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Cenamos pizza y vimos una película que pusimos en la televisión. No le prestábamos atención, me encantaba prestar atención a los rasgos de Clay, me gustaba observarlo.

A la mañana siguiente me desperté en el sofá. Estaba arropada por una manta y la luz del sol empezaba a asomar por las ventanas. Me incorporé en el sofá y miré a mi alrededor. No había nadie.

- Clay, Tania-. Los llamé, pero no obtuve ninguna respuesta.

Fui hacia la habitación de Tania, estaba durmiendo plácidamente, por lo que no la desperté. Luego me fui hacia mi habitación por si Clay estaba ahí, pero no había nadie. Fui hacia los servicios y tampoco, ¿dónde estaba? Fui hacia la cocina en la que encontré una nota en el frigorífico pegada con un imán.

He tenido que ir hacia el hospital ya que Tony me había llamado. No te preocupes-. Leí con dificultad por el sueño.

Decidí irme a dormir a mi cama ya que era temprano y en el sofá me estaba doliendo el cuello y todo el cuerpo.

Entre sueños escuché unos pasos viniendo para mi habitación, sentí como abrieron la puerta y como me despertaban.

Me desperté sobresaltada y ahí pude ver a un hombre corpulento vestido de negro y con la cara tapada, sólo le podía ver los ojos.

Iba a gritar pero me tapó la boca con su mano, tenía guantes. Mis ojos se abrieron como platos por el terror que se apoderaba de mi cuerpo.

- Si gritas-, sacó un cuchillo de su espalda-, dormirás para siempre.

Unas lágrimas cayeron por mis mejillas y asentí. El hombre me destapó la boca sin dejar de apuntarme con el cuchillo.

- Que...¿qué quieres de mí?

- Que te levantes y me sigas.

Le hice caso. Ocultó el cuchillo dentro de su cazadora pero no paró de apuntarme, lo escondió para que la gente no lo viera. Se destapó la cara.

- No te conozco, ¿qué quieres de mí?

- Por ahora, que te calles.

Me obligó a subirme en su coche y me llevó a un almacén abandonado a las afueras de Nueva York. Cuando entramos en aquel sucio lugar, aquel hombre me ató de pies dejando mis manos libres.

- Ahora puedes gritar todo lo que te apetezca-, el hombré sonrió cínicamente-, total, nadie te va poder escuchar.

Y ahí sentí que mi vida podría acabar en cualquier momento.

Nota de autora:

Espero que me podais perdonar por haberme retrasado tanto a escribir este capítulo.

Mi vida no ha sido en estos meses muy facil...empezó la universidad y me restó tiempo de escribir, la inspiración se fue y no quería publicar un capítulo de mierda (aunque este capítulo lo sea, pero no os podía dejar esperando eternamente), y mi estado anímico no era ni es el mejor. Espero que me entendais.

De verdad, lo siento por la espera pero espero que entiendan que mi vida no ha sido facil en estos meses y eso me dificultaba que no pudiera escribir un capítulo bueno para vosotr@s, mis lector@s.

Espero que disfruteis el capítulo.

El Misterioso Chico Del Mustang RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora