Viernes 28 de marzo de 2014
[Punto de Vista Alice]
Salí disparada de la librería en cuanto el reloj de pared situado tras el mostrador me indicó que mi jornada laboral había finalizado. No me molesté en despedirme de Benedict con más que un simple "adiós", y me alegré de que fuera él el encargado de cerrar ese día la librería. No podía pasar más tiempo allí dentro teniendo en cuenta quién era la persona que estaba esperándome fuera.
Dirigí la vista al cielo cuando crucé el umbral de la puerta y arrugué mi expresión al comprobar que chispeaba. Repasé con la mirada el espacio que se encontraba frente a mí hasta que di con el coche de Louis, en la acera de en frente, estacionado en doble fila. Mis pasos se volvieron más veloces a medida que llegaba hasta donde estaba y una marea de nervios invadió todo mi cuerpo, como venía siendo habitual cada vez que se daba un acontecimiento inesperado entre nosotros.
Sostuve la manilla de la puerta del copiloto tratando de observar, ya a través del cristal, esos ojos que tanto me gustaban. Parecían estar sonriéndome, así que entré sin dudas ni miedos.
- Hola -sonreí, acomodándome rápidamente.
Coloqué el cinturón de seguridad a través de mi cuerpo y Louis se inclinó hacia mí cuando terminé de ajustarlo. Sus ojos miraban con intensidad a los míos, pero instantes después ya estaban posados en mis labios. Los besó con calma y apoyé mis manos en su nuca, deseando que ese momento no acabara. Nunca le había sentido tan cercano.
- Hola -me devolvió mi anterior sonrisa una vez que nuestro beso finalizó e hizo retornar su cuerpo a la posición correcta para conducir-. ¿Qué tal estás?
El motor rugió una vez que arrancó el vehículo y llevé mi mirada hacia el frente, hacia la carretera, sabiendo que Louis no iba a quedarse satisfecho con un simple "bien". Me preguntaría por Benedict, y tendría que evitar su mirada para así poder mentirle, como siempre me había pasado.
- Bien, algo cansada. Parece que no aprendo a no trasnochar si al día siguiente tengo que trabajar.
- ¿A qué ha venido eso? -Preguntó, rudo. Lo miré con confusión, esperando que creyera que no sabía a qué se refería. Cuando me devolvió la mirada, retiré la mía de él-. ¿Por qué te ha hablado de esa manera ese hombre cuando has entrado? ¿Estás teniendo problemas?
Tragué saliva y me dispuse a soltar la retahíla de mentiras que, más o menos, ya había preparado.
- No, para nada.
- ¿No tienes problemas o no quieres contármelos?
Era extraño agradecer la severidad en su voz, pero lo cierto es que lo hacía. Que me hablara de esa forma significaba que estaba preocupado por mí, por lo que pudiera ocurrirme, y había pocas cosas en el mundo más satisfactorias que eso.
- No le des importancia, no la tiene.
- Déjame que eso lo decida yo -respondió, de inmediato. Nuestras miradas se encontraron unos segundos y pude corroborar la auténtica preocupación que sentía-. ¿Acostumbra a hablarte así?
- No -mentí-. Tenía un mal día, eso es todo.
- ¿Quién es?
- El marido de la hija mayor del dueño de la librería.
- ¿Y trabaja ahí?
- Viene a echarme una mano de vez en cuando.
Muy de vez en cuando, para ser más exactos. Recordé los días en los que agradecía su compañía y contuve un bufido. ¿Cómo podía haber cambiado todo tanto en un solo día?
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More than this | Fan-fic de Louis Tomlinson
Hayran Kurgu"Nuestros ojos chocaron por sexta vez en la noche y me estremecí. ¿Qué había en ellos? ¿Estaba viendo deseo en los ojos de Louis Tomlinson?" _ Esta obra es originariamente mía.. No ha sido revisada desde su creación, en 2014. Desde entonces, mi modo...