ADIOS KOUJI

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Rin pasó el día recordando la conversación con Susan feliz porque podría seguir viviendo con el Grandulón sin ningún remordimiento. Una vez que terminó su turno en la biblioteca con paciencia tomó sus cosas se puso el abrigo y se dispuso a irse para su casa. Al salir del edificio, Rin iba un poco distraída buscando el celular en su bolso, quería llamar a Kouji para preguntarle como le había ido en una entrevista en la embajada holandesa. Una vez con el celular en su mano levantó la vista y en ese momento vio la figura de su novio que la miraba ensimismado desde una banca.
Cuando lo vio la gatita sintió un escalofrío que le subió por la espina dorsal hasta su nuca, su novio tenía una extraña mirada en su rostro, como si algo lo entristeciera o le robara la paz y en ese instante ella comprendió que Kouji no tenía buenas noticias para ella o su relación, en un rincón escondido de su mente ella supo que probablemente eso era mas una despedida que otra cosa.
Tratando de ser fuerte Rin enmascaró su inquietud bajo una sonrisa que le llegó a Kouji hasta lo más profundo de su ser, fingiendo felicidad se levantó de su asiento para recibirla con los brazos abiertos y secretamente al borde de las lágrimas por tener que separarse de aquella mujer maravillosa. Rin no se atrevió a decir nada, solo se dejó abrazar fuertemente por Kouji que al tenerla entre sus brazos se sintió hostigado por el dolor de la inminente separación y sus ojos se aguaron en un instante. Abrumada por la actitud de su novio Rin se separó un poco para verlo, su corazón pareció detenerse un momento al encontrarse con el rostro lleno de desesperación y dolor de Kouji. Tragando saliva Rin trato de hablar pero su voz se quebraba en su garganta sabiendo que sus suposiciones eran ciertas, Kouji se iría mas pronto de lo esperado…ahogando un suspiro y luego de repetir las palabras en su cabeza logró pronunciarlas en voz baja.
"Tienes que irte verdad?...esto no es justo…!"
"Rin yo…"

Kouji no dijo nada más al ver que ella rompía en llanto cubriéndose el rostro con ambas manos y acurrucándose en su pecho como resignada. Con ternura la abrazó con todas sus fuerzas, dándole besitos en la cabeza y jugando con varios mechones de cabello entre sus dedos.

Dejando que Rin llorara contra su pecho, Kouji se sintió completamente derrotado, por un lado estaba súper feliz por aquella nueva etapa de su vida pero por el otro, las palabras de Rin eran una cruel ironía, llevarse tan bien y tener que separarse era simplemente una injusticia. Cuando ella percibió que Kouji la besaba en la cabeza con ternura se sintió aún mas triste, porque aquella ternura innata era una de las cosas que mas iba a extrañar de él, tratando de tranquilizarse lo rodeó con ambos brazos para abrazarlo con fuerza y al mismo tiempo buscar sus labios para besarlo. Se besaron despacio, saboreando el aliento tibio sobre sus labios, probando una última vez lo bien que se sentía estar juntos. Después de aquel intercambio silencioso y tibio Kouji tomó el rostro de Rin con ambas manos y con lágrimas en los ojos le dijo lo mucho que la quería.
"Te amo Rin…no tienes idea de lo doloroso que es separarme de tí"
"Kouji…!"

Al contemplar los ojos de su novio arrasados por las lágrimas a Rin se le cerró la garganta y sintió un nudo espantoso en el estómago, quería salir corriendo y dejarlo ahí, lo amaba y al mismo tiempo lo odiaba por dejarla sola, por no quedarse con ella y hacerla feliz. Con una sonrisa la gatita acarició el rostro ensombrecido de Kouji y volvió a besarlo tratando de apaciguar el trago amargo que ambos tenían atravesado en la garganta. El beso dio resultado y Kouji suspiró tratando de sonreír con las lágrimas amontonadas en sus ojos luchando por salir, Rin tenía el corazón estrujado en su pecho de ver lo emocional que podía ser Kouji y conmovida se pegó a él con una actitud tierna y refrescante para no romper en llanto.
"Yo también te amo Kouji…que te parece si me secuestras una última vez antes de que te vayas?"

Kouji soltó una risa dándole salida a sus emociones y la besó sintiendo que sus lágrimas se evaporaban ante aquella proposición tan agradable que resultaba ser la mejor medicina para su tristeza: una última noche de amor y pasión con Rin. Sujetándola por la cintura la atrajo aún más hacia él y extendió sus besos desde la boca hasta el cuello en una sensual provocación. Rin se carcajeó al sentir los tibios labios acariciar su piel y deslizó ambas manos debajo de la camisa de Kouji que se erizó al instante e inmediatamente le habló al oído.
"Preciosa que falta me vas a hacer…al menos fuiste mía, ya puedo morir en paz…"
"Jajaja Kouji que cosas dices…"

NECESITO UN DOCTORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora