Laila Scamander y El Prisionero De Azkaban

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"Harry Potter...el niño que vivió...viene a morir"

Desperte dando un jadeó y levantando la cabeza rapidamente, vi a mi alrededor y recorde los eventos de hace unas horas. La frase y la voz seguían quemandome el cerebro constantemente. Me había olvidado completamente de esa pesadilla la cual era extremadamente vivida, al principio la ignore y la encontre insignificante, sin embargo ahora pensé en la predicción de la profesora Trelawney, en que Harry moriria este año y un escalofrio me recorrió el cuerpo entero.

—Psss....Harry....Harry...pss—le seguí tocando la mejilla con el dedo hasta que abrió los ojos— . ¿Estas despierto?
—Ahora si— gruñó con sueño, volviendo a cerrar los ojos.
—Harry...Harry tengo miedo— susurré, Harry abrio los ojos completamente, viendome confundido.
—Pense que no le tenias miedo a Black— respondió.
—No es por mi, es por ti. Ese desquiciado logró entrar a Hogwarts, que se supone es el lugar más seguro, espero que mis abuelos no se hayan enterado...la cosa es, ¿que si Trelawney tiene razon? Si...Si te pasa algo...

Harry alzó las cejas, ya no parecía tener sueño.

—No me va a pasar nada, ademas aqui esta Dumbledore, no hemos muerto en estos dos años ¿por que morir ahora?

—Eso no me reconforta, para nada, eres pesimo en esto— le regañe.

Harry me puso una mano en el hombro.

—Se que no me pasara nada porque tú estas a mi lado, como Ron y Hermione.
—Mucho mejor, pero...prometeme que no seras el heroe este año, por favor—seguí insistiendo mientras él se quedó callado—. Por mi ¿si?
—Lo prometo.

Cerré los ojos un poco mas calmada sin embargo sentí que alguien me pellizcaba el brazo.

—¿Pss...Laila, cual es tu otro nombre vergonzoso?
—Shh, hay que descansar—dije evadiendo el tema y tratando de dormir

🌙

Durante los días que siguieron, en el colegio no se habló de otra cosa que de Sirius Black. Las especulaciones acerca de cómo había logrado penetrar en el castillo fueron cada vez más fantásticas; Hannah Abbott, de Hufflepuff, se pasó la mayor parte de la clase de Herbología contando que Black podía transformarse en un arbusto florido que superaba mi teoría de que se podía convertir en un gusarajo y fue uno de los que cuidamos en la clase de Hagrid.

Habían quitado de la pared el lienzo rasgado de la señora gorda y lo habían reemplazado con el retrato de sir Cadogan y su pequeño y robusto caballo gris. Esto no le hacía a nadie mucha gracia. Sir Cadogan se pasaba la mitad del tiempo retando a duelo a todo el mundo, y la otra mitad inventando contraseñas ridículamente complicadas que cambiaba al menos dos veces al día, en un momento me había olvidado de una y me había quedado dormida junto al retrato hasta que llegó Percy.
—Está loco de remate —le dijo Seamus Finnigan a Percy, enfadado—. ¿No hay otro disponible?
—Ninguno de los demás retratos quería el trabajo —dijo Percy—. Estaban asustados por lo que le ha ocurrido a la señora gorda. Sir Cadogan fue el único lo bastante valiente para ofrecerse voluntario.
—Cobardes—bufé.
Harry y yo no teníamos la oportunidad de visitar el nuevo lugar que habíamos descubierto, ya que siempre alguien tenía un ojo sobre nosotros haciéndolo difícil escaparnos y nos seguían los pasos por todos lados. Una vez habíamos despistado a la mayoría de los profesores y estábamos en el campo de Quidditch, a punto de llegar solo para ser encontrados por la profesora Hooch, quien nos mandó de inmediato al castillo, en donde Percy Weasley nos vigilaba a ambos como un perro, haciendo que mis ganas de saber de por que Sirius Black era un peligro para mi, se duplicarán.
Sin embargo lo peor fue la clase de Defensa Contra las Artes Oscuras, casi di un jadeó cuando vi que quien abría la puerta no era ni nadie más que Snape, toda la charla y risas que teníamos entre nosotros murió, callándonos rápidamente. Había completamente olvidado la fecha, y maldije por no ir  a la enfermería por mi antídoto por ser vegetariana, Hermione decía que no era un antídoto de verdad, pero antídoto sonaba bastante genial.