*Nanatsu No Taizai : El preludio de una tragedia* (Libro I)

Capitulo 35: Elizabeth vs Derieri

*Elizabeth*

Tengo justo enfrente de mí a la asesina de mi padre. Y no se me ha ocurrido otra cosa que decir que "voy a salvarlos". ¿Ves Elizabeth? De buena, eres tonta.

Tengo algo de miedo pero mis convicciones son firmes. Soy capaz de evangelizarlos como que me llamo Elizabeth y soy una Diosa. Soy la primera de mi promoción y tengo bastantes rangos asignados. Soy la más responsable y la más sería cuando se trata de algo grave. Sé cuándo la situación y pide serenidad.

Me pongo manos a la obra y hago mi hechizo. El más poderoso de todos (aunque no el único): Hágase la luz. Simple, pero eficaz. Tardaré un buen rato, eso sí, porque no es lo mismo enfrentarse a un Demonio de rango bajo que a uno con rango supremo. Meliodas me ha hablado de esta forma extraña.

Indura o Indra era una bestia del inframundo, pero también es una forma de sacar el máximo provecho al poder oscuro. Se sacrifican 6 corazones y se le entrega el último a Indra, y a cambio, eres casi invencible. Y digo casi porque no hay nada que no se pueda matar o vencer. Y aquí estoy, haciendo una locura. Seguro que Meliodas piensa que estoy chiflada, pero voy a demostrarle mi verdadero potencial, a él y a Ludociel, que ya me tiene hasta los mismísimos ovarios con su prepotencia.

Dos alas surgen de mi espalda, uniéndose a las 4 que ya tengo. Mi rango ha subido y mi poder con él. Pero empiezo a sentir mucho cansancio. Dos indras es demasiado para...no. Puedo hacerlo. Ludociel me grita, pero yo no le oigo, estoy concentrada en el ataque. Siento a Meliodas detrás de mí diciendo que me va a ayudar y yo le suelto un gracias. Noto más energía. Tarmiel y Sariel han decidido ayudarme y dejar a Ludociel con su rollo inservible.

Al cabo de un rato, Derieri se rinde y cae junto a Monspeet. He necesitado más energía de la que pensaba y estoy agotada. Nunca me había pasado. Es extraño, pero supongo que siempre hay una primera vez para todo.
Miro a Meliodas con felicidad, porque he conseguido salvar a dos personas, que en el fondo sólo quieren estar juntas y felices. Leí el corazón de Monspeet y eso me dió la pista de lo que tenía que hacer. Derieri estaba enfadada por lo de su hermana, pero extrañamente, no me guarda ningún rencor. Es más, leí agradecimiento en sus ojos antes de caer. Pareciese que ya lo había planeado desde que llegó aquí y más cuando vio a su hermana caer junto con demás miembros de su Clan. Me compadezco de ella, porque sólo quería ser una chica normal, de hecho, ya había pensado en entregar su mandamiento y huir junto a Monspeet a vivir una vida tranquila y sosegada.

No te preocupes Derieri, tus plegarias serán escuchadas algún día. A las personas buenas siempre les llega su recompensa. Estoy segura.

*Derieri*

Esa maldita diosucha. Se atreve a ponerse delante y decir que nos va a salvar. Ja! No sabe dónde se ha metido. Meliodas está cerca de aquí, pero de él ya me encargaré más tarde. Primero quiero ver su cara cuando mate a su noviecita. Será una pelea de lo más emocionante. Lo que no me esperaba es que la mosquita muerta fuese tan poderosa. Demonios, su poder lumínico es abrumador, nunca pensé que iba en serio. Intento defenderme con mi oscuridad, pero los arcángeles la ayudan. Hasta el enano traidor la ayuda. Así que es cierto que se ha encaprichado con ella y nos ha traicionado. Cuando su padre se entere...
La diosucha sigue con su ataque y yo me voy agotando poco a poco. Me empieza a doler todo el cuerpo. Pero me alegra saber que ella también está medio agotada. Mi cabeza empieza a arder y grito de dolor. Parece como si me estuviese quemando por dentro, pero a la vez noto una pequeña sensación de calidez y ternura...

Monspeet: Oye, Derieri...estaba pensando...creo que ya va siendo hora de que nosotros hagamos lo mismo que Meliodas, ¿No te parece?
Derieri: ¿Pero qué dices, pedazo de imbécil? Ese enano nos ha traicionado!! No pienses en absurdeces y vamos. A no ser que quieras desertar tú solo. En ese caso me largare sola.
Monspeet: De eso nada. Voy contigo. Faltaría más. Perdona mi comentario estúpido.

Monspeet...el comentario que me hiciste...¿Iba en serio, no es así? Sinceramente, yo también me encuentro muy cansada de este tema. Deberíamos hacer las maletas e irnos de vacaciones a algún sitio, lejos de todo este rollo. En verdad, las guerras no me gustan demasiado.

"Derieri...Derieri... vamos...rindete, sé buena..."

¿E...Elizabeth?

"No quiero hacerte daño, vamos"

Elizabeth me habla a través de su corazón hacia el mío. Vaya, qué persuasiva.

"Monspeet te está esperando...vamos, no lo hagas entristecer... sé que lo aprecias"

Monspeet es mi...protector, algo de aprecio le tengo. Pero siempre ha estado enamorada de mi hermana. Que ahora está muerta.

"Elizabeth...¿Puedes...ayudarme a ser feliz?"
"Haré todo lo posible. Búscame cuando me necesites. Para lo que quieras".

No me hace falta más que eso. Me dejo llevar por su poder y su luz entra en mi corazón, limpiándolo de maldad. Noto como voy cayendo hacia el suelo, donde está Monspeet.

"Gracias, Elizabeth".
"No hay de qué...Monspeet. Cuídala mucho, es un tesoro de chica".
"No hace falta que lo digas".

Monspeet... Caigo encima de él y me rodea la cintura con su brazo y me desvanezco.

Espero que cumplas tu promesa, pequeña Diosa, no me gustaría tener que matarte.