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[ Entonces, la bestia y el ángel se sometieron a un inquebrantable lazo de deseo y necesidad... de hambre y de anhelo, que encadeno sus almas a un dulce desenfreno...

UHP - Harryxla ]

Osiris era simplemente espectacular

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Osiris era simplemente espectacular. 

Apenas ponemos un pie dentro del establecimiento me siento transportada a otro mundo. Como si no perteneciera a esta dimensión. Como si estuviese flotando en una nube esponjosa de irrealidad. 

Las luces neón y de interminables colores brillantes danzan en cada superficie, material y cuerpo. Hermosas mujeres en trajes dorados y brillantes bailan sobre la extensa barra e hipnotizan con sus movimientos sensuales y delicados, hombres de llamativas prendas plateadas atienden la barra, y algunos de ellos hacen acrobacias con las botellas de licor, los vasos y las copas.

Estoy tan embelesada observando mi alrededor que si la morena a mi lado no me tirara de la mano, me quedaría plantada como un poste en la entrada. 

Los dedos de la Catalina se entrelazan con los míos y avanzamos por la extensión de baldosas relucientes, intentando no chocar con la aglomeración de personas que se mueven por el local. 

—¿Quieres bailar, cosita hermosa? —un tipo se nos atraviesa cuando intentamos llegar a las escaleras del VIP y jala mi mano.

—¿Quieres que te marque la cara, cosito hermoso? —se adelanta la Cata, devolviéndose y poniéndole una mano en la garganta al hombre -que por cierto parece bastante ido-.

—Mierda, yo... yo... 

Contengo una carcajada cuando el tipo sale prácticamente corriendo en dirección a la salida. La Catalina alza una ceja complacida y sonríe de medio lado. 

Continuamos nuestro camino hacía las escaleras y comienzo a ponerme un tanto nerviosa. Mojo mis labios y aprieto mis dedos entre los de la morena cuando comenzamos a subir. Basta una mirada del guardia para dejarnos pasar. De pronto, las emociones punzan en mi vientre y el sudor helado se manifiesta detrás de mi cuello.

—¿Simplemente llegaremos? —le pregunto, deteniéndonos en otra entrada. 

Dios... ni siquiera entendía como pintaba mi presencia aquí... o como sería parte de esto.

La Cata se gira para verme. Le da la espalda a otros dos guardias que custodian una enorme puerta de metal con colores eléctricos y profundos, que me suenan a una temática futurista.

—Escucha, Samantha —comienza a hablar. —Dentro hay aproximadamente unos 50 hombres. Todos ellos representantes de una localidad y región especifica del territorio. También están presentes los socios y proveedores más importantes. Las reuniones no suelen hacerse a lo grande, pero esta ocasión es especial —me explica, mordiendo unos segundos su labio. —No creo que alguno de ellos sea capaz de reconocerte físicamente, así que no sabrán quien eres. 

UN HUEÓN PELIGROSO (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora