En llamas.

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Inuyasha se encontraba en su cabaña, mirando por la ventana de la cocina. El híbrido observaba la nieve caer con cada vez más fuerza, anunciando una tormenta mientras no paraba de pensar en cómo llegaría a terminar esa noche. El, Kohaku, Miroku, Totosai y, realmente todos, se encontraban despiertos y alertas a cualquier cosa que pudiese suceder...

Una extraña sensación de pesar inundaba el pecho del mitad bestia. Sabía bien que aquella noche no era precisamente un ambiente para estar tranquilo, sin embargo, algo lo aquejaba de verdad.
Suspiró profundamente, intentando no pensar en todos los posibles escenarios fatídicos que esa noche podría traer, y acto seguido, procedió a darse la media vuelta para alejarse de la ventana, sin embargo, algo lo hizo detenerse.
Inuyasha volvió a prestar atención al exterior que se extendía fuera de su ventana y ahí, dentro del bosque, pudo distinguir un montón de luces de color calido, como un montón de antorchas que se aproximaban cada vez más y más...

-------Mierda!!------Berreo el mitad bestia, dándose media vuelta y apresurándose a la alcoba en donde dormían su compañera y sus tres hijos...-------Kagome. Kagome, despierta!------Llamó el hanyou sacudiendo un poco a su amada

-------Hunm? Qué pasa Inuyasha?------Preguntó Kagome despertando de golpe ante el llamado desesperado de su compañero.

-------Levanteate, rápido! Sal de aquí!-------Advertía él cada vez más alterado.-------Llévate a los niños, salgan de aquí ahora!

Kagome no podía entender lo que decía el híbrido. Estaba a punto de decir otra cosa cuando lo que parecía ser una tremenda lluvia de fuego callo sobre sus cabezas...

-------Maldita sea!!!------Berreo él mitad bestia mientras velozmente cubría a su compañera y a sus cachorros con sus resistentes ropas, para después tomarlos y salir de ahí con ellos...

Inuyasha salió de la casa en llamas y se encontró con un infierno: toda la aldea estaba envuelta en fuego vivo, pudo ver a Kohaku mover a los exterminadores de prisa para contraatacar con más flechas y Miroku y Sango reunían a las mujeres y a los niños para llevarlos lejos...

------Inuyasha, que pasa?!?!------Cuestionó la alterada Kagome al no comprender lo que ocurría...

-------Yo...no estoy seguro.-------El híbrido miró a su amada, quien tenía en brazos a la más pequeña de sus hijos, mientras los otros dos se aferraban a ella con miedo.------Escúchame, Kagome, vete al bosque, entendiste? Llévate a los niños.

------Pe..pero...------Protestaba la mujer, cuando se vio interrumpida por lo que padeció ser una tremenda explosión que no solo los aturdió, sino que abatió a todos aquellos que estaban cerca de la entrada al bosque, defendiendo la aldea de los ataques...

------Sango, Miroku, muévanse de ahí!!!-------Pidió Inuyasha pero al ver que sus amigos estaban demasiado apartados de él, tomó nuevamente a su compañera y a sus hijos  para de un solo salto llegar con el monje y la exterminadora quienes estaban con el resto de los aldeanos resguardados y cubrirlos con el campo de la funda de su espada justo cuando otra y mucho más fuerte explosión calló sobre ellos...

-------KOHAKU!!!!!!-------Llamó la voz de Susu y Sango.

La onda que generó la explosión se disolvió al cabo de un rato dejando volver a ver la rojiza tormenta de nieve que caía.
Inuyasha disolvió el campo de energía y junto con Miroku, Sango y la joven Susu corrió al encuentro de Kohaku, quien afortunadamente había sido resguardado por su fiel amiga Kirara, junto con al menos otros seis jóvenes exterminadores...

-------Kohaku, estás bien?!------Preguntó la esposa del muchacho mientras lo abrazaba con inmenso alivio.

------Si Susu, no te preocupes.------Respondió el joven castaño antes de dirigir su mirada a su hermana...-----Rápido, no hay tiempo, váyanse de aquí, llévense a las mujeres, a los niños y a los heridos!

Aclisolar: El final de la historia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora