Capítulo 16

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Veo a mi madre caminar con un vaso de agua en la mano. Sota permanece abrazado a mí, ahora en la comodidad de un mueble. Los cojines tienen mi espalda bien acomodada, por lo que no me incomodo de que él no quiera soltarme. Mi madre me tiende el vaso e inmediatamente la tomo, llevo el vaso a mis labios y dejo que el agua haga magia en mi muy seca garganta. Un suspiro de alivio se esparce por mis labios, necesitaba esa agua. Mis ojos deben estar rojos de todo lo que he llorado junto a mi familia.

—Necesito hablar algo muy importante contigo mamá—ella mira a Sota quien a regadientes me suelta—No me iré aún, tranquilo—él besa mi mejilla y sale del salón.

Mi madre toma asiento frente a mí y suspiro mirándola.

—¿Qué sucede Kagome?—pregunta y trago sintiéndome un poco avergonzada.

—Les deposite un dinero antes de venir aquí—le digo despacio—quiero que utilicen ese dinero para mudarse de aquí, los quiero lejos por favor, no, los necesito alejados—mamá me mira asustada.

—¿Qué está pasando Kagome?—respiro hondo y pienso en todo lo que me ha dicho mi psicóloga. Tu puedes Kagome.

Me aliento mientras mi madre espera con la preocupación latente en los ojos en espera de mi respuesta.

—Voy a dejar a Naraku—le digo firme—Naraku me golpea mamá—ella palidece a la vez que abre los ojos con fuerza y sus ojos se llenan de lágrimas—yo estoy buscando ayuda. Él está de viaje y por eso pude venir, necesito que se alejen para estar tranquila de que él no los va a utilizar en mi contra. Necesito que estén fuera de todo lo que viene—mi mamá se acerca y me abraza.

—Por eso no venias a visitarnos—susurra con voz rota. Correspondo a su abrazo.

—No quiero que llores mami—digo con ojos cristalinos besando su frente—te necesito fuerte y que me hagas caso a todas las indicaciones que te daré—ella asiente.

—Pero... estarás sola—acusa negando.

—Sango estará en todo momento conmigo. Está consiguiendo ayuda con un amigo de ella que es abogado. Necesito que tú también me ayudes y me quites esa preocupación—susurro—el dinero que deposite en tu cuenta es mucho. Así que úsalo, tómalo todo—ella niega llorando.

—Estabas sufriendo sola, cariño—se lamenta—soy una terrible madre al no darme cuenta de eso antes—beso su frente con cariño.

—Eres una excelente madre—ella me mira con lágrimas—quiero que me hagas caso mamá, en este tiempo que ese bastardo pase fuera vendré tanto como pueda. Te amo tanto—ella besa mi cabeza incontables veces mientras me abraza.

—¿Segura que podrás con todo?—asiento despacio.

—Sí, ahora solo quiero pasar tiempo contigo y con Sota—le digo—por favor, no le cuentes a nadie, necesito seguir manteniendo un bajo perfil—ella sonríe con cariño.

—Como quieras hija—la abrazo.

Encontrarás miles de abrazos en tu vida, pero nunca uno tan reconfortante como los abrazos de una madre. El calor de una madre es algo único, especial y no hay nada en el mundo que se le pueda comparar.

—¿Ya puedo pasar?—pregunta Sota adentrando su cabeza en la sala.

—Ven aquí—abro los brazos y él me abraza.

—Te extrañe mucho, Kag—suspiro con una sonrisa.

—Yo también pequeño—él se acomoda.

Paso todo el día con mi familia. Mi madre me pone al día de todo lo que ha pasado en estos años. Estoy tan feliz. Necesitaba ver a mi familia para que el valor volviera a mí. Voy a luchar por mi libertad. Quiero ser una mujer normal.

Prohibido Para AmbosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora