Lunes por la noche, dos semanas después...
Cuando Sesshoumaru atravesó la puerta Rin no estaba en el apartamento y eso le terminó de agriar el día. No había parado de pensar en la llamada de Susan y tampoco encontraba la forma como decirle a Rin, no quería porque eso iba significar separarse de ella. Sintiéndose hastiado empezó a hablar en voz alta para desahogar su ira.
"Hoy no tiene que trabajar...así que seguramente está con el mal nacido ese...quisiera poder partirle la cara de un solo puñetazo, él la puede besar y abrazar y...rayos! Porque ahora que estoy comprometido?...Gatita que voy a hacer contigo!"
Sesshoumaru se dejó caer en el sillón amargado, tomó uno de los almohadones del sillón se lo puso en el pecho y prendió la televisión esperando que llegara Rin. No habían pasado cinco minutos cuando Rin apareció por la puerta, venía con varias bolsas de supermercado. En cuanto la vio se levantó como impulsado por dinamita y en un santiamén estuvo junto a ella, quitándole las bolsas de las manos.
"Llegas tarde pequeña!"
"No Grandulón...tu llegaste temprano!"
"No me contestes gatita!"Rin se rió y siguió de largo hasta su habitación mientras Sesshoumaru acomodaba todo lo que había comprado. Ella se sentía triste desde que había hablado con Deborah en el almuerzo. Desde ese día no había parado de recordar a su madre y miles de detalles relacionados con ella que lo único que hacían era reafirmar el vacío que ella había dejado en su vida.
Sabía de sobra que su agradable madrastra y ella se convertirían en buenas amigas pero la ausencia de su madre era un dolor que siempre llevaría en su corazón, y hoy aquel dolor le punzaba como nunca. Ni siquiera una tarde en brazos de Kouji parecía apaciguar su tristeza, después de haber comido algo con él solo quería llegar a su apartamento para poder desahogarse a solas, momentos como ese apreciaba la personalidad tranquila de Sesshoumaru.Dejó su cartera sobre una silla junto a la puerta de su habitación y se puso la pijama con un sin fin de recuerdos de su madre desfilando en su mente. Con la pijama puesta se sentó en el borde de la cama, de espaldas a la puerta que había quedado entreabierta. Sesshoumaru terminó de guardar las compras, tomó un refresco y fue a sentarse en el sillón de la sala esperando que Rin lo acompañara. Pero al pasar los minutos y sin que ella llegara, pensó que probablemente se había dormido. Se levantó y fue hasta el baño, al terminar de lavarse las manos creyó escuchar un sollozo, por lo que agudizó el oído no había duda, Rin lloraba calladamente.
Sin pensarlo entró al cuarto y la vio acurrucada sobre la cama, pensando lo peor cerró la distancia entre ellos y se arrodilló frente a ella. Al verlo Rin solo frunció el ceño pero no hizo ningún intento por esconder sus lágrimas.
"Que sucede pequeña porque lloras?"
Rin sonrió suavemente al escuchar la preocupación en la voz de Sesshoumaru que la miraba con ojos cálidos y llamándola pequeña con ternura. Al ver que ella dudaba en contestarle Sesshoumaru tuvo un amargo sabor en la boca y sintió que perdía la poca paciencia.
"Contesta Rin, alguien te hizo algo acaso fue Kouji? Dime!"
"No Grandulón es sólo que hoy extraño tanto a mi madre que...!"La voz de Rin se quebró en un sollozo y Sesshoumaru sintió que el corazón se le partía en el pecho, dejándolo sin argumentos por un instante. De todo lo que le había pasado por la mente, extrañar a su madre era la única que no había considerado. Sesshoumaru se acercó aún más a ella, viéndola a los ojos y luego se puso de pie, fue hasta la cocina y volvió minutos después con una taza de chocolate caliente con cinco malvaviscos en miniatura flotando en la leche.
Al verlo Rin sintió un nudo en la garganta peor que antes, le fascinaba el chocolate caliente y la última vez que habían estado en el supermercado no encontraron los malvaviscos en miniatura por lo que era obvio que Sesshoumaru los había ido a comprar después para ella. La idea de Sesshoumaru en el supermercado buscando malvaviscos para ella la distrajo de su dolor y la emocionó tanto que comprendió que para ella aquel serio hombre se había convertido en alguien indispensable. Con la taza aún en sus manos Sesshoumaru le pidió que se sentara y ella aceptó sin protestar
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NECESITO UN DOCTOR
FanfictionUn guapo chico llegará a estudiar medicina, pero nunca se espero encontrar en el mismo lugar a una mujer que pondría de cabeza su vida...