EL PAPA GATO Y LA FIESTA DE CUMPLEAÑOS

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Sábado...

Sesshoumaru abrió los ojos al aroma de un desayuno hecho con cariño, manjares hechos por la gatita chef. Moviendo la cabeza para desperezarse, el doctor se pasó los dedos por el torso, evocando la sensación del cuerpo femenino apoyado en él. Con una sonrisa ínfima, recordó la soltura con que se había metido en su cama, y dejo que el escalofrío lo recorriera de punta a punta. Luego se dio vuelta en la cama y enterró la nariz en la almohada con ganas de gritar.

Así lo encontró Rin cuando abrió la puerta para avisarle que el desayuno estaba listo. La gatita se sentía apenada de saber que se había pasado de cama y ni siquiera lo recordaba. Kagome le había dicho que aprovechara y disfrutara de su doctor todo lo que pudiera, según su amiga, todo era posible y a lo mejor Sesshoumaru podría enamorarse de ella. Cuando Kagome le dijo eso, ella se encogió de hombros alegando que el Grandulón era demasiado centrado en sus cosas. Ahora estaba de pie en la puerta, contemplando con la cabeza ladeada, su espalda desnuda y la curva que se formaba donde la sabana delineaba los glúteos masculinos. (mmm...apuesto que tiene un trasero firme, como me gustaría pellizcarlo jejejeje...ahem basta ya! es un hombre comprometido...que no le importa que yo duerma pegada a él como un pulpo...)

"Hola, buenos días doctor te prepare desayuno...estas bien?"

Sesshoumaru se levantó como un resorte para verla, con el pelo revuelto por hundir su cara en la almohada, le dijo que iría en un segundo y que nada malo le pasaba.

"Hola gatita, estoy bien, que hora es?"
"9.30"
"Vaya parece que me quede dormido"
"Es mi culpa, no me di cuenta en que momento me pase..."
"Te pasaste de cama? Pues para serte sincero no me di cuenta!"

La cara de Rin se puso tan roja que ella sintió como la sangre se le subía a la cabeza de un solo golpe. Dándole la espalda, Sesshoumaru terminó de hacer su cama y sin que Rin lo notara, acarició la parte de la sabana donde ella había estado y que tenía un par de largos cabellos negros.

"Que me preparaste gatita?"
"Omellette hace mucho que no te la hago!"
"Gracias!"

Sesshoumaru terminaba de guardar los platos cuando sonó el timbre. Rin estaba en su habitación preparándose para salir de compras por lo que supuso que era Kagome con su hermano. Efectivamente, era su cuñada y su hermano, venían por Rin para ir de compras. Esa noche sería la fiesta de cumpleaños del papa gato y Deborah había organizado una celebración por todo lo alto en la residencia Ikegami. Con la excusa de la fiesta, Kagome había inventado una tarde de compras y belleza solo para ellas dos.

Rin había recibido de buena gana aquella idea, quería comprarse un vestido hermoso para lucírselo en secreto a Sesshoumaru, sabiendo que su madrastra había contratado una orquesta, Rin ansiaba poder bailar con el Grandulón a la luz de las estrellas.

"Hola!"
"Hola Kagome, Insecto, que haces aquí? Pensé que eran solo las dos!"
"Si pero yo las llevaré y tu me vas acompañar ahora y cuando terminen!"

El doctor no se molesto en negarse y entro al baño para ducharse y cambiarse. Cuando salió, vio que Rin y Kagome secreteaban como dos niñas ahogando la risa y tomándose de la mano, lo que no sospechaba era que hablaban de él.

"Kagome me pase de cama, no puedo dormir sin él esto es terrible!"
"No amiga, déjame decirte que a como yo lo veo, él no tiene ninguna objeción de dormir contigo, apuesto que te le pegas como un pulpo!"
"Jejeje es que es tan calientito, además hay mucho de que agarrarme jajjajaja!"
"No tienes remedio Rin!"
"Lo sé...entonces vamos a comprar desde el vestido a los zapatos y luego al salón?"
"Siiiii!"

Cuando llegaron al centro comercial, las dos se alejaron caminando envueltas en su burbuja particular. Viendo como la gatita se alejaba, Sesshoumaru sintió un ardor en la boca del estomago que se desvaneció cuando ella regreso sobre sus pasos para despedirse de ambos. Primero le dio un beso a Inuyasha en la mejilla y luego cuando estuvo frente a él, se puso de puntillas y le tiro los brazos alrededor del cuello. Le dio tres besitos en la mejilla y le dijo que lo iba a extrañar hasta el almuerzo. Ella sabía que estaba dejándose llevar por sus sentimientos, pero no le importaba, Sesshoumaru era demasiado especial y paciente con ella para no hacerlo.

NECESITO UN DOCTORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora