*Nanatsu No Taizai : El preludio de una tragedia* (Libro I)

Capítulo 26: Cárcel

*Gowther*

Maldita sea. ¿Cómo se atreve ese Rey a encerrarme? ¿A mí? ¿Al gran Gowther? Ésta me las va a pagar, ya lo creo si lo hará.
Sólo por no ponerme de su lado, sólo por decir las palabras: no me interesa luchar.
Soy Gowther del Desinterés, ¿qué demonios se esperaba?
Mientras pienso en el plan perfecto, se me viene a la cabeza la pequeña Merlín. Mierda. ¿Quién cuidará de ella ahora?
No es que Merlín no sepa cuidarse sola, pero me preocupa que la encuentren antes de tiempo y...la torturen de la manera más cruel.

Lilith: Gowther, querido. Me han dicho que Luci te ha encerrado. ¿Es que no sabes mentir?
Gowther: Ah, mi Reina...pues no, no puedo mentir, visto lo visto.
Lilith: Ah...para eso no, pero para ocultar a cierta bruja traidora...si?

Pues claro. Lilith parece estar en todas partes. Lo sabe. Estoy perdido.

Lilith: No te preocupes, querido, guardaré el secreto. De todas maneras, no me gusta nada el rumbo que está tomando esto. La guerra va a ser difícil, sin duda. Espero que mi niño logre su felicidad con esa Diosa.
Gowther: Eso suena a despedida, Majestad.
Lilith: Es posible...no van a venir buenos tiempos Gowther. Tú lo sabes mejor que nadie. Tienes el don de la premonición.
Gowther: Que vea algo el futuro no quiere decir que sea el correcto. Hay millones de posibilidades.

Es cierto. El futuro que he visto no es nada prometedor para los dos amantes...ni para los demás. Por eso tengo que calcular a la perfección mi estrategia. Parece que aún falta tiempo para todo eso, así que me lo tomo con mucha cautela.

Lilith: Por cierto cielo, no sé si te has enterado, pero tú querida ha sido asesinada por Mael. Una lástima...

¿Qué? ¿Mi querida, muerta?. Maldito arcángel, otro para mi lista. Mientras Lil se va, yo me arrimo a la puerta de la celda y solo puedo gritar de desesperación y rabia.

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Muchos años después

Sigo calculando mi plan. He creado a un muñeco que es la viva imagen de mi querida, pero en el sexo opuesto. Él será quién me sustituya en los 10 Mandamientos. Meliodas le ha dicho a su padre que me quiere a su lado, pero él no quiere darme la libertad sólo por una frase estúpida. Definitivamente, no puede llamarse Rey. Hasta sus hijos razonan mejor que él.

Merlín: Maestro.

Me sobresalto. No la he sentido llegar.

Gowther: Mi querida Merlín, ¿Qué haces aquí? Es peligroso. Un momento... ¿Cómo has entrado?
Merlín: Me he cargado a los guardias de la Torre y he aplicado la cancelación absoluta en tu celda.

Caray, sí que ha aprendido en este tiempo. Me enorgullezco de mi discípula. Por mis visiones, sé que será una bruja extraordinaria. Y le queda mucho por vivir. Se parece un poquito a mí en ese aspecto.

Merlín: De todas maneras, Meliodas sabía que iba a venir algún día. Así que no me extrañaría si me echa la bronca.
Gowther: Merlín, creo que tengo un plan, pero aún no puedo contartelo. Tengo algunas cosas que encajar aún.
Merlín: Está bien. No tengo prisa. Parar mi propio tiempo es el mejor hechizo que he hecho nunca.

¿Parar su tiempo? Vaya, me ha superado con creces. Me lo esperaba claro, pero no tan relativamente pronto. Si es que tengo que adorarla.

Gowther: Vaya, señorita Merlín...me dejas anonadado. Ya sabía que eras muy perseverante. Me alegro.
Merlín: Estoy intentando vigilar al otro Gowther, Maestro. Es muy extraño.
Gowther: Es un muñeco, al fin y al cabo.
Merlin: Sí, un muñeco demasiado listo a veces.
Gowther: Ya sé que no te gusta, pequeña, pero ya sabes quién tiene que encargarse de él cuando yo no esté. Te toca responsabilizarte.
Merlín: 😒😒. Lo que usted diga, Maestro.

Se desaparece y vuelve el hechizo de anulación de magia de mi celda. Podría salir perfectamente, pero estar ahí aislado me ayuda a pensar mejor en mi plan. Los guardias hacen la ronda. O sea, que la enana sólo los durmió. Ya decía yo que me parecía raro ver a la pequeña matando a dos personas que no tienen culpa de obedecer a un monarca chiflado.

Me siento en el suelo y cierro los ojos, intentando vislumbrar el plan perfecto.

Mi venganza será dulce, muy dulce. Y todos me alabarán en un futuro no muy lejano.