DEREK HALE, el peludo (Sterek) -TERMINADA-

25

—¡Hemos ganado!

Mis amigos no paraban de gritar y chocar las palmas, felices.

Deposité la guitarra en el suelo del escenario, me di la vuelta y eché a correr.

El público no dejaba de gritar y aplaudir. Habíamos ganado el concurso gracias a mi sorprendente transformación en un ser peludo.

Pero yo no me sentía ganador. Me sentía como un mono de feria. El pelo me había cubierto primero la cara y después el cuello y los hombros. También tenía las manos peludas y lo sentí crecer en los brazos.

Empezó a picarme la espalda. ¿Me habría crecido también pelo ahí?

—¡Eh, Derek! ¡Derek!—me llamaron Isaac y Lydia—. ¡El trofeo! ¡Ven a recoger el trofeo!

No les hice caso y salí por la puerta de los artistas. Los gritos salvajes del público resonaron en mis oídos. Fuera, unos nubarrones negros cubrían el cielo.

Corrí como loco. Corrí hacia mi casa cubierto de pelo negro. Corrí dominado por el miedo y la vergüenza.

Cuando entré en el jardín, vi a mis padres saliendo del garaje. Me miraron estupefactos.

—¡MIRADME!—grité, casi sollozando—. ¡MIRADME! ¡¡¿Me creéis ahora? ¡¡¿Creéis lo que os digo?!!

Ellos continuaron mirándome, con las bocas abiertas por la sorpresa.

Alcé las manos para mostrárselas. Luego me las llevé a la cabeza.

—¿Veis mi cara?—chillé—. ¿Veis?—Mi madre se agarró al brazo de mi padre—. ¿Me creéis? ¿Os creéis que el INSTA-TAN hace crecer el pelo?

Los miré mientras recuperaba el aliento. Estaba a punto de echarme a llorar. Esperé a que dijeran algo. Mi madre rompió por fin el angustioso silencio:

—Derek, no es la loción bronceadora—No soltaba el brazo de mi padre—. Te lo hemos ocultado durante mucho tiempo, pero ahora no tiene sentido seguir haciéndolo.
—¿El qué? ¿Qué me habéis ocultado?

Intercambiaron una mirada. Mi madre soltó un sollozo. Mi padre la rodeó con los brazos.

—No es la loción—continuó él, con voz temblorosa—. Ha llegado el momento de que sepas la verdad, Derek. Te crece el pelo porque no eres un ser humano. Eres un perro.