Capítulo 12

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Peeta abre la puerta, y entramos al departamento.

Durante el trayecto intenté calmarme. Pero me siento tan mal emocionalmente, que siento que estoy por echarme a llorar en cualquier momento.

Me dejo caer en el sofá, y Peeta se aleja con mi maleta.

Saco el celular de mi bolsa, y decido apagarlo. No ha dejado de sonar desde hace rato, y por ahora no quiero saber nada de nadie.

Escucho que Peeta se acerca. Alzo la mirada, y él se detiene frente a mí.

No sé qué esté cruzando por su cabeza, pero él luce bastante serio.

—Dime lo que está ocurriendo —pregunta sin rodeos, evidentemente enfadado—. Parece que esto te está afectando más de lo que debería.

Frunzo el ceño.

—Ya te dije que quedé humillada frente a todas esas personas —alzo la voz—. ¿Qué más quieres saber?

—Eso lo sé —se altera—. Pero no creo que ese haya sido el motivo por el que estás así. Parece que estás ocultándome algo.

—Por supuesto que no —respondo indignada—. ¿Qué es lo que estás insinuando?

Se queda callado, sólo mirándome.

—¡Sólo dímelo! —me levanto.

—Todo esto es por él, ¿cierto? —grita, y aprieta los dientes—. Lo que en realidad te duele es que él te haya engañado.

—¿Te estás escuchando? ¿Por qué me haría daño que Nathan me haya engañado? Si yo hago lo mismo a sus espaldas.

—¿Entonces qué es lo que ocurre? —dice con desesperación—. Porque parece que sientes algo por él.

No puedo creerlo, enserio que no lo comprendo. ¿Por qué él creería algo así?

¿Qué motivos le he dado para que desconfíe de mí?

—Vaya —me tiembla la voz—. Si que has perdido la cabeza.

Me alejo de ahí, y me encierro en el baño.

Siento que comienzo a temblar, por todo lo que estoy sintiendo por dentro.

Es increíble.

¿Por qué sentiría algo por Nathan?

Él sólo está utilizándome para beneficio propio. Ni siquiera le interesa mi bienestar o lo que pueda pasar conmigo.

¿Por qué me enamoraría de alguien que es igual o peor que mi padre? Ambicioso, codicioso, sobervio, prepotente, superficial...

Lo último que me faltaba, que la única persona con la que podía contar se enoje conmigo por algo tan estúpido como esto.

Decido quedarme un buen rato en el baño, intentando calmarme. Y después, decido salir.

Regreso a la sala. Volteo, y encuentro a Peeta en la cocina mientras prepara algo de comer.

—Mierda —lo escucho maldecir en voz baja, al mismo tiempo que se lleva un dedo a la boca.

Por el aroma, adivino que está cocinando algo con pollo.

—¿Estás bien? —pregunto con seriedad, y él alza la mirada para verme. Instantes después, decide ignorarme, y se concentra en cortar las zanahorias.

—¿Te lastimaste? — vuelvo a preguntar, y me acerco a él.

Él se queda callado, mientras sigue cortando vegetales.

—¿Vas a ignorarme? —pregunto molesta—. Primero insinuas que podría sentir algo por Nathan, y luego no me haces caso.

Él suelta bruscamente el cuchillo sobre la tabla de cortar, y voltea a verme.

Espero verte de nuevo [Everllark]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora