Capitulo 20: La Diosa y la Bruja.

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*Merlín*

Meliodas ha venido a buscarme y ya estoy frente a la que será la heredera del Clan de las Diosas. Su mirada me inspira confianza y algo de... ternura. Es raro que yo diga esto, porque normalmente no expreso mis sentimientos, es bastante ilógico en mí. Desde que nací, siempre fui más rara que los demás niños, ni siquiera los miraba. Me apetecía más hacer experimentos, ya fuera con mi padre o yo sola. Siempre he sido muy independiente y demasiado madura para mi edad, todo hay que decirlo.

Me decido a saludarla, lo más educadamente posible.

Yo: Hola, Princesa Elizabeth.
Eli: Vaya, así que tú eres Merlín. Encantada de conocerla, señorita.

Nos damos la mano en señal de respeto. Es increíble, no me ha tratado como a una niña en absoluto. Me ha tratado como a una igual. Me doy cuenta de que Meliodas se va sin hacer ruido para dejarnos solas y entonces yo empiezo a hablar.

Merlín: Alteza, tengo muchas cosas que quiero preguntarle, pero querría evitar el ofenderla, ya que me ha saludado como a una igual.
Eli: Por favor, Merlín, tratame de tú. Odio que me traten de usted. Me siento mucho más vieja de lo que realmente soy.
Merlín: ¿De verdad eres capaz de odiar algo o...a alguien? No me lo ha parecido. De hecho, ya me he contestado yo sola. Meliodas tiene el Mandamiento del Amor y no parece que te haya hecho efecto, así que...
Eli: Eres muy perspicaz. No, de hecho no tengo un sentimiento de odio. Tal vez de rechazo, pero nunca he llegado a odiar a nada ni a nadie.
Merlín: Meliodas me ha contado por el camino todo lo que le has revelado sobre tu Clan. ¿Cómo puedes fiarte de alguien así?
Eli: No lo sé...algo me dice que en realidad...Meliodas es un buen chico.

¿El enano, un buen chico? Eso tiene gracia. Es el hijo del Rey Demonio. El Clan en sí es traicionero. Menos mi Maestro, que parece que pasa de todo, como yo.

Eli: Merlín, ¿Puedo hacerte una pregunta un tanto personal?
Merlín: No debería, pero dispara.
Eli: ¿No echas de menos a tu padre? En la carta parecías algo triste.

Oh, no. Mi padre. Ha tocado lo que no tenía que tocar. Intento contenerme con una cara de indiferencia, pero dos lágrimas corren por mis mejillas. Elizabeth se asusta.

Eli: Oh, vaya, lo siento mucho. No era mi intención ponerte triste. Perdona.

Entonces, hago algo inesperado en mí. La abrazo y empiezo a llorar más y más, desahogando todo lo que me había guardado.
Ella me devuelve el abrazo y me cubre con sus alas, para crear una especie de burbuja. Me acaricia el pelo y empieza a tararearme una canción, para intentar calmarme. Se siente bien. Es tan calentito y acogedor...

Eli: ¿Mejor?
Merlín: ... Sí. Gracias.

Elizabeth me seca las lágrimas y me levanta el pelo de la frente, dándome un beso. Yo cierro los ojos, intentando guardar todo el cariño de ese beso.

Eli: Merlín, yo te bendigo.

Ah. Así que eso es la bendición de los Dioses. Un simple beso. Pero es un hechizo bastante efectivo, sin duda.

Merlín: Gracias. Es un hechizo un tanto absurdo, pero...muy efectivo. Ya me siento mucho mejor.
Eli: 🤭🤭

Se ríe por mi comentario y sonrío. Las mejillas se me han puesto coloradas.

Merlín: Ejem, ejem. Bueno, en fin, he venido aquí a preguntarte cosas, no a pasar el rato. ¿Puedo empezar?
Eli: Adelante, señorita.
Merlín: ¿Es verdad que los Dioses podéis ver el futuro?
Eli: Oh, vaya. Qué directa. En realidad...no del todo. Yo tengo el don de la premonición, pero no puedo verlo todo. El futuro no es una ciencia exacta, es muy difícil de interpretar. Yo tengo sueños a veces, pero nunca sé si se van a a hacer realidad o no.
Merlín: Mmmmmm. Premoniciones...¿No has soñado nada raro últimamente?
Eli: Pues...he tenido sueños recurrentes de...una guerra, pero no logro descifrar de quienes.
Merlín: ¿Una guerra entre vuestro Clan y el Clan Demoníaco...tal vez?

Me mira impresionada. Princesa, tengo las bendiciones de su Madre, así como su don. Y soy Bruja, me gustan esas cosas.

Eli: ¿Te refieres...a una guerra santa? No, eso no es posible. Tendría que pasar algo gordo para empezarla.
Merlín: ¿No se te ocurre el qué?

Eli se pone blanca como la pared. Sí, princesa, Meliodas y tú pensáis que soy idiota y que sólo me centro en mis experimentos. Os he pillado. Sé que os veis a escondidas. Me mira.

Eli: Merlín, ni se te ocurra contarle nada a nadie.

Se ha dado cuenta de que lo sé todo.

Merlín: Tranquila, Elizabeth. Tu relación prohibida no es de mi incumbencia. Sólo te pido que no hagáis una estupidez. Los dos sois alguien importante en vuestros Clanes. No la pifieis.

Se queda sorprendida , pero asiente con la cabeza.

Eli: Está bien. La cabeza fría, ¿No?
En fin...¿Quieres comer conmigo? Hoy estoy sola, me vendría bien algo de compañía.

Asiento y nos levantamos del suelo. Mientras caminamos, voy admirando el paisaje, es precioso. Mejor que el purgatorio, obviamente. Es una cloaca.
De repente, veo a alguien rubio a lo lejos. Es Meliodas, que ha llegado antes de tiempo.

Meliodas: Hey!
Eli: Meliodas, qué pronto has vuelto. Iba a comer con Merlín, ¿Te apuntas?
Meliodas: No puedo, tengo prisa. Oye enana, ¿Quieres venir conmigo a una misión supersecreta?
Merlín: Si la misión es ir a vigilar a tu hermanito, paso.
Meliodas: Oh, no, eso ya lo he hecho. Me he reído de lo lindo. ¿Quieres ver a los Mandamientos en acción?

¿A los Mandamientos? Oh, cielos, eso sí me interesa.

Eli: ¿No será peligroso? Ellos no son como tú.
Meliodas: Obviamente va a estar escondida sin hacer ruido. Gowther la protegerá.
Merlín: Si, sí, quiero ir. Vámonos ya.

Tiro de su mano y Elizabeth se ríe. Meliodas me mira y me coge de la cintura. En cuello. Maldición.

Merlín: Oye, enano, bájame!!! No soy un bebé!!!
Meliodas: No seas insoportable. No es para tanto, me es más cómodo cogerte, así no te escaparás.

Grrrrrrr. Maldito imbécil. Acepto resignada. Me cruzo de brazos y miro hacia atrás. Elizabeth me está despidiendo con la mano y susurrando que tenga cuidado. Por suerte, he aprendido a leer los labios. Sonrío y asiento con la cabeza.

En el fondo estoy muy emocionada. Voy a ver a los Diez Soldados de Élite del Rey Demonio en acción. Es como si me hubiesen hecho el mejor regalo de cumpleaños de mi vida. Meliodas se da cuenta y sonríe.

La aventura sólo acaba de empezar.

*Nanatsu No Taizai : El preludio de una tragedia* (Libro I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora