Capítulo 20

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—¿Quieres cenar esta noche en mi casa?—le pregunto a Sango mientras cierro la laptop al terminar de copiar el diseño que guarde hace un momento en la carpeta correspondiente.

—Claro, aunque creo que alguien más quiere cenar contigo—dice divertida viendo como Koga, nuevo socio, no deja de mirarme. Lleva todo un mes en querer llevarme cenar, un café o algo que se asemeje a salir con él, por lo cual, cordialmente lo rechazo.

Él se da cuenta de que lo observo y me regala una sonrisa, se la devuelvo para no parecer una mala educada y vuelvo mi vista a Sango quien nos observa divertida.

—Pero eso no va a pasar—le digo.

—¿Enserio que no te gusta ni un poco?—pregunta Sango mordiendo la punta de un bolígrafo.

—No, ya deja de hablarme de lo mismo por favor ¿si?—ella respira resignada y asiente.

—Higurashi, mi suegra Izayoi quiere hablar contigo—tengo ganas de decirle que es Ex suegra ya que ella e Inuyasha no están juntos. Pero como valoro mi trabajo solo asiento y veo que Sango tiene ganas de soltarle las mañanitas.

Esa mujer volvió luego de un tiempo desaparecida y está más insoportable que nunca. Aquí algunos se han dado cuenta que su problema es conmigo y no entiendo el por qué. Yo no le he hecho nada para que ella me desprecie con toda esa pasión que lo hace.

Trato de ser amable con ella, pero ella puede sacar lo peor de mí. Cree que es el centro del mundo y la verdad me canso, siempre tiene algo que criticarme.

—Voy enseguida señorita—me regala una sonrisa falsa que quisiera devolverle de regreso. Me pongo de pie y suspiro, estas semanas son un caos por el desfile que será en dos días.

Hace cinco meses que Naraku e Inuyasha se marcharon y la verdad, aunque Naraku esté lejos no puedo estar de todo en paz. Me envía mensajes amenazantes sobre cómo se enojará si estoy haciendo algo mal, lo que se traduce a que todo lo hago mal y está enojado conmigo por el simple hecho de no estar para lo que él quiere.

Toco la puerta y me gritan que pase. Entro e Izayoi se encuentra con la señorita Te odio solo porque así lo quiero.

—Kagome, pasa y toma asiento—hago lo que ella me dice y estoy sentada al lado de Midoriko.

—¿Sucede algo?—pregunto al ver la mirada de odio que me envía Midoriko.

—Este vestido será el último en presentarse—miro cuál es y ese fue el que más me gustó—es un diseño increíble el que hiciste e Inuyasha supo cómo moldearlo a la moda—asiento en comprensión—pero no quiero que cualquier persona lo modele, quiero que lo hagas tú. ¿Qué me dices? ¿aceptas?—abro los ojos con sorpresa mientras siento que mi corazón bombardea más rápido de lo normal.

—Pero yo no soy modelo—murmuro lamiendo de manera nerviosa mis labios para luego morderlos.

—Lo sé, pero creo que ese vestido lleva tu nombre, es increíble—cierro los ojos y respiro hondo—entiendo si no lo quieres hacer, pero creo que te serviría para confiar más en ti—asiento despacio. Ella se preocupa por mí.

—Creo que si ella no quiere no debe hacerlo, yo soy la más indicada para llevarlo—me mira y hace una muesca de asco—ese vestido fue confeccionado con telas muy caras para alguien que acostumbra a usar esas cosas—señala mi falsa y mi camisa ancha—no creo que sea lo mejor Izayoi—me siento intimidada.

Midoriko es hermosa, confiada y sabe que tiene un cuerpo esplendido, creo que ella sería la mejor opción para modelar el vestido. Además, el vestido es muy ceñido al cuerpo y todavía no tengo la confianza suficiente en mi misma para ponerme un vestido así.

Prohibido Para AmbosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora