Estoy muy nerviosa, justamente ayer levanté la denuncia contra Naraku y aunque fue verdaderamente difícil y en varias ocasiones los temblores en mi cuerpo y miedo me lo impidieron, lo logré.
Tengo desde el día que salió a la luz todo que no lo veo y tengo miedo. Miedo porque la policía no lo encuentra, miedo porque Miroku encontró pruebas y mucho miedo porque ahora si Naraku está en el hoyo, y lo conozco tan bien que querrá hundirme con él.
Miroku no me dijo nada, pero la casa donde vivía con él tenía cámaras, cámaras que Bankotsu, amigo de ambos, había instalado la misma noche de la fiesta con el fin de saber sobre mi relación con Naraku. Tienen después de ese día todo grabado. Él me dijo que no ha querido que nadie más lo vea hasta que lo autorice.
Tengo tanto miedo al cambio que mi vida dará. Tengo miedo de que Naraku aparezca frente a mí y entonces todo desaparezca. Mis ganas de vivir, mis ganas de luchar y mis ganas de acabar con esta miseria de vida de una vez por todas.
—Kagome—miro a Sango que me regala una sonrisa—me tienes nerviosa—confiesa y suspiro. Llevo media hora dando vueltas por la sala de mi nuevo departamento.
—Yo—muerdo mis labios—tengo miedo—confieso y ella me mira compresiva.
—Lo sé cariño. ¿Por qué no mejor miramos ese beso candente que te dio Inuyasha?—abro los ojos como platos y ella me sonríe.
—¿Eso también está grabado?—ella asiente y llevo mis manos a mi cabeza.
—Todo esa bien Kag—niego respirando fuerte—¿le darás en algún momento una oportunidad a Inuyasha?—esa pregunta es la que temía.
Inuyasha me ha demostrado ya abiertamente sus intenciones conmigo, pero tengo tanto temor en mi interior. Temo equivocarme como lo hice con Naraku, tengo mucho miedo de que todo eso que él dice sentir por mi desaparezca cuando se dé cuenta de que ya no tenemos esa compatibilidad. Tengo miedo de que cuando caiga en cuenta de lo rota que estoy se aleje y huya de mi lado, que cuando ya esté a mi lado me abandone porque otra persona con menos problemas y más hermosa aparezca.
—Yo...
—Inuyasha es un muy buen hombre Kagome. Él jamás será como Naraku—la abrazo fuerte.
El miedo es quien nos impide vivir y ser nosotros mismos. Sé que Inuyasha no es Naraku, pero es el miedo quien me impide continuar esto que siento, esa presión en mi pecho cuando él me mira o me regala una sonrisa. Es tan extraño que me da miedo; lo extraño siempre nos hará temer.
Antes lo nuestro era prohibido para ambos por yo ser la esposa de Naraku, que bueno que los tramites del divorcio ya están en juego. Pero ahora, ahora es prohibido para ambos por el temor que se mantiene en mí, ese temor que me impide avanzar.
Sé que todavía tengo muchísimo que sanar y que Inuyasha no estará toda la vida esperando que lo haga. Mis mejillas se sonrojan.
He visto muchas parejas y sé que los hombres tienen muchas necesidades, exactamente necesidades carnales y yo no sé si algún día esté preparada para entregarle mi cuerpo.
Conocí el sexo de una manera que me hizo aborrecerlo, tengo miedo y muchas heridas que deben sanar antes de siquiera pensar en eso. No quiero que se quede a mi lado por lástima, por pena. Si se queda que sea porque él lo quiera.
—Eso lo se, Sango,—le digo alejándome y dándole la espalda—pero no puedo atarlo a una mujer con tantos complejos y heridas. Inuyasha es un buen hombre que merece a una persona que le regale estabilidad, yo no soy esa. Solo soy una mujer inundada de miedo, aterrada de vivir. Inuyasha es joven, él puede encontrar a una chica como él, que sea guapa, que le guste vestir bien, que se maquille porque así lo quiere y no porque un psicópata le golpeaba y necesitaba ocultarlo—no lloro, me aguardo las lágrimas porque he decidió que llorar no cambiara nada, seré fuerte—necesita alguien con quien compartir su cuerpo, yo no puedo y lo sabes.
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Prohibido Para Ambos
FanficKagome Higurashi, una joven talentosa, pero que oculta bajo su ropa todos los años de infierno que su pareja le ha propiciado. Todo cambia cuando ella toma una decisión, una que cambiaría su vida para siempre. Porque esa decisión es prohibida para a...