EPÍLOGO

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EPÍLOGO

EDWARD

¡Oh dios! ¡Por fin había llegado el día y estaba más nervioso de lo que esperaba! ¿Cómo era posible? Ni siquiera siendo especiales como éramos nos librábamos de esta sensación ¿Bella estaría igual?

-Tranquilo Edward...- intentaba tranquilizarme Alistair- todo va según lo previsto- asentí, estábamos solos en la habitación habilitada para vestirnos en este día.

-Lo sé, pero no puedo evitarlo.

-Supongo que en esto somos iguales a los demás- reí.

-¿Tú también estás nervioso?- asintió.

-Solo un poco, nada que no pueda aguantar.

-Yo no puedo esperar el momento en que Bella sea oficialmente la señora Cullen- reímos.

-Y yo que Leah sea la mía...- me guiño él ojo y sonreí.

-Ya nos queda poco...- volví a mirar el reloj que parecía no andar nada.

-¿Sabes? No dejo de pensar en todo lo que hemos tenido que pasar para llegar hasta aquí...- dijo perdido en sus pensamientos.

-Totalmente...- yo me perdí también en los míos, pensando en todo lo acontecido hasta llegar hasta aquí, sobre todo en éstos últimos 2 meses tras la muerte de Caius... El tiempo había pasado muy rápido desde entonces. Enseguida nos mudamos a la casa de Bella, la que se convirtió en nuestra casa familiar. Jessica había hecho algunas mejoras incluida su ampliación, sonreí ante tal pensamiento, estaba convencido que nuestra hija sería la primera de muchos más...

-¿Te perdiste de nuevo en tu mundo?- reí.

-Algo así.

-¿Puede saberse en que pensabas?- suspiré muy alegre antes de contestar.

-En todo y en nada...- nos quedamos mirando serios un momento para luego comenzar a reír a carcajadas.

-¿Sabes? Yo pensaba en la suerte que tenemos de ser todos vecinos...- dijo entre risas y asentí. Cuando les comentamos nuestra decisión de irnos a casa de Bella, las chicas hablaron entre ellas porque no querían separarse y se mudaron al mismo barrio que nosotros, dónde por casualidad... Nótese la ironía, estaban vendiendo varias. Estaba convencido que algo hicieron para que de repente tantos vecinos quisieran vender sus casas ¡Pero en fin! Así seguíamos juntos pero cada uno en la privacidad de su hogar. La mansión Cullen quedó para el resto de seres especiales como nosotros que no tuvieran un hogar donde ir. Alice y Leah se encargaban de ella.

-Sí...- así tendremos a quien ir a pedirle sal cuando haga falta...- bromeé y volvimos a reír.

-En mi caso no será necesario...- palmeó mi espalda- en el tuyo puedo asegurar que si- reí.

-Bella tiene un apetito atroz desde que está embarazada, no creo que en casa pueda faltar de nada o me acabará comiendo a mí...- dije fingiendo miedo y volvimos a reír.

-Me gustas Edward...- me dijo bastante orgulloso- estoy convencido que Bella no podía haber encontrado nada mejor- iba a contestarle pero la voz de Jake gritando nos interrumpió.

-¡¡¡Chicos!!! ¡¡¡Es la hora!!!- nos volvimos a sonreír.

-¡Por fin llegó el momento!

-Si... ¿Vamos? - asentí.

-¡Vamos! – tras darnos un último vistazo y asegurarnos que todo estaba en su sitio salimos fuera rumbo a la parte trasera del jardín dónde se llevaría a cabo la ceremonia. Cuando llegamos a la puerta nos miramos fijamente antes de entrar.

Incierto Destino ( T )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora