Capitulo 5: La bruja y el Mandamiento.

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*Meliodas*

Belialuin, hace 3000 años.

Maldita cria, maldita bruja y maldito su Padre. ¿Cómo se atreve esa enana a engañar a mi propio padre? Tengo que encontrarla como sea y no creo que se vaya de rositas. Pienso torturarla hasta que se arrepienta de lo que ha hecho, la muy traidora.
Creo que se llamaba Merlín. Una bruja excepcional, sin duda. Pero muy mentirosa. Prometió unirse a nuestra causa y ha hecho lo que le ha dado la gana. No sólo ha engañado a mi Clan, también al de las Diosas.

Elizabeth...¡no! ¡Ahora no puedo pensar en eso, tengo a una renacuaja a la que buscar!

"Meliodas...".

Me doy la vuelta bruscamente.

" ¡Gowther, ¿qué coño haces, no ves que estoy ocupado?"
"Pero qué maleducado eres. Te llevo siguiendo un buen rato. Me he enterado de lo de la niña y no me parece buena idea que la matemos. Esa niña tiene potencial, podría enseñarle muchas cosas si..."
" ¿Tú también quieres que te corte en trozos? ¡Deja de decir gilipolleces y ayudame a buscarla! Y por cierto, tratame con un poco de respeto, que además de tu Líder, soy el Príncipe Heredero, ¿lo has entendido?"
"Sí... alteza"

Me sonríe. Maldito Gowther, siempre con sus rarezas, ahora va a resultar que somos blandos y perdonamos a la gente. Odio su indiferencia. Rara vez viene a pelear con nosotros. Sólo le interesan las cosas inútiles.
De repente, algo se mueve entre las malezas. Estamos en un bosquecillo al lado de Belialuin, que por cierto, mi Padre la ha destruido del cabreo que ha pillado. Pero la niña es demasiado lista y se ha escapado.

Gowther se limita a observar lo que hago, mientras muevo el arbusto.

¡Perfect Cube!

¡Maldicion, esa cria se ha metido en un perfect cube, un hechizo demoniaco! Padre eres un imbécil, a quien se le ocurre compartir los secretos de los demonios.

"Me llamo Merlín. Si venís a por mí, ya podéis daros la vuelta, no pienso salir de aquí y mucho menos voy a dejar que os acerquéis".
"¡Oye, cría de las narices, sal de ahí si eres tan valiente!"
"Hola, señorita Merlín, ¿me permite presentarme? Soy Gowther, el Mandamiento del Desinterés. Y este de aquí es..."
"Meliodas, el hijo del tonto del Rey Demonio, supongo"

¡Criaja! Ahora sí que pienso cortarla en trozos.

"Espera, ¿has dicho Mandamiento? ¿Qué es eso?"
" ¿El Rey Demonio te ha dado técnicas para evitarnos y no sabes quienes somos? Jajajajajajaj. Qué mona eres. Hagamos un trato, tú te vienes conmigo y yo te enseño a usar tu magia y nadie te hará daño. Te lo prometo. Serás mi protegida".
"Gowther, ¿Pero qué haces?"
" Meliodas, esta niña es invencible, es inmune a nuestros hechizos y Mandamientos, por eso tu Padre se ha cabreado. Hagamos las cosas bien. Sabes que yo soy el experto en hechizos, dejámela a mí. La amaestraré bien."
"No soy un perro, ¿sabes? Soy una simple humana. Pero acepto. Necesito saber más. Quiero que mi sabiduría sea igual de infinita que mi magia."
" Vaya, qué segura eres. Me gusta. ¿Que te parece Meliodas?"

Qué pregunta. Eres un imbécil Gowther. Me voy a meter en un lío por tu culpa.

"...No puedo creer que vaya a decir esto, pero...de acuerdo. Quedátela. Y tú, niñata, procura no hacer tonterías".
" Mmmmmmm."

Asiente con la cabeza y sonríe. Y no es una sonrisa normal de una niña de 13 años. He de reconocer que me he quedado algo helado.

Huelo algo dulce. Instintivamente miro hacia arriba e invito a Gowther a irse con la niña. Me mira, pero no me dice nada. Coge a la cría en brazos y se larga. Vuelvo a mirar hacia el mismo sitio, con mi mano puesta en la empuñadura, aunque ya sé quién es.

Elizabeth.

Es imponente, sin lugar a dudas. Se nota que es hija de la mismísima Deidad, aunque ni se parecen en personalidad. Extiende sus alas mientras baja lentamente hacia el suelo, iluminada bajo una luz resplandeciente. Su pelo brilla por el reflejo de esa misma luz. No me había fijado, pero su cuerpo es proporcionado. Es delgada, pero bien estilizada. Sus caderas, su pecho y su trasero son prominentes, pero bonitos a su manera. Me mira con sus preciosos ojos azules. Seria, pero decidida. Eso me gusta. Se para.

" Buscamos a una niña. Deberías irte, mis arcángeles están al llegar."
"Llegas tarde. Se ha largado con uno de mis miembros"
"Vaya, qué lástima. Por favor, no le hagáis daño. Seguro que todo tiene una explicación razonable".
" No te preocupes. No puedo hacerle nada si está con Gowther".
"Como si yo me fiara de tu..."

Me acerco a ella y le cojo la barbilla para observarla mejor. Se sorprende por mi gesto, pero no se aparta. No me da tiempo a hacer nada más, ya que huelo a los arcangeluchos. Me aparto rápidamente y hago el ademán de largarme.

"¡Espera Meliodas! Deberíamos hablar de lo del otro dia. ¿Te parece si nos encontramos en las ruinas esta noche?".

Encontrarnos. A solas. Mala idea, nena. Pero aún así, ladeo la cabeza y asiento. Ella me sonríe.

Vaya, parece que el dia puede mejorar. Esto va a ser divertido.

*Nanatsu No Taizai : El preludio de una tragedia* (Libro I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora