El regreso de los Dioses.

13

Abro mis ojos, estoy en la cama, a mi lado siento a Alia, un vago sentimiento de tranquilidad y calma llena mi cuerpo, me relajo y la apego aún más a mí.

—¿Se han resuelto todas tus dudas?— la miro, su ojo gris me recorre el rostro, hasta llegar a mi cuello, imito su acto, veo la marca brillante y cicatrizada en su cuello, la rozo con mis dedos y se estremece entre mis brazos, la sensación se repite en mi cuerpo, más leve, intento creerme que lo que acabo de ver no ha sido un simple sueño.

—Aún me quedan algunas, pero las más importantes, sí. Gracias.— la beso.—Entonces... básicamente la Diosa Luna nos ha dado su aprobación, ¿no?— bromeo, escucho su risa y golpea mi memoria con hermosos recuerdos.

—Algo así, entonces... ¿cómo te sientes al saber que te has emparejado con una semi-Diosa?— me río y la pego a mí, sintiendo su calor contra mi pecho, siento sus dedos hacer formas en mi pectoral desnudo.

—¿A caso algo más debe cambiar?, — reímos, nunca me he sentido más en paz.— Resulta que también puedo controlar los rayos y ni si quiera me había dado cuenta, mi lobo se adapta al tuyo y debo protegerte de todo para que no muramos, yo me siento bien con eso.— mi pecho escuece cuando termino de hablar, un pequeño hilillo de líquido baja desde la punzada que acaba de hacerme Alia con su uña.

Veo la sangre salir también de su pecho.

—No tienes que protegerme de todo, yo también puedo hacer eso, —  me sonríe, pero mi vista está aún en la herida, ahora cerrada de nuestros pechos.— esto es lo que pasará a partir de ahora cuando nos dañemos, pero sanarás más rápido conforme tu lobo se adapte al mío.— su sonrisa me congela.—Tenemos que levantarnos YoonGi y Jimin llegarán en unos minutos.

¿Qué? 

—¿Por qué vendrían sin avisar?— esto se pasa de raro.

—Llevamos "inconscientes"— hace comillas con sus dedos, su tono de voz me hace reír.— más o menos catorce horas.

—¿Cómo es eso posible?, ¿Y Min Ho, dónde está?— me preocupo al instante.

—Min Ho sigue en casa de JongHyun, son las dos de la tarde, estará comiendo con él, — suspiro, más relajado.—Y es posible porque, a pesar de que hemos hablado con la Diosa Luna durante a penas unos minutos, eso ha agotado nuestros cuerpos, nuestros lobos han consumido toda nuestra energía y... cuando hemos vuelto, básicamente nos hemos desmayado.— lo dice con una simpleza tan extraña que me hace hasta gracia.

Tal vez ahora me estoy riendo de todo por la euforia que me llena como si nada, pero me siento tan agusto y cómodo que realmente no me importa reírme cómo si estuviese loco.

—En ese caso creo que será mejor que nos vistamos.— comento y ambos intentamos separarnos, pero gemimos, aún estoy dentro de ella, estoy completamente duro.

 La miro y no me hace falta leer en sus ojos su excitación, sus hormonas vuelan por la habitación.

-<<¿Uno rápido?>>- su sonrisa me confirma el sí y, aunque estoy flipando con el hecho de que acabo de hablarla mentalmente mis ganas no desaparecen por ello.