Perdón si es MUUUUY cliché que la mamá de Laila apareciera en el titulo del mapa pero es que ya tengo un capítulo escrito con el origen de el mapa. También se va a explicar porque está Scamander en el mapa en vez de Black.
Honeydukes estaba tan abarrotada de alumnos de Hogwarts que nadie se fijó en nosotros, algo que agradecí. Pasamos discretamente detrás de ellos, viendo alrededor, cuando vi la tienda completa casi me puse a llorar, era bellísimo, nunca se había podido hacer una canción sobre este lugar porque era apenas descriptible, era demasiado. Pensé en mis abuelos los cuales me habían completamente prohibido los dulces por algo tan inútil como mi salud y que me iba enfermar y bla bla bla....
La tienda estaba llena de estantes repletos de los dulces más apetitosos que alguna vez vi. Cremosos trozos de turrón, cubitos de helado de coco de color rosa trémulo, gruesos caramelos de café con leche, cientos de chocolates diferentes puestos en filas. Había un barril enorme lleno de alubias de sabores y otro de Meigas Fritas, las bolas de helado levitador de las que le había hablado Ron. En otra pared había dulces de efectos especiales: el chicle droobles, que hacía los mejores globos (podía llenar una habitación de globos de color jacinto que tardaban días en explotar), la rara seda dental con sabor a menta, diablillos negros de pimienta («¡quema a tus amigos con el aliento!»); ratones de helado («¡oye a tus dientes rechinar y castañetear!»); crema de menta en forma de sapo («¡realmente saltan en el estómago!»); frágiles plumas de azúcar hilado y caramelos que estallaban.
—¡Hay que probarlo todo!—exclame entre mi emoción, tomándolo por el brazo, nos apretujamos entre una multitud de chicos de sexto, y vi un letrero colgado en el rincón más apartado de la tienda («Sabores insólitos»). Ron y Hermione estaban debajo, observando una bandeja de pirulíes con sabor a sangre. Fuimos a hurtadillas por detrás.
—Uf, no, Harry no querrá de éstos. Creo que son para vampiros —decía Hermione.
—Mmmm...y bueno Laila es vegetariana ¿Y qué te parece esto? —dijo Ron acercando un tarro de cucarachas a la nariz de Hermione.
—Laila es vegetariana, no come-insectos—dije.
A Ron casi se le cayó el bote.
—¡Laila! —gritó Hermione, luego se dio la vuelta y se escandalizó más al ver a el chico a mi lado —. ¡Harry! ¿Qué hacen aquí? ¿Cómo... como lo han hecho...?
—¡Ahí va! —dijo Ron muy impresionado—. ¡Has aprendido a materializarte!
—Por supuesto que no —dijo Harry. Bajó la voz para que ninguno de los de sexto pudiera oírle y les contó lo del mapa del merodeador.
—¿Por qué Fred y George no me lo han dejado nunca? ¡Son mis hermanos!
—Por que les caemos mejor—le dije haciendo que me mirara feo.
—¡Pero Harry no se quedará con él! —dijo Hermione, como si la idea fuera absurda—. Se lo entregará a la profesora McGonagall. ¿A que sí, Harry?
—Exacto, yo me voy a quedar con el mapa—admití
—¡No! —contestó Harry a Hermione luego me miro—. ¡Y lo vamos a compartir!
—¿Estás loca? —dijo Ron, mirando a Hermione con ojos muy abiertos—. ¿Entregar algo tan estupendo?
—¡Si lo entrego tendré que explicar dónde lo conseguí! Filch se enteraría de que Fred y George se lo robaron.
—Pero ¿y Sirius Black? —susurró Hermione—. ¡Podría estar utilizando alguno de los pasadizos del mapa para entrar en el castillo! ¡Los profesores tienen que saberlo!
—No puede entrar por un pasadizo —dijo enseguida Harry—. Hay siete pasadizos secretos en el mapa, ¿verdad? Fred y George saben que Filch conoce cuatro. Y en cuanto a los otros tres... uno está bloqueado y nadie lo puede atravesar; otro tiene plantado en la entrada el sauce boxeador; de forma que no se puede salir; y el que acabo de atravesar yo..., bien..., es realmente difícil distinguir la entrada, ahí abajo, en el sótano... Así que a menos que supiera que se encontraba allí...
—Cosa que no debe saber—le interrumpi, conociéndolo bien ahora mismo debía estar dudando.
Ron, sin embargo, se aclaró la garganta y señaló un rótulo que estaba pegado en la parte interior de la puerta de la tienda:POR ORDEN DEL MINISTERIO DE MAGIA
Se recuerda a los clientes que hasta nuevo aviso los dementores patrullarán las calles cada noche después de la puesta de sol. Se ha tomado esta medida pensando en la seguridad de los habitantes de Hogsmeade y se levantará tras la captura de Sirius Black. Es aconsejable, por lo tanto, que los ciudadanos finalicen las compras mucho antes de que se haga de noche.
¡Felices Pascuas!
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Laila Scamander y El Prisionero De Azkaban
Fanfiction#3 Morgana Ese nombre se repetía constantemente en la cabeza de Laila. Morgana, Morgana, Morgana... Pero ese no es el único problema de Laila, en su tercer año sus abuelos le tienen completamente prohibido de volver a Hogwarts, cuando el asesino, Si...