NamJin
Ser padres no es para nada algo fácil, los gastos desde el embarazo son fuertes, toda la preparación que tienen que tener los padres tanto física, emocional y económicamente durante este periodo es un poco difícil. Y lo es aún más cuando se es una pareja disfuncional en tiempos donde todo está muy mal visto.
Todo el embarazo tuvo un alto nivel de peligrosidad, lo llamaron "embarazo de alto riesgo", claro el no pudo tener el beneficio de las citas prenatales, los ultrasonidos ni nada de eso por el riesgo que corrían en ser reportados.
Los primeros días de TaeHyung en la tierra fueron puro estrés y ansiedad por parte de sus padres, siempre alguien con el vigilando su sueño o lo que sea que estuviera haciendo, siempre a la defensiva esperando algún ataque.
Por las noches SeokJin lloraba en los brazos de Namjoon, aferrándose al cuerpo del demonio, tratando de que los sollozos no despertasen al bebé que plácidamente dormía en su cuna, simplemente el no entendía por qué pasaba todo esto, ¿Cómo era posible que alguien quisiera hacerle daño a un bebé indefenso?, fue una etapa muy dura, tanto así que desarrollo una ligera paranoia, cualquier sonido fuera de la habitación de Tae lo ponían en estado de alerta, la adrenalina en su cuerpo era cada vez mayor, pero no pueden culparlo, era su padre, y tenía miedo.
La zona donde vivían era muy buena, no había nadie cerca que pudiera poner en peligro su integridad, aunque uno nunca sabe, su pequeño bebé de sonrisa cuadrada fue creciendo, sus primeras palabras se hicieron presentes cuando el cumplió un año y un par de meses más, sus primeros pasos fueron mucho antes que eso, conforme las primeras veces del castaño llegaban a realizarse los malos pensamientos y sentimientos de sus padres fueron desapareciendo. Todo era paz y tranquilidad los primeros años de su bebé, la pasaban bien, jugando en el jardín de la casa, mirando las estrellas por la noche, un bebé lleno de amor, tan lleno como sus mejillas.
La escuela era algo por lo que tendría que pasar sí o sí, lamentablemente para los padres esa etapa llegó demasiado pronto.
-La mejor opción es que lo eduquemos nosotros, amor –SeokJin dijo mientras miraba a su hijo jugar con sus carritos en la alfombra de su casa-. es demasiado riesgoso si el sale de aquí.
-No podemos hacer eso, Jinnie, en algún momento tendrá que salir y será peor para el cuándo no sepa nada del mundo exterior.
-Ponte a pensar NamJoon, en la escuela pueden reportarlo, un día puede no volver y si algo le pasa yo no sé que soy capaz de hacer.
El demonio lanzó un suspiro negando con la cabeza-
-Amor, entiende, no es sano tampoco que el crezca tan solitario, estoy seguro que el estará bien, tenemos que dejar que crezca, que madure.
El miedo en los bonitos ojos cafés del Ángel no pasó desapercibido por su pareja, quien sin dudar tomó su mano y le dio un apretón.
-Tenemos que hacerlo, Jin.
Los pucheros que hacía antes de llorar siempre pudieron hacerlo cambiar de opinión en un segundo, por más que le doliera eso no iba a pasar esta vez, cuando una negativa hacía el Ángel llegó no pudo contenerlo más y las lágrimas cayeron libres por sus mejillas, se aferró al cuello de Nam buscando el refugio y la paz que siempre sentía estando ahí, esta vez, no pasó.
El ciclo escolar comenzó un bonito día de verano, el uniforme a cuadros le quedaba perfecto al pequeño caído, su cabello castaño peinado sobre su frente, sus ojitos abiertos grandes y brillando de la emoción.
-Voy a estudiar y a hacer muchos buenos amigos, appa. –prometió con una sonrisa rectangular cuando su papi ángel le colocó su mochila-.
-No lo dudo, bebé, recuerda que cualquier cosa puedes llamarme y de inmediato iré por ti –Volvió a acomodar la chaqueta del uniforme del niño, la placa con su nombre colocándola derecha-. Te amo, TaeTae, te amo muchísimo.
-También te amo, appa.
Todo lo que necesitaba escuchar antes de abrazarlo y besar su frente por última vez antes que NamJoon se lo arrebatara de sus brazos, viendo como ambos se alejaron con sus manos juntas mientras caminaban. Los latidos de su corazón y la opresión en su pecho no se fueron en todo el día hasta que su pequeño volvió sano y salvo a casa.
Ser padre de un caído no es fácil, siempre existe el riesgo latente de que algún día llegaran a matarlo, siempre existe la posibilidad de que alguien lo lastime, siempre existe la posibilidad de que alguien se enamore de el y lo arrebaten de su lado. Lamentablemente para SeokJin y NamJoon la sensación de miedo y angustia nunca se fue en años, hasta que un día lo inevitable pasó, capturaron a su hijo y se sintieron morir.
Pero siempre existe algo bueno, siempre puedes luchar por lo que amar, incluso si tienes que iniciar una guerra para poder crear un mundo mejor para el que siempre va a ser tu bebé.
Maratón 2/?
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Don't fall in love to the Demon (YoonSeok)
ФанфикDurante mucho tiempo se ha sabido que los Ángeles son enemigos natos de los demonios, con el paso de los años se han ido forjando alguna clases de reglas para así evitar futuras batallas entre estos dos seres. El acuerdo de Kall, es un libro formad...