Capítulo 9

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-¿Tienes planes para esta noche? -me pregunta Peeta del otro lado de la línea telefónica.

Me dejo caer sobre la cama, y miro el liso techo de color blanco.

-No realmente, mis padres no están en casa. Pero no tengo ganas de salir.

Me siento tan tranquila sin ellos y sin los Hamilton cerca, que no quiero salir de aquí.

-Ya veo, y... ¿No te preguntaron donde estabas la otra noche?

Sonrío.

-Les dije que me fui a un hotel, porque ya era tarde y no encontraba a Nathan. Así que todo bien.

-¿Y Nathan?

-Le dije lo mismo, y al parecer también se lo creyó. O al menos eso pareció.

Escucho su risa.

-Tuviste suerte, me alegro por ti.

-Lo sé. Pero debo ser más cuidadosa si no quiero que me atrapen contigo.

Peeta se queda en silencio, y después lo escucho suspirar.

-Y... ¿Qué has pensado?

Frunzo el ceño, y me siento sobre la cama.

-¿De qué?

Otro suspiro.

-De lo que hablamos hace unos días. Ya sabes... De tener algo mientras aún no te casas.

El pulso se me acelera.

-¿Enserio sigues pensando en eso? -me muerdo el labio inferior, nerviosa.

-Bueno... Nunca me diste una respuesta.

Bajo la mirada hacia el edredón blanco donde estoy sentada, e intento ordenar mis ideas.

-No lo sé, Peeta -aumenta el nerviosismo-. Para empezar... ¿Estás con alguien ahora mismo?

Escucho que resopla.

-Vaya -dice con amargura-. Que bueno es saber que tienes ese concepto de mí.

-No -me levanto de la cama-. Pero tienes que entenderme. Si accedo, debo tener la seguridad de que... -me callo, sin atreverme a decir lo demás.

-¿De qué? -espeta molesto-. ¿De que no voy a acostarme con nadie mientras tú lo haces con Hamilton?

Frunzo el ceño.

-¿Cómo puedes decir eso? -respondo indignada-. Si sabes que ni siquiera me agrada.

-Oh claro, por eso sales con él casi todas las noches a cenar.

-Me obligan a hacerlo, yo no...

-¿Sabes? Empiezo a creer que usas lo de tus padres como excusa. Que tú en realidad sí estás interesada en Nathan, y que sólo quieres hacerte la interesante conmigo.

-¿La interesante? -alzo la voz-. ¿Por qué haría algo como eso?

-Para que esté al pendiente de ti -se altera-, y que no pueda dejar de pensar en ti. Te felicito, porque tu estrategia está funcionando, pero ya no voy a seguirte el juego.

Quiero responderle, pero suena el timbre de que ha finalizado la llamada.

Dejo el celular en la mesita de noche y me siento sobre la cama.

¿Enserio cree que estoy interesada en Nathan? Que estupidez.

Vuelve el silencio. Y es ahora cuando me doy cuenta de que al parecer sólo me tengo a mi misma.

Que en realidad no tengo ni a mis padres, ni a mis amigas, ni a mi prometido... Y al parecer tampoco a Peeta.

Sólo me tengo a mí.

Espero verte de nuevo [Everllark]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora