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El resto del fin de semana se me fue en modo flash

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El resto del fin de semana se me fue en modo flash. Me dedique a repasar materias y ordenar mis borradores para tener todo claro a la hora de los certamenes. Había hablado con mis viejos por videollamada -obviamente, no al mismo tiempo-, y sorprendentemente la Karina paso su domingo conmigo. Supuse que tuvo problemas con su pololo porque cuando le pregunté casi se pone a llorar. No me dijo lo que paso. Ella era de esas hueonas que prefería callar. No la presionaba. Total... siempre era lo mismo. El hueón del Andy la cagaba de alguna manera y al día siguiente eran una pareja feliz de nuevo. Me había cansado de intentar ayudarla a entrar en razón cuando ella misma no quería ser ayudada. Tendría que abrir los ojos sola.

—¿Hoy vuelves temprano? —me preguntó mi prima, mientras comía pan con palta y tomaba café. Yo estaba lista para irme a la u, mirándola desde la puerta.

—Yo creo. Aunque tengo que arreglar la huea de una presentación con unos compañeros. ¿Por qué?

Ella encogió sus hombros, rascándose su melena rubia.

—Es que... se acabaron las hueas del mes y esta vez no puedo ir a comprarlas yo... el Andy quiere que hablemos a la tarde.

Entorne mis ojos. Este mes le tocaba a ella hacer las compras. Nos turnábamos para hacerlo. Como dije compartíamos los gastos y teníamos plata ahorrada para todo lo que se necesitara para sobrevivir en Santiago.

—Yo voy oh —exclamé, echando un poco de confort a mi mochila.

Una sonrisa se extendió por sus labios. Sus ojos claros brillaron de la emoción.

—Pero antes de que digas algo —la interrumpí, alzando mi palma frente a su cara —Para a ese hueón. El culiao solo quiere verte la cara de hueona. Te la esta viendo, Karina.

Su rostro se lleno de dolor.

—No me digas esa huea, Samy... Tú no entiendes. Porque nunca te has enamorado.

Otra vez con la huea.

—Sí. Pero creo que querer a alguien no es la justificación para dejar que te caguen y te traten como se les para el pico. Nos vemos.

Entonces, salí del depa. Sé que soné una completa maricona con ella. Adoraba a mi prima hueón, pero odiaba que se dejara pisotear por el maldito del Andy. Él la manipulaba. No era una relación sana. E intentado de mil maneras de hacérselo ver. De ayudarla. Pero mi prima no cede. Y mi única manera de hacerla entender es hablando de esa forma. Aunque sé que no es la mejor. Verla así me emputa.

Al llegar a la u intento enfocarme en las clases y en la conversación que mantiene nuestro jefe de carrera, respecto a las practicas, pero no logra captar toda mi atención. Miro mi celular y decido que luego de clases iré al supermercado.

—Hola, guapa.

Me volteo en el patio cuando veo al Marcelin saliendo de su facultad. Le sonrío. Su pelo rubio está cubierto por un gorro con la visera hacia atrás y sus ojos azules escondidos bajo unas gafas de marca. Este hueón usa todo de marca. Tiene esa puta fascinación con las cosas caras. ¿Que no...? si sus viejos tienen cualquier terreno y viñas aparte de manejar a la perfección la contabilidad.

UN HUEÓN PELIGROSO (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora