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Estamos cerca del campamento de los cazadores, puedo oler el aroma de los humanos y de sus armas a la distancia.

Todos nos paramos de golpe, miro al cielo, igual que los demás y unas potentes ansias de aullar a la Diosa me sobrecogen, aun así ninguno aullamos, comienzo a sentir cómo mis patas se vuelven más corpulentas y fuertes, igual que mi cuerpo, mis colmillos crecen y todos mis sentidos se agudizan, abro los ojos y miro a los demás, que están sufriendo la misma transformación.

HoSeok, YoonGi y yo tenemos los ojos de un ámbar demasiado profundo, pero ni Nam Joon ni Alia los tienen igual, ellos dos los tienen rojos, Nam Joon sólo tiene ese color cuando su lobo choca contra algo demasiado fuerte o doloroso y, Alia, cuando desata sus poderes sin control.

Mierda. No pensé en esto antes. 

Alia a penas consigue controlar sus poderes con normalidad, ahora se han incrementado en demasía y me preocupa que nos ponga a todos, incluida a ella misma y a los cachorros, en peligro.

—Alia, respira.— Nam Joon susurra, mantiene los ojos puestos en los de Alia, pero se está agachando poco a poco en el suelo, casi tumbándose, mierda, mierda, mierda.—No puedo retenerte en todo momento, tienes que tomar el control.

¿Por qué yo no estoy perdiendo los papeles como Alia?, se supone que mis poderes también se han vuelto más difíciles de controlar.

Supongo que es porque ni si quiera sé cómo invocar a los rayos y a que he controlado la invisibilidad durante toda mi vida.

En el pelaje de Alia comienzan a aparecer pequeñas llamas negras, son mínimas pero podrían volverse peligrosas, alzo la mirada al cielo, al oler las nubes cargadas de agua, escucho el crujir de varias ramas en algunos árboles y un fuerte viento que comienza a revolver nuestros pelajes.

Me acerco corriendo a mi pareja y me pego a ella, tal vez al olerme se relaje.

Funciona, el viento se vuelve algo más tranquilo y los árboles dejan de moverse, aunque las nubes no desaparecen del cielo y sólo dejan a la vista la luna ya completamente roja, las llamas de su pelaje desaparecen y Nam Joon se levanta.

—Lo siento Hyung.— se disculpa, la preocupación que siente me atraviesa por el lazo.

—No te preocupes, debemos seguir, ya estamos cerca.— Nam Joon tiene los ojos como YoonGi.

Volvemos a ponernos en camino.

<<¿Y si no logro controlarme y os hago daño?>>- la pregunta de Alia me atraviesa la mente.

<<No lo harás porque vas a centrar toda tu ira en IU y esos cazadores.>>- respondo.

Miro a mi pareja, que corre junto a mí, sé que me está sonriendo. Volvemos a mirar al frente y vemos una gran fogata que alumbra una pequeña planicie y los troncos de varios árboles.

Nos escondemos los cuatro a unos metros de distancia, detrás de un enorme tronco.

Me asomo e intento encontrar algo, algún aroma. El primero que encuentro es el de IU.

Agudizo mis oídos e intento escuchar la conversación que mantienen los cazadores y la omega, miro a los demás y están haciendo lo mismo, aunque Alia sólo se ha sentado y cerrado los ojos. Si no supiese que así puede centrar más su audición pensaría que está esperando a que nosotros le digamos algo.

El regreso de los Dioses.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora