3 AÑOS DESPUES... REGRESE

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Tokio...

Jaken se limpió las boronas de las manos y se aclaró la voz para hablar. A su lado, Sesshoumaru masticaba ensimismado días como ese, recordaba sin querer detalles de Rin y eso lo enfurecía porque estaba convencido que la había olvidado y su vida con ella debía quedarse en el pasado.

"Ahem!"
"Que quieres?"
"Contarte algo!"
"Que?"
"Sé de buena fuente que la gatita volverá a Tokio en dos semanas. Ya aprendió francés y quiere estar de las personas que quiere"

Al escucharlo, Sesshoumaru se puso tenso y dejó de comer. Jaken se rió calladamente y con voz pausada, sutilmente le recordó que cuando terminaron tres años antes no fue por falta de amor, sino por culpa de los horarios. Reflexionando sobre aquellas palabras, Sesshoumaru tuvo que admitir que la decisión de Rin había sido la correcta porque ninguna relación, por más amor, habría sobrevivido. Sin embargo, el guardaba el resentimiento de haberse quedado solo y no se creía capaz de perdonarla. Eso era solo parte del problema, su noviazgo con Sayo era parte de su realidad y aunque no era ni la sombra de su relación con Rin, se había acostumbrado a estar con ella.

"Pues me parece bien que regrese, su familia estará feliz!"

Jaken lo miró con una mueca de burla y lástima. Sabía muy bien que Sayo creía que ser la esposa de Sesshoumaru era solo cuestión de tiempo. Pero él estaba convencido, por más que el grandulón lo negara, que seguía enamorado de la gatita. Una cosa era cierta, para Rin no había mejor hombre que el doctor, eso lo sabía por Kira.

"Que frío eres, pensé que tu estarías feliz de volver a verla. Bueno ya cumplí con decirte, tengo que ir a trabajar!"

Pocas veces Jaken dejaba aflorar amargura en su tono de voz y Sesshoumaru se sintió avergonzado de haber pronunciado aquellas palabras, como si en verdad Rin fuera una persona cualquiera. Iba a decir algo, pero su amigo ya no estaba, solo él y el recordatorio de su frialdad.

No lo sabía pero con Sayo era el hombre frío y sin emoción en su mirada de antes. Sayo era una buena mujer y parecía realmente interesada en él, además que le había logrado mitigar el dolor de haber perdido a Rin. Juntando las cejas en un gesto grave, se dijo a si mismo que la gatita era alguien de su pasado y su nueva novia se había ganado su cariño.

Dos semanas después...

Rin respiró profundo por tercera vez frente al espejo, había llegado dos días antes y lo que mas quería era ver a Sesshoumaru. Aunque no tenía demasiadas ilusiones, no podía evitar sentir mariposas. Era como si el tiempo no hubiera pasado y sus sentimientos por el doctor permanecieran intactos, en una burbuja de amor eterno. Hablando para sí misma se tranquilizó ante la idea de un reencuentro con el hombre que más quería después de su padre y hermano. Luego se acomodó la blusa por última vez y salió de su cuarto para desayunar con su padre, Deborah y Koro.

Una vez en la mesa, Rin casi no probó bocado. Viendo a su hija prácticamente inmóvil, Folken sonrió y siguió con su desayuno, intercambiando miradas con Deborah y Koro. Tomando la servilleta para limpiarse, el Doctor Ikegami anunció que estaba listo para irse al hospital. Como un resorte, Rin se levantó de la mesa y dándole un beso a Deborah y Koro salió al frente de la casa dominada por los nervios y la emoción. Con una risita de felicidad, su padre se apresuró a despedirse de su esposa y llevarla para que finalmente pudiera ver al Grandulón.

"Tienes muchas ganas de verlo verdad?"
"Claro, hace meses que no veo a Kai!"
"No me refería a tu hermano Ángel!"

Completamente sonrojada, Rin respiró profundo y torció la boca sabiéndose descubierta. Tan pronto llegaron al hospital y después de despedirse de su padre, Rin caminó por los pasillos con el estómago en un nudo, en menos de lo esperado, dio con Jaken y Kira. Ambos la abrazaron sonrientes, bombardeándola de preguntas. Resistiendo a la tentación de preguntar por Sesshoumaru, aceptó gustosa acompañar a sus amigos hasta el comedor, donde le aseguraron que encontrarían a Kai.

NECESITO UN DOCTORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora