Canadá

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Qué pasaría si estuvieras en una cita con Canadá.... o intento...

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Planear una cita es una de las cosas más tediosas que toda persona hace,(T/p) ya había estado pensando en cómo pasar la tarde con su lindo y tierno rubio enamorado pero simplemente no tenía ni la más mínima ni remota idea de cómo hacerlo,es más ni siquiera podía pensar con claridad.
Pero de repente algo se asomó por su cabeza... En su casa llovería (según el reporte del clima) ¡era perfecto! Pasarían toda la tarde tomado chocolate caliente y malvaviscos, también disfrutando de un delicioso Dip de chocolate con malvaviscos y galletas mientras veían caer la lluvia, ¡simplemente sería la mejor cita de todas!
Rápidamente llamó a Canadá.

— ¿Hola? — respondió el chico desde la otra línea.

— Hola, ¿Canadá?, me preguntaba si... Tenías el fin de semana libre... — pacientemente la chica esperó la respuesta del canadiense.

En realidad no tengo mucho que hacer... — respondió con calma el rubio.

— ¡Perfecto! Escuché que habrá un clima agradable en mi casa, así que me preguntaba si querías venir a ver una película — mencionó tímidamente la latina, Dios, si su hermano la viera de esa manera seguramente se burlaría de ella.

— ¿Es una cita?... — respondió, (T/p) pudo imaginar a Canadá temblando desde la otra línea.

— ¡Sí! ¡Una cita! ¿No te agrada la idea?... — preguntó con algo de temor (T/p).

¡Oh No,no,no! ¿A qué hora puedo ir? — se apresuró a contestar el canadiense.

— Mañana, a primera hora, te haré de desayunar — respondió muy felizmente a tal punto que soltó una risita tierna...

De acuerdo, hasta mañana (T/p) — respondió el canadiense de manera tímida mientras en su cabeza trataba de procesar todo lo ocurrido. Demonios, nunca había llegado tan lejos con alguien y más con una chica tan linda y amable como (T/p)... Francia debía estar orgulloso...

Por otro lado, (T/p) estaba que explotaba de la alegría, ya había pasado lo más difícil, ahora solo quedaba encantar al canadiense con sus encantos encantadores.

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Al día siguiente la latina se levantó mucho más temprano que de costumbre, había nubes y el clima parecía jugar a su favor.
Con toda la calma del mundo se dispuso a preparar todo para el desayuno de ese día mientras fantaseaba con la mejor cita en la historia de las naciones.
Minutos después se escuchó el llamado a su puerta, rápidamente abrió la misma y vió al canadiense de sus sueños.

— ¡Canadá! ¡Justo a tiempo! Te estaba esperando — la chica se hizo a un lado para dejar pasar al chico, el cual entró a la casa.

Después de haber desayunado (T/p) le propuso a Canadá sentarse frente al ventanal de su casa, el más grande que tenía, colocó unas mantas en el suelo y simplemente se sentó junto a él, esperando, esperando ansiosamente la lluvia que habían pronosticado, las nubes estaban cubriendo el sol. Pero, exactamente 15 minutos después...

— ¡¿Eh?! ¡Esos malditos me estafaron! — gritó la latina enojada, por un... ¡Se suponía que habría lluvia!

Sí, en lugar de una lluvia fresca y relajante, había un lindo, cálido, muy cálido sol... Bien, su cita perfecta estaba arruinada, simplemente se limitó a mirar hacia la ventana, mientras Canadá trataba de calmarla.

— (T/p) tranquila... Podemos seguir con la cita sin necesidad de lluvia... — rápidamente calló al ver la cara de su cita.

— No Canadá. Tal vez fue una mala idea...— en ese momento Canadá se sintió mal por ella, se había esforzado mucho por preparar esa cita pero el clima lo había arruinado, así que pensó en como compensarlo y de pronto una idea brillante llegó a su mente.

Moraleja: Nunca confíes en el clima de (T/p)

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— Ah, Canadá ¿A dónde vamos? Y ¿Por qué hace tanto frío? Quiero decir hace más frío que de costumbre.— interrogó la chica mientras trataba de no tropezar, tienda los ojos vendados. Canadá no contestó más allá de un “Es una sorpresa”.

Cuando finalmente llegaron al lugar que el canadiense tenía por destino se detuvieron, posteriormente le quitó la venda a la chica y esperó su reacción.

— Canadá... Esto es... ¡Increíble! — exclamó con mucha alegría, frente a ella estaba un hermoso paisaje naranja, en esta época del año las hojas se tornaban de tonos naranjas e incluso algunos rojos, era simplemente maravilloso.

— ¡Eres el mejor novio de la historia! — la chica se abalanzó sobre el en un abrazo que parecía lo estaba asfixiando mientras besaba la cara del rubio repetidas veces.

— ¡(T-T/n)! — Canadá no podía moverse, estaba completamente rojo y parecía que colapsaría en cualquier momento. Esperen, ¿Ella había dicho “Novio”?
Genial, había conseguido que ella fuera su novia sin siquiera preguntarle... Fue más sencillo de lo que pensó.

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Otro pedido entregado!

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