Capitulo 37: Guerra (I)

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*Meliodas*

Ya se ha armado. Mejor me callaba la boca. Hay demonios por todas partes y obviamente, no me obedecen a mí, sino a mi padre. Cuando se ha enterado de lo que he hecho ni siquiera ha hablado conmigo, le da igual matarme. Amor paternal 0. El bosque está hecho un desastre. Demonios, ángeles, arcángeles, hadas y demás gente luchan unos con otros. Hay alianzas, claro.
Yo sólo busco a Eli, puesto que a Merlín no la siento por ninguna parte. Me da pena que esté sola, pero no va a quedar otro remedio. Tendrá que arreglárselas. No sé cómo acabará esto, así que espero que se meta en un sitio seguro.

Voy hacia el campo de batalla, sin perder el tiempo, lanzo unos cuantos contraataques para ahorrar tiempo. Los demonios rojos, grises y azules no son mucho problema para mí. El problema son los otros mandamientos...aunque no los veo por ningún lado. Eso es raro. Sé que Zeldris no está porque por lo visto, tiene que ejecutar a los vampiros por traicionarnos y aliarse con el Clan de las Diosas. Qué os apostais a que no se atreve. Cómo va a matar a su novia, eso es imposible para él.

Siento que Eli está cerca y cojo mi espada con firmeza. Empiezo a cortar cabezas como si no hubiese un mañana, tratando de evitar a los ángeles, claro. Se supone que soy su aliado ahora.
Antes de llegar a ella, Ludociel se interpone.

Ludociel: Esto es por tu culpa, maldito enano!
Meliodas: Quita de en medio!!!

Le doy un empujón, lo suficientemente potente para apartarlo, pero flojo para no hacerle daño. Me he controlado sin querer, porque no quiero matarle, aunque ganas no me faltan. Maldito prepotente.

Meliodas: Eli!!
Eli: Meliodas!! Son demasiados! ¿Alguna idea?
Meliodas: Yo me he encargado de unos cuantos sin problema. Déjamelo a mí.

Me pongo delante de ella y saco mi poder demoníaco absolutamente. Entro en modo asalto.

Eli: Apartemonos! Meliodas se encargará!
Ludociel: Sí, de matarnos a todos.
Eli: Ludociel, ya basta!!

Me centro en mi poder en lugar de en la conversación que están teniendo esos dos y cierro los ojos. Voy expandiendo mi oscuridad y no me hace falta moverme para destrozar a unos cuantos demonios en la distancia. Pero presiento un poder gigantesco. Hace bastante calor desde hace un rato.

Eli: Ludociel!!! Has llamado a Mael??
Ludociel: Sin él estamos un poco en desventaja, nos servirá para limpiar el terreno.
Eli: No hacía falta!!

Abro los ojos y a pocos metros de mí veo al arcángelucho ese. Mael, el arcángel más poderoso del Clan. Tiene una gracia del Sol. Esto no me gusta un pelo. Ya lo he visto antes. No es que me asusté, porque sé que le supero con mi poder pero he de reconocer que impone un poco.

Mael: Elizabeth, aparta!! Tienes a un Demonio muy poderoso delante tuyo!!

¿En serio? Ahora hace que no me conoce y que no sabe que Elizabeth y yo tenemos una relación. Estupendo.

Eli: Mael, no te necesitamos... aún.

Mael pasa por detrás de mí para hablar con Eli. Eh, eh, un segundo. Le habla al oído, consciente de que yo también voy a oírle.

Mael: ¿Prefieres que llame a tu madre, maldita traidora besa demonios?

No puedo ver la cara de Elizabeth, pero lo más seguro es que se haya puesto blanca como la pared. Claro, ella no se había dado cuenta que Mael sabía lo nuestro. Tampoco quise decirselo, no me pareció relevante. Me hacía gracia. Ahora ya no tanto.

Meliodas: Eh, arcángelucho, si no vas a ayudar, aparta el culo y deja a Elizabeth en paz.
Mael: ¿Te atreves a hablarme enano? Yo soy el más poderoso aquí.

*Nanatsu No Taizai : El preludio de una tragedia* (Libro I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora