29

222 21 6
                                    

Narra Anne:

A mí también me habían dormido, cuando me desperté todo estaba oscuro pero mi cuerpo se movía al son del movimiento que producía un movimiento de lo que pude adivinar que lo producía un coche.

- Tania, ¿sabes dónde estamos?- Pregunté con voz baja.

Pero no obtuve respuesta, seguía dormida y sabía que estaba allí conmigo porque podía oir su tranquila respiración.

De repente, el coche paró, y sentí como dos personas se bajaban del coche mientras oía sus pisadas acercándose hacia donde estábamos, en el maletero.

- Venga, salid de aquí, ¡rápido!- Exclamó un chico rubio de ojos azules.

- ¿No le habeis oido?- Preguntó otro sacándonos a la fuerza.

Cuando me sacaron de allí, despertaron a Tania y a ella también la obligaron a bajar. No sabía dónde estábamos, solo sabía que estábamos frente a un sitio fantasmagorico. Estabamos ante una puerta con barrotes de hierro donde a lo alto se podía leer claramente Eichen House.

- ¿Dónde estamos?- Pregunté con nerviosismo.

- En un lugar donde nadie os va a encontrar, el jefe nos dijo que te dejaramos aquí para que no causes más problemas-. Contestó el rubio de ojos azules.

- Todos los problemas que tengo me los está causando él, yo no tengo nada que ver con las películas que él se monta en su cabeza-. Me quejé ya que no era justo lo que esa escoria de persona me estaba haciendo.

- Lo siento, pero nosotros solo cumplimos normas-. Dijo el otro.

Nos acompañaron dentro de ese manicomio, era todo muy lúgubre y aterrorizador. Nada más entrar vimos a gente correr por los pasillos, un chico estaba completamente desnudo mientras gritaba y corría con los brazos hacia arriba. No era el típico hambiente que yo me movía antes de que me secuentraran y me encerraran.

Nos acercamos a la recepción para que nos hicieran el ingreso, al parecer ya nos estaban esperando. Cuando el papeleo estaba realizado, nos pusieron a las dos en una habitación conjunta donde el espacio era muy reducido.

- ¿Por qué estamos aquí?- Preguntó Tania.

- Para que nadie nos encuentre nunca-. Respondí con tranquilidad ya que ponerse nerviosa no ayudaba.

Todo ya estaba perdido, nadie nos encontraría ya que estabamos lejos de Nueva York y porque solo sabíamos el nombre de aquel aterrador manicomio donde estabamos en contra de nuestra propia voluntad.

- Tengo miedo-. Comentó Tania provocando que el silencio que reinaba se fuera.

- ¿Sabes? Vamos a dar una vuelta-. Dije poniendo en la puerta de la habitación.

Tania asintió con la cabeza y solo se dedicó a seguirme en silencio. Hablar, ya no salían las palabras ya que cada pasillo era peor que el anterior por las personas que realmente nos encontrabamos en nuestro camino.

Después de controles por cada pasillo que cruzabamos, pudimos llegar a donde estaba recepción, ahí pudimos ver un hermoso patio. Tania y yo caminábamos hacia ese patio donde todo el mundo estaba haciendo cola, al parecer había teléfonos para llamar, nuestra salvación.

- ¿A dónde creeis que vais?- Preguntó un enfermero.

- Tenemos derecho a una llamada a nuestros padres, al igual que todas estas personas-. Contesté a su pregunta.

- Vosotras no teneis ese derecho-, antes de darse la vuelta recordó-, ah, si os veo merodeando por los teléfonos, no dudaré en utilizarlo-. Dijo enseñándonos una pistola que producía electricidad.

Cuando el enfermero se fue nos quedamos disgustadas ya que nuestra posivilidad de salir de ahí se redució a ninguna posivilidad.

- Perdonad, no he podido evitar oir la conversación que habeis tenido con aquel enfermero-. Preguntó un chico moreno.

Rodée los ojos, agarré a Tania de la mano para obligarla a caminar para irnos de ese patio.

- Oye, os estaba hablando-. Comentó el chico mientras nos seguía.

Cansada de esa situación, me di la vuelta y le pegué una bofetada por pesado, no quería entablar una conversación con personas que no podían decir nada coherente.

- ¿A qué ha venido eso?- Preguntó aturdido mientras se llevaba su mano al lado derecho de su mejilla.

- No quiero hablar con personas que no tienen las facultades que se requiere para entablar una conversación normal-. Grité por la rabia que estaba acumulando.

- Perdona, pero yo no estoy loco, si eso es lo que quieres decir.

- ¡Dejamos en paz!- Exclamé con rabia.

A nuestro alrededor, vi como todas las personas se agrupaban para ver el numerito que les estabamos ofreciendo. Unos estaban callados a las espectativas de lo que pasaría a continuación, otros gritaban animando el espectáculo. Era patetico.

- ¿De qué vas? Yo solo quería ser amable.

Estaba dispuesta a darle otra bofetada cuando mi mano se vio interrumpida en su trayectoria hacia su cara. Me di la vuelta y vi a una chica con cara de pocos amigos.

- Malia, suelta su mano, tiene una imagen equivocada de nosotros-. Dijo el chico.

Esa tal Malia no reaccionaba y cada vez me miraba con más y más furia, se notaba en la mirada que quería pelear conmigo y provocarme el mayor daño posible, pero yo me mantuve firme porque no quería perder más.

- ¡Sueltala!- Exclamó el chico.

La chica le hizo caso y me soltó la mano, me dolía por la fuerza con la que me estaba agarrando pero no quería motrarles mi debilidad. No quería volver a ser debil.

- Pareceis normales-. Rompió el silencio mi amiga Tania.

- Lo somos, yo vine por voluntad propia y ella no lo eligióz-. Dijo el chico.

- Como nosotras...por cierto, soy Tania y ella es mi amiga Anne. Perdonad su comportamiento.

- No importa, yo actué como ella cuando entré aquí. Yo soy Stiles y ella es Malia. Un placer conocer a gente cuerda rodeado de tanto loco.

Narra Tony:

Después de pasar un día entero fuera de casa, quería ir y pegarme una ducha. Esperaba que Tania lo hubiera pasado bien con Jeff con nuestra ausencia, aunque algo me decía que todo andaba mal.

- Tengo un palpito-. Le comenté a Clay.

- Cada vez que tienes uno no fallas-. Se burló de mí mientras abría la puerta del apartamento.

- No te burles-. Le di un golpecito en el hombro mientras nos reíamos.

Entramos y yo me fui directo al cuarto de baño para pegarme esa ansiada ducha. Cuando estaba completamente desnudo, Clay me llamó para que fuera a la habitación de Tania. Me lié una toalla a mi cintura y salí para ver qué quería.

- ¿Qué pasa?- Pregunté.

- Mira-. Dijo mientras me extendía un folio.

"No sé si conoceis a vuestro amigo Jeff tan bien, creo que trama algo y que estoy y estamos en peligro. Por favor, buscadme, estoy aterrorizada con lo que oí".

- ¿En realidad conocemos tan bien a Jeff como creíamos desde un principio?- Pregunté a Clay mientras releía la nota.

Nota de autora:

¡¡Hola!! Lo prometido en deuda. Como os dije ya teneis el capítulo aquí. Os iré avisando cuando actualizaré o no por mi tablón de Wattpad.

Un fuerte abrazo.

El Misterioso Chico Del Mustang RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora