Ni en mis más locos sueños imaginé que Peeta y yo pudiéramos volvernos tan cercanos.
Jamás creí que pudiéramos conectar de esta manera.
Después de aquel día en la pista de hielo, él me pidió mi número. Y no hemos parado de hablar desde entonces.
Ya no hemos tenido la oportunidad de salir, pero él me ha pedido que nos veamos hoy. Y no sé exactamente para qué.
Bajo del ascensor, y avanzo por el vestíbulo del edificio mientras busco a Peeta. Pero no lo encuentro por ningún lado.
Me hago a un lado para salir de la trayectoria de todas las personas que caminan apresuradas de un lado a otro, y le mando un mensaje.
Ya estoy aquí.
Guardo el celular en la bolsa, y sigo buscándolo.
Llego a pensar que quizá se le haya hecho tarde, pero de repente aparece en mi campo de visión a unos metros de mí. Pero no está solo, porque habla animadamente con una mujer de cabello rubio.
Cuando ella se voltea un poco, le veo la cara. Me quedo helada al reconocerla.
¿Cómo es que se conocen?
¿Qué hace Margot aquí?
¿Por qué está hablando con Peeta?
Sé la respuesta casi de inmediato, porque sé cómo es ella. Lo que no entiendo, es porqué ha decidido venir. Dudo muchísimo que haya venido para invitarme a cenar.
Veo que Peeta le sonríe. Le sigue el coqueteo.
Está claro que está entretenido con algo más ahora mismo. No tengo intenciones de interrumpirlo.
Mi intención es ignorarlos y pasarlos de largo, pero de repente Margot voltea y me ve mientras me dirijo a la salida.
Ella sonríe, y sacude la mano con entusiasmo para saludarme.
Me veo obligada a regresarle el gesto. Forzo una sonrisa, y me apresuro a salir del edificio.
Avanzo deprisa por la acera, sintíendome verdaderamente abrumada.
¿Por qué ella tuvo que fijarse en él?
Sé por experiencia que ahora no lo dejará escapar tan fácil. No por la manera en que lo miraba.
Dudo mucho que ya se conocieran. Seguro coincidieron en el vestíbulo, y ella se le ha acercado. O quizá fue al revés. Pero sigo sin entender porqué ella ha venido.
Avanzo por la acera, intentando esquivar a las personas que caminan en sentido contrario. Y de repente, me sobresalto al sentir que alguien me toma del brazo.
Volteo asustada, me encuentro con Peeta.
—Señorita Everdeen, que sorpresa verla por aquí —me dice, caminando a mi lado—. Creí que habíamos quedado en que nos veríamos en el vestíbulo.
—Surgió algo. Tengo que irme.
Nos detenemos al llegar al cruce de calle.
—¿Enserio? —frunce el ceño—. ¿Entonces por qué me mandaste ese mensaje?
Volteo a verlo, sin molestarme en ocultar lo enfadada que me encuentro con él.
—Porque quise avisarte que ya me encontraba ahí. Pero como no te vi, decidí irme.
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Espero verte de nuevo [Everllark]
RomanceVersión [Everllark] [Los Juegos del Hambre] Él es el hombre con el que ella quiere estar, más no con quien puede estar. Muchas personas creen que los matrimonios forzados eran cosas del pasado, pero eso no es del todo cierto. En medio de un ambiente...