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Clay y yo nos subimos al coche y conduje hasta que nos creíamos seguros para poder manejar los móviles. Lo que no contabamos era con que para desbloquearlos, tendríamos que poner la huella dactilar.

- ¿Qué hacemos ahora?-. Preguntó Clay frustrado.

- Volver al almacén, cortarles un dedo y así poder desbloquear el móvil las veces que queramos-, dije con un tono burlón, pero serio. Eso hizo que Clay pusiera una cara de horror-, o, llamar a un amigo que es hacker.

- Creo que prefiero la segunda opción-. Decidió Clay recomponiendose del susto-. No quiero volver a ese lugar.

Me reí por su reacción, nunca creía que fuera daar tanto miedo cuando en realidad lo que estaba haciendo era bromear. ¿En realidad se creía que era capaz de ha hacer semajante cosa? Le mandé un mensaje a Cyrus. Él era capaz de hackear cualquier ordenador, cualquier dispositivo electrónico, era muy bueno es eso.

- ¿A quién le has escrito?-. Preguntó Clay con curiosidad.

- A Cyrus-. Respondí mientras esperaba impaciente a que me contestara.

- Cyrus, ¿cómo lo conoces? Es decir, se mete mucho en problemas y es amigo de Tyler, los dos que hacían bromas a cada persona en el instituto-. Explicó Clay mientras yo miraba por la ventanilla del coche.

Estaba a punto de contestarle cuando de repente uno de los walkie talkies empezó a funcionar. Alguien se quería comunicar con un tal Brandon, sería alguno de las dos personas que nos vigilaban.

- Brandon, ¿me oyes?-. Se escuchó del walkie talkie.

- ¿Quién es?-. Susurró Clay muy asustado.

- ¿Te crees que conozco a todo el mundo?-. Le contesté muy obvio.

Clay se golpeó en la cabeza con un toque suave dándome la razón. Ninguno de los dos sabía como reaccionar. Pero no nos podíamos quedar de brazos cruzados porque sospecharían.

- ¿Qué hacemos?-. Preguntó Clay entrando en panico.

- Yo contestar, tú tranquilizarte.

- Pero, no sabes imitar la voz de algunos de esos dos, te pillarán, y lo que es peor, me pillarán a mí contigo-. Dijo comenzando a hiperventilar.

- Solo tranquilizate, en estos chismes la voz se distorsiona un montón-. Dije para tranquilizarlo, pareció que funcionó.

Clay tomó una gran cantidad de aire y luego lo expulsó por la boca. Yo hice lo mismo para poder meterme en el papel que tenía que interpretar.

- Aquí Brandon-. Contesté con toda la calma del mundo.

Tras decir eso, recibí un mensaje. Era de Cyrus, podía ir sin ningún tipo de problema a su casa para hacer ese trabajo que le estoy confiando. Le di el móvil a Clay para que lo leyera y me puse en marcha par la casa de nuestro hacker.

En todo el camino no obtuvimos ninguna respuesta de la persona que hablaba por el walkie talkie. Clay me miraba preocupado por si nos habían pillado. Yo aparentaba que todo estaba bien, pero en realidad sabía que no todo estaba bien.

Cuando llegamos a la casa de Cyrus, éste nos hizo el favor de desbloquear los móviles. El tío al principio nos estaba vacilando pero cuando vio en los teléfonos toda la información que almacenaba dejó de vacilar.

- Lo que hay dentro de estos teléfonos es muy serio-. Se asombró Cyrus.

- Claro que lo es, ¿cómo lo hacemos para desacernos de los móviles y guardar toda esta información?-. Pregunté con una pizca de curiosidad.

- Te lo mando todo a tu móvil y listo-. Respondió mientras hacía toda la tranferencia. En cuestión de minutos lo tenía todo en mi móvil.

Le agradecí y le prometí que le invitaría a unas cervezas cuando terminara todo lo que estaba haciendo. Pero él me paró.

