Capítulo 29

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Me despierto agitada y con sudor en mi frente, mi respiración es muy rápida y los latidos de mi corazón están demasiados disparados, siento que no me llega en oxigeno necesario en el cuerpo por lo que me levanto y trato de respirar lo más posible. Otra pesadilla, de esas donde Naraku puede entrar a molestarme.

Paso la mano por mi cuello e inhalo para luego exhalar. Miro el reloj y son apenas las 4:40am. Cierro los ojos y luego los abro, el sueño se ha esfumado, pero me siento algo cansada, ayer trabajé hasta muy tarde y ahora no puedo dormir, unas ojeras nada elegantes me acompañaran mañana.

Camino hasta la cocina y busco un vaso de agua, el agua refresca mi cuerpo y me siento en el taburete. Mi ropa para dormir consiste en un pantalón muy holgado con una blusa igual. Mi cabello esta alborotado.

Escucho mi celular sonar en algún lugar, bajo y lo busco. Lo encuentro en mi mesita de noche.

¿Despierta?

Una sonrisa involuntaria se asoma en mi rostro. Inuyasha es tan distinto al concepto de hombre que me he formado en los últimos años y es que, con su sinceridad y honestidad me ha ido envolviendo de a poco y eso en algunas ocasiones me asusta de manera sorpréndete.

Algo así

Envío el mensaje y camino a la cocina a prepárame algo de comer porque mi estómago lo exige. Al llegar a casa anoche me acosté sin ganas de hacer nada.

Quiero que detengan a Naraku pronto. Hablo con mi madre, pero quiero verla, abrazarla. A Sota también y mientras ese lunático ande suelto por ahí no puedo ir, temo que sepa la ubicación de ellos y me obligue a ir con él. Por mi familia soy capaz de hacer todo, ellos son la razón del por qué estoy de pie.

Mi celular suena anunciando un nuevo mensaje. Muerdo mis labios y lo tomo.

Eres una mujer muy valiosa ¿lo sabes?

Él hace que mi corazón lata estúpidamente rápido con este tipo de cosas, dice las palabras correctas para hacer que yo me sienta especial.

Bueno...

Tomo un bocado de mi sándwich y envío el mensaje.

Solo di que gracias y que lo eres, date un poco de crédito, eres valiosa y todos excepto tú al parecer lo saben.

Suspiro y sonrío.

Mañana es mi día libre. ¿Quieres dar una vuelta?

Leo el mensaje sin atreverme a enviarlo. Busco mi vaso de jugo y por alcanzarlo presiono el botón de enviar.

—No, no no—murmuro horrorizada y con la boca abierta.

Mi celular suena anunciando una llamada y trago en seco. Soy una adulta, tomo la llamada.

—Será un placer dar una vuelta contigo—abro los ojos.

—¿Te burlas de mí?—murmuro sin dar crédito.

—No, solo digo que estoy encantado—tomo asiento y respiro hondo—¿Qué tal el zoológico?—muerdo mi labio nerviosa.

—Bien... decide la hora—escucho su respiración y eso me hace sonrojar sin comprender la razón.

—A las 9 paso por ti... buena noche preciosa—sin dejarme responder corta la llamada.

Me ha llamado preciosa y eso me hace sentir extraña, muy extraña en buen sentido.

****

Me miro y no me reconozco. Me siento como si alguien diferente fuese la persona que estuviera frente al espejo y no yo.

Prohibido Para AmbosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora