TE AMARE SIEMPRE

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Cuando Sesshoumaru entró al apartamento, Rin estaba en la sala viendo televisión ensimismada, con un plato de uvas acomodado en el vientre.
"Hola Grandulón llegaste temprano!"
"Hola Gatita!"

Cuando Sesshoumaru se sentó junto a ella, Rin puso el plato a un lado y tomándolo por las mejillas le dio un beso. Acariciándole el rostro le dijo que lucía cansado.
"Un poco, fue un día pesado, que miras?"
"Una película de mujeres!"
"Ahhh entonces iré a darme una ducha!"

Rin lo siguió con la mirada y cuando cerró la puerta del cuarto tras de si, se puso de pie para poner la mesa, le había preparado una cena romántica, tenía 5 meses y quería aprovechar de su marido lo mas posible, quizás era culpa de todos los consejos que escuchaba porque todos coincidían en una cosa, una vez que los bebes nacieran, ella y Sesshoumaru no iban a tener tiempo de nada y las noches apasionadas y vacaciones románticas se acabarían para dar paso a la familia. Aunque eran gemelos, su barriga era muy decente y ella estaba delgada cuidándose mucho lo comía y haciendo el ejercicio que le permitía su doctor. Al escuchar que la llave del agua se cerraba se apresuró a soltarse el cabello y quitarse el sweater para revelar una sexy camisa de embarazo. Sesshoumaru salió del cuarto con un paño alrededor de la cintura, secándose el cabello distraído.
"Rin hiciste algo de comer o prefieres que salgamos…oh!"

Sesshoumaru se echó una risa entre dientes admirándola, dejando el paño con que se estaba secando la cabeza de lado, se aproximó a ella rodeándola en un abrazo, besándola con los labios entreabiertos.
"No estas muy cansado verdad que no?"
"Para nada, pero si tengo hambre!"
"Jajaja entonces ve a ponerte algo sino me voy a comer mi postre de primero!"

Sin soltarla, Sesshoumaru soltó una sonora carcajada y subió sus manos hasta sus pechos, gruñendo que le encantaba lo grandes que se habían puesto con el embarazo, se dieron un beso apasionado, sin poder controlarse, Rin estiró la mano para quitarle la toalla y acariciarlo, cuando Sesshoumaru protestó entre risas, le dijo que era su culpa por ser tan delicioso y sexy.
"Déjame ir a cambiarme, en serio me muero de hambre!"
"Jajaja que bueno porque hice todo lo que te gusta!"

Cuando Sesshoumaru le dio la espalda completamente desnudo, Rin se quedó admirándolo y le dio una nalgada. Comieron recordando la época cuando eran solo amigos. Mientras Rin recordaba en voz alta detalles del paseo a la montaña, Sesshoumaru le acariciaba la mejilla con una sonrisa.
"Te acuerdas que dormimos juntos?"
"Como olvidarlo? Te pegabas a mi dormida, dormíamos completamente entrepiernados…tuve que usar toda mi fuerza de voluntad para no arrancarte la pijama y hacerte el amor!"
"Mmm todavía me acuerdo de Kure y me erizo, fuiste muy frío!"
"Pero te la cobraste Gatita, me amarraste a la cama!"
"Jejeje, hace mucho que no lo hacemos así, quieres una noche de tortura doctor?"
"Lo que sea contigo!"
"Jejeje!"

Después de comer, caminaron al cuarto y con un empujón Rin lo acostó en la cama, sentándose sobre él mientras le acariciaba el pecho, besándolo con suaves toques de su lengua. Con suavidad, Sesshoumaru estiró las manos y retiró la blusa, riéndose al ver que no llevaba ropa interior, sujetándola por la cintura, la acomodó de espaldas y procurando no estrujarle el vientre devoró sus senos estirando la mano para acariciarla entre las piernas. Los gemidos femeninos inundaron el cuarto y Sesshoumaru sintió toda su energía concentrarse bajo su cintura, mas cuando sintió las caricias de su esposa. Desviando sus besos a su cuello le habló al oído preguntándole como quería hacerlo, la respuesta de Rin fue acomodarse sobre él, moviéndose suavemente, permitiéndole acariciar sus senos y vientre con una sonrisa.
"Me encanta esta posición!"
"Lo mismo digo, la vista es espectacular!"

Con la ayuda de Sesshoumaru, Rin pudo moverse mas enérgicamente alcanzando el clímax en medio de sensuales jadeos. Sesshoumaru sonrió burlonamente cuando ella le preguntó si ya había llegado. Acurrucándose junto a él, Rin le preguntó si no tenía miedo para cuando llegaran los pequeños, acariciándole la espalda distraído le dijo que estaba un poco ansioso pero sabía que entre los dos harían un buen trabajo.
"Suenas muy convencido!"
"No te preocupes, todo saldrá bien!"
"Tenemos que escoger los nombres!"

NECESITO UN DOCTORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora