory entró soltando su cabello y agitó su cabellera sonriendo, ellas jugaban Uno contando anécdotas estúpidas.

—Mi esposo piensa que no me doy cuenta que me engaña, es demasiado inútil y desvergonzado. —contó una de ellas con un gran moño en su cabeza dejando una carta.

—Pobre, se metió con la más golfa del suburbio. —comentó otra.

—No te preocupes, tengo contactos que me ayudarán a encontrarlo en el acto, así publicaré sus fotos por todo el lugar. —dijo la dueña de la casa, sabía que era ella puesto que todas la miraban sonriendo cual típicas lame botas —Mientras... Muero de hambre. —Tocó una campana y esperó pero nadie llegaba con su ansiada comida. — ¡Servicio!—gritó apenada con sus invitadas.

— ¡Lo siento! El servicio está ocupado... —Respondió Victory al fin haciendo acto de presencia, las cinco mujeres la miraron enfadadas con su actitud.

— ¿Quién eres tú?—le cuestionó la dueña.

—Ya tendré tiempo de explicarles... pero para evitar que se pongan locas me aseguraré de que ninguna pueda escapar. —Las observó y creando una esfera de energía conjuró...

Engatozada: Bloody VictoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora