Capitulo 13

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Mi espalda golpea contra el cristal polarizado y caigo al suelo, me duele, al igual que el brazo, pero no bajo el arma.

De repente las luces se encienden y respirando con dificultad tiro el arma a un lado.

Intento incorporarme cuando Nate entra pero me duele la espalda malditos cristales blindos.

-¿Estas bien?-pregunta Nate y se agacha a mi lado.

-No, me duele la espalda...-me agarra de el brazo e intenta ayudarme a ponerme en pis.

-¿Necesitas un descanso?

-Si... solo unos minutos- mi brazo esta sobre su cuello y el me ayuda a caminar hacia una silla.

-¿Estas bien Alexia?-oigo la voz de Marcus que entra en la sala junto a Kaitlin y Elliot.

-Si, solo un descanso- llegamos hasta la silla y Nate me ayuda a sentarme.

-Ponte recta- dice Nate a mi espalda.

Intento hacer lo que me dice, pero mi espalda se resiente, se me escapa un quejido.

-No, no puedo-digo y cierro los ojos con fuerza.

Pone sus manos sobre mi espalda y las pasa a lo largo de mi columna vertebral.

-Esta todo en su sitio-dice- sera contractura.

-No duele como una contractura-respondo.

-Venga a clase chicos- dice Elliot cuando empieza a entrar mas gente y logra que salgan todos incluso Kailin y Marcus.

-Traeme una colchoneta Marcus- pide Nate mientras me toca la espalda-Te voy a dar un masaje, para bajarte estas contracturas, tienen muchas.

-Vale-digo.

-Ponte de pie-hago lo que me dice a duras penas, con algo de ayuda por su parte.

Marcus entra en la sala con una colchoneta azul a rastras, Nate le dice que le ponga sobre la mesa, asi lo hace tras retiraer varios cargadores, despues se va hechado por Nate.

Nate me toma en brazos por que m ritmo da pena, y me sienta sobre la mesa con colchoneta incluida, a continuacion me ayuda a tumbarme boca abajo y mi espalda se resiente, miro hacia el cristal y el posiciona sus manos en mi espalda.

-¿Nunca han visto a una chica lisiada?-pregunto sarcasrica observando que toda la clase de al lado nos esta mirando, son molestos, el pobre Elliot hablan y no le hacen ni caso, ademas Amber me mira con su habitual cara de sapo amargado.

-Ni impedida dejas de quejarte- dice y sus manos salen de mi espalda, le veo caminar hacie al cristal, se acerca a un lateral, levanta un boton y las luces se apagan-Ya no te ven.

Pero yo si a ellos.

Camina de nuevo hacia mi y pone de nuevo sus manos en mi espalda.

Comienza a moverlas con suavidad, aplica calor y despues fuerza, duele, duele mucho.

-No ahi no para- grito cuando Nate toca una parte que me duele mucho- Aah.

-Deja de quejarte- dice- se van a pensar que te estoy torturando.

Con los gritos que pegan dudo que escuchen algo, parecen adolescentes normales, a excepción de que su condición fisica es perfecta, trepan por la cuerda sin dificultad, luchan con una velocidad de vertigo y movimientos espectaculares, aumque odie admitirlo incluso Amber lucha bien, pero yo le ganaria, a toda esa sala le ganaria, lo tengo claro.

AñilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora