El lado oscuro de la Luna

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Pero no me dejes sola en la casa por favor — digo y me mira algo confuso pero acepta.

Cuando por fin llegó a mi cuarto dejó fluir todo lo que me pasaba la furia, la angustia, todo salió casi sin ningún  esfuerzo. Richard y creo que todos los demás saben que, por más que intento parecer fuerte no lo soy, que por dentro todo de mí se destruye sólo por la simple idea de no saber que me pasa, que hacer, sólo por miedo a ser yo.

Luego de horas, para mi interminables, escucho que la puerta se abre y entra  Richard, se  ve preocupado, tenso y algo afligido.

Debo irme — dice y siento que mis lágrimas quieren volver a salir pero todavía las contengo — pero aún no llegan ni Juan , ni Bautista , ni Fabio , ni Juan Cruz  y no te dejaré sola . Así que ¿Quieres venir a comer a mi casa? — dice y notó como se alivia pero aún está tenso y con un poco de vergüenza.

Con gusto iré si es que tu me invitas — digo y sus labios dibujan una linda sonrisa.

Señorita Luna común y Luna oscura ¿quieren hacerme el favor de venir a comer conmigo y mi familia ? — dice divertid .

Será un placer — digo — me preparó y salgo caballero.

Me pongo un lindo vestido color azul, el cual pega muy bien con mi piel blanca, es corto me llega a las rodillas, por suerte afuera no hace frío. Luego de caminar un par de cuadras llegamos. Richard abre la puerta y dentro, la casa es toda una belleza, espaciosa y sutilmente decorada pero le da un aire acogedor y muy elegante.

La familia de Richard está toda sentada alrededor de una mesa larga pero de todas forma lo suficiente para toda la familia. Richard me hace tomar asiento, al hacerlo la señora que supongo será la madre, golpea la copa sutilmente para que la escuchen.

Familia hoy tenemos una invitada — dice y no se donde meterme — ¿ cómo es que te llamas?

Luna — digo con voz temblorosa.

Bienvenida Luna , espero te guste la comida — dice y cuando miro hacia abajo tengo un plato en el cual hay comida — hoy cenaremos carne, con espárragos y un poco de vegetales salteados.

Si muchas gracias — digo pero nadie me escucha pues todos ya están comiendo.