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Escucho otro gemido de dolor y un cuerpo caer al suelo, no puedo evitar mirar, Nam Joon está en el suelo, aún respira, tiene los ojos abiertos y una expresión de ira que helaría a cualquiera, pero la bala ha dado en mal lugar, justo en el hombro y, cuando se levanta no puede apoyar la pata.

Mi pata comienza a arder y siento el líquido espeso de la sangre correr por mi pelaje, la herida no me duele, pero está ahí; miro a mi pareja, su postura a cambiado, la sangre también corre por su pata y suelta pequeños gemidos de dolor.

Mi instinto me pide correr hacia ella y protegerla, pero nuestras miradas chocan durante unos segundos, no debo hacerlo, ella puede valerse por sí misma y yo debería continuar luchando.

Vuelvo mi vista a los humanos, uno de ellos sonríe con diversión.

—¡Sólo tenéis que matar a uno de los dos de color negro, el otro morirá con él!— todos los que tienen armas de fuego apuntan a mi pareja y, los demás, los que tienen cuchillos o machetes caminan hacia Nam Joon, YoonGi, HoSeok y yo.

Acercarme a Alia es demasiado peligroso, sólo puedo buscar con la mirada a mis cachorros para hacerme camino mientras mi pareja y los demás acaban con todo esto, sólo encuentro a IU con una celda en miniatura hecha de hierro en la que mis cachorros tienen sus patitas caídas por entre los huecos.

Otro gruñido escapa de mi garganta, me lanzo hacia uno de los cazadores, armado con un machete, esquivo la mayoría de sus cortes pero acaba por dañarme la pata, gruño enfurecido, joder Alia, van a disparar pronto. Muerdo la cabeza del humano con fuerza hasta escuchar el crack característico de los huesos al romperse y continúo, mis Hyungs no tardan en ponerse junto a mí; al parecer HoSeok ya ha sanado casi por completo.

Pero son demasiados los que vienen cargados con armas, a penas hemos matado a un cuarto de todos los que eran en un principio.

Cazador tras cazador voy deshaciéndome de ellos, pero todo parece ir demasiado despacio, hay un momento en el que pierdo de vista a mis Hyungs y sólo logro oírles gruñir y gemir de dolor, algunos han disparado hacia mis amigos.

<<¡Alia, dale el control a tu lobo!>>- grito y siento cómo me quedo sin aire por un momento, la sangre corre desde mi hombro mientras siento cómo el machete intenta hundirse aún más en mi carne.

Mis ojos se llenan de lágrimas y un gemido completamente doloroso escapa de mi garganta; miro a mi pareja mientras voy cayendo al suelo, ella aún se mantiene en pie, pero sus ojos están llenos de lágrimas cuando conectamos miradas.

Su expresión cambia enseguida y sus ojos toman el mismo color que el de la luna, con una profundidad abrumadora, la escucho aullar y quiero taparme las orejas por el daño que me hace el sonido; el cazador que está a punto de volver a clavarme el puñal cae al suelo desmayado; mis oídos sangran pero ignoro el dolor, de mi hombro y oídos para lanzarme contra el cazador que casi me rebana una pata.

Su sangre enseguida mancha mis fauces.

Siento algo cambiando dentro de mí, cierro los ojos con fuerza por el dolor de cabeza que me atraviesa, vuelvo a abrir los ojos; Alia se acerca a mis Hyungs y se pone frente a ellos, un fuerte viento comienza a remover mi pelaje con fuerza al mismo tiempo que miles de gotas de agua caen del cielo, corro hacia mi pareja, aún sin poder apoyar mi pata derecha y me pego a ella, los árboles comienzan a moverse hasta que ocultan a mis Hyungs y crean una especie de refugio para ellos.

El regreso de los Dioses.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora