Capítulo 10

600 28 0
                                    

Me despierto y lo primero que siento es el calor del fuego. Abro los ojos, poco a poco, y empiezo a intentar orientarme. Hago memoria de que estoy haciendo es esta casa, y rapidamente recuerdo que es la casa de Lucas, que mi primo me ha mentido y me he peleado con el, que Lucas me encontró desolada en la calle y que me he quedado dormida. 

Miro a todos lados, y veo a Lucas sentado cerca de la chimenea, sentado entre cojines, leyendo un libro, concentrado.

Debato la idea de decirle algo o seguir durmiendo, pero antes de decidir algo, el se acomoda, y eso hace que me mire. Se da cuenta de que estoy despierta y me  sonríe débilmente, cierra su libro (no sin antes marcarlo), y se levanta.

—¿Te he despertado? ¿Tienes mucho calor? Si quieres puedo apagar el fuego...—empieza a decirme, notablemente nervioso, con rapidez. 

—No, tranquilo. Estoy bien.—aclaro.

—Vale.—asiente y se acerca a la barra de la cocina, y coge una pequeña mochila. Mi pequeña mochila.

—¿Como...?—pregunto, enderezándome en el sofá y tapándome más, mientras que miro mi pertenencia.

—He llamado a tu primo.—me suelta, haciendo una mueca de "siento si la he cagado". Abro la boca y enarco mis cejas. Me dan ganas de estampar mi mano contra mi frente.—Pensé que estaría preocupado. No le he dicho nada del tema... solo... bueno, le he dicho que estabas aquí, que nos hemos visto y te habías quedado dormida. Me he acercado a tu casa a por algo de ropa y tu móvil y bueno...—me informa nervioso, soltando las palabras con dificultad.

Suelto un pequeño bufido mientras que froto mis sienes. ¿Le echo la bronca? ¿Le digo que ha sido una mala idea? Pero, entiendo que no sepa que hacer en esta delicada situación, así que me decanto por sonreír falsamente y hacer que no me importa que haya llamado a mi primo sin preguntarme antes.

—Lo siento si la he cagado.—Y tanto.

—No importa. Me cambiaré y me iré a casa.—le digo, destapandome, aunque no quiero volver, porque seguro que me Daniel me estará esperando, y lo mas seguro es que mis tíos ya hayan llegado.

—Dani me ha dicho que si querías, te podías quedar aquí toda la noche.—me comunica y se acerca mas a mi.—Son las cuatro de la madrugada, sigue durmiendo y mañana te llevaré. No me importa que te quedes. Si quieres hacerlo, claro.—sugiere, lo que es un gran alivio para mi.

No puedo mirar a mi familia todavía a la cara. Necesito unas horas.

—Esta bien.—acepto y me vuelvo a tapar, aferrándome a la manta, como si me fuera a quitar las preocupaciones y el sentimiento de decepción que llevo encima.

—Toma.—Me da mi mochila.—Voy a ponerme el pijama.

—Todavía... ¿todavía no has dormido?—le pregunto, enarcando una ceja.

—No tengo sueño. Suelto tener insomnio, ¿recuerdas?—responde y sonríe débilmente.

—Lo recuerdo.—asiento y el se gira, para irse.—Gracias.—digo y el se para por unos segundos, y sigue su rumbo, sin decir nada.

Miro mi móvil y me encuentro llamadas de mi primo de hace varias horas. Supongo que se creía que llevaba mi móvil. Tambien tengo llamadas de Diana y Elena. Seguro que Daniel las llamó para ver si estaba con ellas, lo que no se es si se lo ha contado. Espero que no, si soy sincera. Tengo varios mensajes de chats sin importancia, pero tengo uno de Daniel:

Espero que vuelvas a casa mañana y podamos hablar. No es necesario que hables con mis padres si no quieres todavía, ellos no saben nada de lo que ha pasado hoy. Cuando han llegado les he dicho que estabas en casa de Diana. Lo siento.

Buenas noches

01:24

Mañana nos vemos.

04:12

Decido llamar a Elena; puede que este preocupada. 

La llamada da algunos toques, hasta que lo coge.

¿Si?—contesta, con voz adormilada.

—Siento despertarte. Soy Sara.


Lucas en Multimedia.

Miradas y Secretos. {Editando}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora