Capítulo 46

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Enredo los dedos en su cabello, cierro los ojos mientras sus labios me recorren el cuello.

—Peeta...

No me responde, su boca desciende a mi clavícula y sigue bajando. Contengo el aliento, sus labios acarician uno de mis pechos, al igual que su lengua.

Contengo el aliento. Sus dedos suben por el interior de mi muslo, aprieto las piernas para evitar que suba más. Si no lo detengo ahora, ya no podré hacerlo después.

—¿Qué? —me sonríe, y se inclina para darme un beso.

—Se supone que deberíamos estar terminando de empacar —hablo, a pesar de la respiración agitada—. Haymitch y Effie no tardan en llegar con Willow.

—Sabes que ya casi todo está listo —se deja caer un poco más sobre mí—. Por primera vez en meses estamos solos, no pienso desaprovechar la oportunidad.

Le acaricio la mejilla.

—Fueron al supermercado con Willow. ¿Cuánto pueden tardar en hacer las compras?

—Tendrán que hacer tiempo —acerca su cara a la mía—. Porque no pienso moverme de aquí. No ahora que puedo tenerte.

Se inclina y se apodera de mi boca a pesar de mis protestas.

La sensación nubla mis sentidos, dejo de pensar con la cabeza. Le correspondo con la misma necesidad.

Su mano vuelve a pasar por mi cuerpo, me acaricia la pierna, el costado, sube a mis pechos, y acaricia uno de ellos. Se pega más a mí, siento la presión de su deseo. Me acomodo para recibirlo dentro de mí una vez más, pero escucho que alguien toca la puerta.

Rompo el beso.

—Peeta... —susurro alarmada.

—¿Hmm...? —no le toma importancia, o quizá no haya escuchado.

Intenta volver a besarme, le tapo la boca con los dedos. Me mira confundido.

—Ya volvimos —se escucha la voz de Effie del otro lado de la puerta—. ¿Ya terminaron de empacar?

Peeta se tensa, y abre los ojos sorprendido.

—Todavía faltan algunas cosas —me apresuro a responder, intento sonar tranquila.

—¿Peeta está ahí contigo?

Lo miro espantada, y él a mí.

—No, está bañándose —respondo, y él se levanta de la cama con cuidado.

—Oh bueno, ¿puedo pasar? Willow ya tiene hambre.

Peeta se altera, y mete debajo de la cama toda la ropa que se encuentra esparcida en el suelo.

—Pásame mi bata —le pido con impaciencia.

Él comienza a buscarla desesperado. Voltea a verme.

—¿Dónde está? —pregunta desesperado, bajando la voz.

—Ahí —señalo la cómoda—. Está encima.

La toma y me la avienta. Me apresuro a ponermela, y él corre para encerrarse en el baño.

Me pongo la bata tan rápido como puedo, y me aseguro de dejarla bien cerrada.

—Puedes pasar —le digo, acomodo las mantas y trato de cubrirme con ellas.

Ella entra, con Willow en los brazos.

—¿Cómo les fue? —les sonrío.

Effie entra como si nada, no parece tener sospechas de lo que acaba de pasar en la habitación.

Espero verte de nuevo [Everllark]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora