《 Dicen que los chicos buenos van al cielo. Pero los chicos malos... te traen el cielo 》—¿Estás bien? Estai como ausente, Samy.
Alzo la mirada para observar al Diego sentado frente a mí. Esta bebiendo de su vaso de bebida mientras que yo como de mi hamburguesa, completamente distraída. Hoy es lunes y estamos en el casino de la u. Ayer me dedique a dormir todo el día. La pega me había dejado para la caga.
—Estoy bien. Solo cansada.
La verdad... es que seguía dándole vueltas a mi loco y terrible fin de semana. Primero la muerte de ese cabro y después las actitudes del Matías. Estaba comenzando a hacerme mis propias películas y sacando mis sagas de tanto rollo que me pasaba.
—¿Y como estuvo la pega? —me pregunta, tomándome la mano por encima de la mesa. Fijo mis ojos en la unión esperando que mi piel se erice por el contacto. Pero no pasa.
—Es... piola —respondo, amargamente.
Observo mi alrededor viendo como los jóvenes comen y repasan de sus cuadernos y apuntes. Estamos cerca de finalizar el semestre y creo que todo el mundo anda para la corneta con sus ramos.
Suspiro con pesadez.
No quiero hablar de la pega... ni de mi fin de semana. No quiero seguir dándole más vueltas a la huea.
—¿Solo piola? ¿Te ha ido bien? —insiste.
Bufo, apartando mi mano y tomándome un moño.
—Todo bien, Dieguin. Tengo que ir a mi clase. ¿Nos vemos marrato? —exclamo, poniéndome de pie. Tomo mis cosas y me acerco para despedirme.
—Bueno, preciosa. Te mando un mensaje.
Me da un beso corto en los labios, pillándome por sorpresa. Frunzo las cejas y me voy.
Cuando llegó a mi clase me distraigo viendo el lápiz, el techo o cualquier huea. La Yasna me codea varias veces para que preste atención en un trabajo del que habla la profesora, pero no logro concentrarme.
Vaya mierda...
—Adivina quién me hablo por instagram —alza las cejas la pelirroja, poniendo su codo en mi mesa.
La miro con la paja impregnada en mi rostro.
—¿Zack Efron? ¿Nick Jonas? ¿Adam Levine? Si no es uno de ellos, entonces no me interesa —escupo, bostezando.
La Yasna se ríe. La profe la mira mal, pero continúa explicando. Total, nos sentamos atrás y en la u les vale verga si estudias o no. El que cagas eres tú. Nadie más.
—Alguien igual de rico, hueona. El Pipe.
Casi aplaude como foca cuando me ve alzar las cejas.
—¿Y qué te dijo?
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UN HUEÓN PELIGROSO (+21)
Romance¿Es un ángel enamorado de un demonio? ¿O un demonio corrompiendo la pureza de un ser divino? ¿Qué mierda importa? Ambos están dispuestos a quemarse para probar el delicioso sabor del paraíso. Incluso si semejante pecado... los condena de por vida.