Los días pasan, uno tras otro, Alia actúa como si lo sucedido en la aldea de los osos no fuese tan importante, mientras yo sigo sintiéndome culpable por mis acciones, no dejo de sentir que podría haberse repetido lo mismo que hace cuatro años.
Sigo yendo a trabajar, sigo al pendiente de cómo se siente, no me siento capaz de alejarme de ella ni un solo minuto.
Ninguna amenaza nos preocupa durante los días que vuelan y acaban convirtiéndose en dos meses, en la que mi lobo ya no da más de mí, la cabeza me duele por el recuerdo y la sensación de posible pérdida constante hacia ella, hacia nuestros cachorros.
Su vientre está hinchado, va con la espalda torcida hacia atrás y me preocupa que se queje tanto de su espalda, de sus pies.
—Está bien, Kook.— me sonríe mientras me abraza.—El tiempo ha pasado muy rápido.— asiento dándole la razón, pero estoy abstraído en lo rápido que ha pasado el tiempo, en lo rápido que Alia ha llegado a los dos meses y medio de embarazo, la primavera está en su máximo esplendor, sería hermoso que nuestros cachorros nazcan ahora, con los arboles florecidos y los animales caminando como si nada alrededor de nuestra aldea.—¿Qué te pasa?— se sienta en la cama, alejándose de mí.
—No me pasa nada, Alia.— intento acercarme a ella, pero no me lo permite.—Hey, no te alejes.— me quejo.
—Llevas raro desde que volvimos de la aldea de los osos, joder, me tienes preocupada. — aparto la mirada, la estoy haciendo sentir mal, eso es lo último que quiero.—Tuve que hablar con los alfas para que me explicasen que demonios te pasa porque tú te niegas a decírmelo.
Me levanto de la cama, necesito moverme, sé que no he reaccionado bien a lo del cazador, pero no es lo único que me atormenta, también lo hace la posibilidad de que me parezca a mi padre.
—Todos me han dicho lo mismo, deja de culparte por lo sucedido, no fue tu culpa.— su voz no gana tranquilidad.—¿Cómo demonios íbamos a saber que tenía un arma, que estaba suelto?— niego con la cabeza, no puedo mirarla.—Joder, es normal que te quedases en shock, ¡casi matan a Nam Joon justo frente a nosotros!
—¡No es solo eso Alia!— no puedo controlarme más.—¡Podrían haberte matado, haber matado a nuestros cachorros! ¡Si tú mueres yo muero, independientemente del lazo!, ¿¡de verdad esperas que no me afecte haber sido un mal alfa!?— su mirada se pierde en la pared a mi espalda, sus ojos pierden brillo, el ojo de color rojo se vuelve tan oscuro que casi parece volverse negro.
—No quiero un alfa que me cuide.— se levanta de la cama, siento el esfuerzo que hace para conseguirlo, apoya las manos en su vientre, pero su mirada permanece en mi espalda.—Nunca te pedí que fueses un alfa para mí, te quiero como pareja, de igual a igual, te quiero como JungKook, no como alfa, me importa una jodida mierda que lo seas.— su voz sale completamente plana, pero aún puedo sentir su ira fluyendo por nuestro lazo.—Si esa es tu máxima preocupación entonces escúchame.— su vista se enfoca en mis ojos, siento cómo alcanza a mi lobo, que no ha dejado de esconderse ante su presencia por vergüenza.—No necesito que me cuides como si fuese un omega, no necesito que estés sobre mí las veinticuatro horas.
—Eso no es lo único que me preocupa, —agacho la cabeza, sintiéndome pequeño ante ella, ante su mirada.— nunca te he hablado sobre mis padres, sobre mi familia.
—Lo sé, nunca quise forzarte a que me lo contases.— escucho la cama hundirse bajo su peso, alzo mi mirada, necesito hablar de esto con ella, necesito explicárselo, necesito que me asegure que nunca haré aquello.

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El regreso de los Dioses.
FanfictionSegunda parte del Aroma de los Dioses. ¡¡Es sumamente importante leerse la primera parte para entender la historia!! No dice nada cuando doy un paso en su dirección, niega con la cabeza y da dos pasos hacia atrás, parece asustarse, intento acercarm...