- ¿Qué hacías esta mañana en la casa de Bryce?-. Preguntó con curiosidad pero con un tono amenazador.

- No he estado en la casa de Bryce-. Respondí confundido.

- Ha estado toda la noche y parte de este día conmigo-. Me apoyó Clay.

- Entonces, ¿qué hacía tu coche allí?

Clay y yo nos miramos sabiendo quién se llevó el coche. No me esperaba para nada que fuera Bryce, o tal vez sí. Lo único que sabía era que quería recuperar mi coche.

- Gracias por todo, Cyrus-. Me despedí y me encaminé haci la casa de Bryce a por lo que era mio.

Cuando llegamos aparqué en frente de la casa de Bryce y me acerqué al coche para estar seguro si estaba abierto o cerrado. Para mi desgracia, éste estaba cerrado. No lo podía creer. Tenía que enfrentarme a él.

Fui a la puerta principal de su casa y toqué el timbre. Esperé unos cuantos segundos para que me abriera la puerta la madre de Bryce. Estaba sonriendo pero al mismo tiempo estaba impresionada por verme allí, ya que Clay se quedó en el coche el cual "cogimos prestado".

- ¿Está Bryce?-. Pregunté sin más.

- Sí, ¿quién lo llam...?-. Preguntó la mujer muy educada pero le interrumpí.

- Tony, soy Tony.

La madre me volvió a sonreir y me invitó a pasar. Me quedé en el gran hall que había nada más al entrar a la casa. Se notaba que la familia de Bryce era adinerada. Si tan solo supieran a lo que se dedica su hijo...dinero facil, chantaje e incluso dijeron las malas lenguas que era un violador. Clay lo creyó ya que lo dijo Hannah en una de sus cintas, pero yo no quería creer nada hasta que no lo juzgaran los jueces por ellos. Eran palabras mayores.

- Tony, ¡qué gran sorpresa!-. Exclamó desconcertado al verme allí.

- Dejate de gilipolleces, devuelveme el coche-. Le dije rechazando el abrazo que él quería darme.

- Ah, es verdad, ese Mustang rojo es tuyo-. Se burló-. Pues ahora lo tengo yo.

- No estoy de humor, dame las llaves del coche si no quieres que te denuncie por retención involuntaria y robo-. Le amenacé aparentando tranquilidad cuando lo único que quería hacer era pegarle un merecido puñetazo.

- Bryce, me voy, recuerda que te quedas solo en casa-, dijo la madre de Bryce mientras cogía unas llaves de un bonito recividor-, invita a tu amigo a tu amigo a algo.

Cuando la madre de Bryce se fue, vi un momento muy claro para pegarle ese merecido puñetazo en toda su cara, pero sacó del bolsillo derecho de su pantalón unas llaves, las llaves de mi coche. Intenté cogerlas, pero Bryce fue más astuto que yo y me las retiró.

- Tienes que ganartelas-. Dijo con una sonrisa burlona en su rostro.

- Vamos a ver si me las gano o no.

Y empecé a pegarle, él se intentó defender y en algunas ocasiones él me dio. Nos habíamos enzarzado los dos en una pelea en el cual tenía muchas ganas, era una venganza por pegarle esa brutal paliza a Clay cuando se enfrentó a él, por lo que supuestamente hizo a Hannah y por lo que estaba haciendo en ese momento, él era complice de un secuestro.

Cuando acabamos, cogí mis llaves cuando él estaba en el suelo recomponiendose de la paliza que le di, en verdad, no sabía con quién se estaba metiendo ya que tengo dificultad al canalizar mi rabia hacia algo.

- Para que aprendas a no meterte en cosas que no te llaman-. Dije cerrando la puerta trás de mí. Le hice una señal a Clay enseñando las llaves de mi coche y éste se apeó del otro coche. Ya era hora de que alguien le diera de su propia medicina.

El Misterioso Chico Del Mustang RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora