El regreso de los Dioses.

19

El camino en coche hasta la aldea lo paso con Alia durmiendo sobre mi pecho y Min Ho durmiendo sobre mi hombro, al parecer ya no me odia tanto como el día de la noticia.

Nam Joon se mantiene con la mirada en el teléfono mientras Jin conduce, Suga, HoSeok y TaeHyung hablan sobre algunas cosas que no me interesan demasiado, Jimin sin embargo me mira con bastante seriedad en su mirada, a pesar de que soy yo el que aún estoy cabreado con él, al fin y al cabo borró a Alia de mi memoria cuando podría haber visto que decía la verdad.

—¿Quieres algo, Hyung?— pregunto, Jimin asiente antes de señalar a Alia con la mirada.

—¿Estás seguro de que es buena idea que ella venga?— miro a mi pareja, está completamente dormida, paso mis dedos por su cabello negro, completamente suave al tacto.—Estáis esperando dos cachorros, si ya hay probabilidades de un aborto con uno solo...— no quiero seguir escuchándole, sé que tiene razón, pero esta vez no he sido yo el que lo ha decidido, yo tampoco quiero que venga, pero no puedo hacer nada más ahora, sólo preocuparme de que no le pase nada y de que se mantenga saludable.

(**** - ****)

Alia despierta en cuanto el coche se para, nos recibe un hombre alto y ancho, de pelo casi rubio, apego a mi pareja a mí por mero instinto, el hombre nos saluda y nos indica el camino que debemos seguir para llegar a la aldea, nuestra furgoneta se pone en marcha igual que las otras cinco o seis que nos siguen.

No sé quienes están dentro de las furgonetas, los alfas no han querido decírmelo, pero anoche hablé con mis compañeros de trabajo, sé que en ellas vienen algunos de ellos.

No tardamos más de diez minutos en llegar a la aldea, Jin para el coche y bajamos, veo a más de los nuestros salir de las otras camionetas, Alia se tensa junto a mí, el vínculo vibra con preocupación e ira.

Miro alrededor de nosotros, busco la posible razón para que se encuentre tan tensa, pero no lo veo, sólo siento un aroma demasiado dulzón que me resulta empalagoso y demasiado conocido, miro hacia el frente y la veo allí, IU camina hacia nosotros, viste con ropa demasiado... reveladora para ayudar a controlar y arreglar un embalse, sobre todo teniendo en cuenta que es muy probable que nos manchemos con lodo y barro.

Alia se pone frente a mí, IU se para un segundo antes de caminar de nuevo hacia nosotros, gruñe mientras yo intento mantenerla algo relajada mediante el vínculo, pero de poco sirve, intento recordarla que está embarazada, no puede estar en tensión por demasiado tiempo.

—Hola, ¿cómo estáis?— Sujeto a Alia de un brazo, no quiero que haga ninguna locura, ni en su estado, ni en una aldea que no es la nuestra.

—Bien, no sabía que vendrías, nunca te ha gustado visitar otras aldeas.— mi tono sale duro, no creo que IU haya decidido cambiar sus costumbres de un día para otro sin un motivo.

—Es cierto, pero ya sabes, me gusta el pescado y, si la presa estalla, adiós.— se está divirtiendo, no es muy difícil verlo, pero a mi la paciencia se acaba en cuanto posa su mano sobre el  vientre de Alia.—Por cierto, he oído que esperáis cachorros, espero que no les suceda nada, ya sabéis, por la gran posibilidad de tener un aborto natural,— la sonrisa en su rostro no me gusta para nada.— al parecer sí que puedes embarazar a alguien, una pena que no lo hicieses conmigo, estoy segura de que habría sido mucho mejor omega que ella.— Alia sujeta la mano de IU y la aleja de su vientre, veo la muñeca de la chica tomar un color amoratado conforme Alia comienza a hablar.