Capitulo 6

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Un atraco. Tres balas. Eso mató a mi padre; no un conductor borracho, ni un coche. ¿Por qué nadie me dijo nada? ¿Y mi madre? ¿Donde está? 

Vuelvo a leerlo detenidamente, con la esperanza de haber confundido el nombre y de que no sea mi padre. Mi pulso va rápido, y me cuesta respirar. 

Sigo leyendo el artículo:

Otros agentes de policía siguieron a los ladrones, pero fue demasiado tarde ya que los asaltantes huyeron en una furgoneta blanca, vistos por algunos testigos. La mujer del agente muerto fue herida por los ladrones, ya que ella trabajaba en la joyería y cuando ellos entraron, ella estaba en el establecimiento, pero por suerte no está en estado grabe. 

No se sabe nada de la banda.

[Caso cerrado por falta de información.]

Ultima actualización: 27-10-2006


¿Falta de información? ¿Caso cerrado? ¿Nada mas? Mi cerebro quiere buscar mas información, salir de dudas, pero mi cuerpo no me deja hacerlo. Mi pulso tiembla, me pitan los oídos, y mi vista está nublada. Estoy experimentando la misma sensación que tuve cuando me dijeron que mis padres habían muerto. Pero, ¿no se supone que debería estar bien? Tengo aceptada la muerte de mis padres, o eso creía. ¿Por que  estoy sintiendo esto otra vez? La forma de la muerte ha cambiado, pero eso no va hacer que estén de vuelta. Pero, hay una gran diferencia.

Fue un atraco.

Y mi madre puede que esté viva.


                                                      ************************************

—Sara, soy yo. —me grita Dani entrando por a puerta. Deja su abrigo y las llaves y se acerca a la cocina, donde estoy yo. Hace un buen rato que llevo parada aquí, sentada en la encimera, con un vaso de agua al lado. Recuerdo que mi padre me llevaba a la cocina y me sentaba en la encimera cuando estaba triste. Y el simplemente hablaba. Me contaba su día, como había vencido a los malos, pero los malos lo vencieron a el. Irónico, ¿verdad?

—¿Sara?—me pregunta y se coloca enfrente de mi, haciendo una mueca extrañado. Me aclaro la garganta y lo miro fijamente. Debo tener una pinta horrible; mi melena rubia recogida en una coleta mal hecha, mis ojos hinchados y rojos de llorar, encorvada, triste, confusa, furiosa.—¿Que haces?

—Nada. Beber agua.—mi voz suena ronca. Cojo el vaso y se lo enseño con una media sonrisa, y le doy un largo trago.

—Oh.—asiente y se gira, dirección a la nevera.—Creo que vamos a estar solos para cenar. ¿Quiere que cocine algo? ¿O pedimos comida china?—empieza a decir, pero no le presto atención. Miro su nuca fijamente, preguntándome si el sabe a verdad, si desde el primer momento sabia todo.

—¿Sara?—me pregunta y niego con la cabeza, apartando esos pensamientos, y lo miro. Ha cerrado la nevera y me mira confuso.—¿Estas bien?

Asiento, y el frunce el ceño.

—Bueno, creo que pediré comida china.—decide, y se coge su móvil de su bolsillo trasero.

¿Como puede estar tan tranquilo? ¿Como puede fingir?

Empieza a hablar y a a pedir.

—¿Quieres rollitos de primavera? Hay oferta.—me pregunta con el móvil en la oreja.

Y las palabras salen de mi boca sin poder controlarlas.

—Quiero respuestas.

—¿Que dices?—me dice exhausto.

Me bajo de la encimera y siento el suelo frío en mis pies descalzos. Ando unos pasos hasta el, y le quito el móvil de las manos, y cuelgo. Me mira sorprendido, e incluso enfadado.

—Quiero que me cuentes la verdad.

El me coge el móvil y se lo guarda en el bolsillo, furioso.

—La verdad, ¿sobre qué?

—Haz memoria, piensa en algo que tus padres y tu, al parecer, queríais mantener en secreto.

Por un momento creo que sabe a que me refiero, pero vuelve a hacer una mueca.

—Sobre mis padres; sobre su supuesta muerte.

Su expresión cambia y se vuelve seria.

—No... no se a que te refieres.—me dice nervioso, cruzándose de brazos.

Suelto un jadeo, estupefacta. ¿Va a seguir mintiendo?

—Me refiero al atraco, me refiero a la muerte de mi padre en un callejón, me refiero al paradero de mi madre.—le digo, casi gritando, con la voz firme.


Miradas y Secretos. {Editando}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora